Por Anusak Konglang
Bangkok/AFP
La junta militar que tomó el poder en Tailandia anunció el sábado que podría mantener detenida a la ex primera ministra Yingluck Shinawatra durante una semana, tadalafil view el tiempo de asentar su poder.
«¿Por qué hace esto el ejército?», se preguntó Boontarika Sukonatat, un manifestante de 55 años que denuncia el golpe de Estado en Bangkok.
Las manifestaciones, toleradas pese a la prohibición oficial, se limitaban este sábado a varios centenares de personas, una cifra modesta pero superior a los últimos días.
Varios manifestantes fueron detenidos, constató la AFP.
La indiferencia respecto al golpe de estado prevalece en este país que ha vivido 19 golpes o tentativas de golpe desde 1932.
A ello se suma la detención de numerosos responsables de los Camisas Rojas, el poderoso movimiento progubernamental.
Durante este tiempo, los militares han consolidado su poder con el anuncio de la disolución del Senado, que había sobrevivido a la abolición de la Constitución.
Los militares informaron también que el rey Bhumibol, un personaje venerado a la cabeza de esta monarquía constitucional, recibió una misiva enviada por ellos pidiéndole aprobar el nuevo régimen.
En la primera rueda de prensa desde el golpe de Estado del jueves, los militares no precisaron sus planes, ni siquiera el número de políticos detenidos junto a Yingluck.
La exprimera ministra de 46 años, destituida a principios de mayo por una controvertida decisión judicial, podría permanecer detenida «hasta una semana», anunció un responsable militar.
Según la ley marcial, decretada tres días antes del golpe, las personas detenidas pueden ser retenidas hasta una semana sin cargos.
«Está bien», aseguró a la AFP el teniente general Tirachai Nakwanich, quien precisó que la rapidez de su puesta en libertad «dependerá de su cooperación».
La junta se negó sin embargo a dar una cifra de personas arrestadas.
Al igual que decenas de responsables, incluidos varios ministros, Yingluck, madre de un niño pequeño, se presentó el viernes a la convocatoria de la nueva junta. Al igual que 154 otras personas, tiene prohibido abandonar el territorio.
El sábado, la junta convocó a otras 35 personalidades, incluidos universitarios.
La ONG Human Rights Watch llamó el sábado al ejército a «liberar a todos los detenidos de forma arbitraria» y «a restaurar urgentemente la democracia».
Evitar la situación de 2006
El ejército quiere evitar que se repita el escenario de 2006 cuando Thaksin Shinawatra, hermano de Yingluck, fue destituido por un golpe. Entonces también fueron detenidos varios colaboradores de Thaksin, pero sin alcanzar la amplitud actual.
Thaksin se encontraba entonces en el extranjero y logró organizar la vuelta al poder de su partido en las elecciones organizadas a finales de 2007. Desde la primer victoria electoral de Thaksin en 2001, sus formaciones ganan todas las elecciones nacionales.
Su dominación de la vida política está en el corazón de las reivindicaciones de la oposición, que se manifestó durante siete meses en Bangkok, reclamando el final del «clan Shinawatra» y pidiendo una intervención militar.
El golpe ha provocado críticas de la comunidad internacional, incluido Estados Unidos, que suspendió una parte de su ayuda militar a su aliado tailandés y reclamó un «regreso a la democracia».
Las libertades individuales se han restringido fuertemente, aunque la junta anunció el sábado la reanudación del servicio de algunas televisiones que habían sido suspendidas.
El jefe del ejército, el general Prayut Chan-O-Cha, justificó el jueves su golpe como necesario «para que el país vuelva a la normalidad», después de meses de crisis y de violencia que dejaron 28 muertos.
La junta dijo que iba a «retirarse rápido» pero no precisó la fecha eventual de nuevas elecciones.
Los manifestantes de la oposición, que apoyan el golpe, esperan que se nombre a un primer ministro «neutro» para llevar a cabo «reformas» antes de la organización de los comicios.