@JoakinSalazar
En El Salvador el sector judicial está viviendo uno de los momentos más relevantes. El próximo 28 de marzo, malady healing los abogados y abogadas, rx que suman más de 29 mil en el país, case deberán ejercer su voto para seleccionar a quince candidatos para Magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ).
Los magistrados a seleccionar son dos para la Sala de lo Contencioso, dos en la Sala de lo Penal y uno en la Sala de lo Civil.
Entre los precandidatos destaca el actual director de la Academia Nacional de Seguridad Pública (ANSP), Jaime Martínez, quien se ha destacado en una carrera judicial de más de 20 años de experiencia.
Maestrías y postgrados, son elementos complementarios que permiten expresar la capacidad del candidato. Pero hay que agregar que Martínez ha dedicado su trabajo y su vida a fomentar la justicia Social y el cumplimiento del Estado de Derecho en el país.
Martínez es candidato por solicitud de la Unidad Nacional de Abogados por la Justicia y la Democracia (UNAJUD) y la Asociación de Abogados de La Libertad (ABODEL), quienes llevan tres candidatos más para magistraturas de la CSJ.
Junto a Martínez se encuentran los candidatos Ricardo Iglesias, Magistrado suplente de la CSJ, y Asesor legislativo; Silvia Barrientos, Magistrada de Cámara de Familia, y Narciso Granados, Docente de la Universidad de El Salvador, en Facultad multidisciplinaria de Oriente de San Miguel.
Este rotativo conversó con Jaime Martínez para conocer sus ideas y propuestas como candidato a una magistratura para el periodo 2015 – 2024.
– ¿Qué lo motivó a tomar la iniciativa para ir como candidato a magistrado de la corte suprema de justicia?
Lo que a mí me motiva es que en El Salvador la justicia en general necesita todavía de mucha mejoras, necesitamos una justicia que sea cada vez más transparente, más accesible al ciudadano común, más equitativa, que sea una justicia que rinda cuentas a la sociedad, una justicia también independiente, pero que esa independencia no se entienda como un divorcio o una pelea continua con los otros órganos del Estado, porque aquí es muy importante saber distinguir que el órgano judicial es el órgano que imparte justicia, por lo tanto, tiene una labor eminentemente científica técnica o académica”.
– ¿Cuál es el estado actual de la magistraturas, hay mucho que cambiar del trabajo de los magistrados?
“La justicia en El Salvador ha tenido importantes avances si la comparamos al periodo previo de los acuerdos de Paz, antes de ellos el órgano judicial del país podría llamarse la cenicienta del Estado, no se le daba la importancia de vida. De eso a este momento creo que se ha avanzado bastante; ahora ya se puede hablar de una justicia más profesional, más técnica, hay una escuela, hoy todos tienen que ser abogados, los jueces, se ha avanzado más con la Reforma Constitucional que le consignó al órgano de justicia el 6% del presupuesto de la nación, dejó de ser la cenicienta y se ha convertido en una de las instituciones con mayor recurso del Estado.
Por el lado negativo, la Falta de eficiencia. Existe mora judicial, especialmente sigue habiendo el fenómeno de presos sin condena, aunque ahí se nota claramente, antes de los acuerdos de paz era el 90% de reos sin condenas, ahora sigue habiendo una gran cantidad, las cárceles están repletas, nuestros país es uno con mayores índices de hacinamiento penitencial. En materia penal sigue habiendo una gran disparidad entre la disminución de la delincuencia común o de las delincuencia de maras y pandillas, que son los principales, pero hay otras esferas del crimen organizado como son el narcotráfico, trata de personas, tráfico de armas. De esos casos no hay muchos y mucho menos de la criminalidad económica o del delito de cuello blanco, ahí me parece que la justicia, especialmente la justicia penal, sigue siendo lo que Monseñor Romero denunció como la Culebra que solo muerde al descalzo y a mí me parece que la justicia tiene que convertirse en un halcón que sea capaz de agarrar incluso a los más elevados delincuentes de este país, pero por ahora siguen gozando la impunidad”.
– ¿De llegar a la magistratura, cuáles serían los primeros cambios por los que abogaría?
“Si yo llegara a ser electo, sería designado a la Sala de lo Penal, que es el perfil que yo más he desarrollado. Al estar en la Sala de lo Penal yo me propondría entre otras cosas, por ejemplo, en revisar cómo están los procedimientos en los tribunales, revisar si la reforma procesal penal, es el momento de hacer una evaluación pero muy de fondo para ver lo más y lo menos que hemos logrado, a lo mejor ahora hay mejores edificios y mejores equipamientos hay más tribunales, hay jueces cada vez más preparados académicamente, mejor formados, hay jueces hasta con postgrado, con maestrías y todo esto hay que contrastarlo con la realidad cruda y dura, es decir, el ciudadano le siente más confianza a la justicia penal”.
– ¿Cuáles son los desafíos que tiene un magistrado para el próximo periodo?
“Los desafíos serían a apostarle a que se mejoren las áreas de competencia jurisdiccional de cada uno de los magistrados, que son electos, es decir que se mejore la jurisdicción o justicia penal, justicia contencioso administrativo, que tiene una gran acumulación de expedientes, una gran mora judicial y en lo civil igual, pero en la justicia penal, que se nota más el peso, hay que hacer mucho trabajo, mejorar todas esas condiciones de trabajo, la mora judicial, la falta de recursos.
El órgano judicial tiene la dicha de tener uno de los presupuestos más grandes del país, el 6% como mínimo del presupuesto general de la nación, son cientos de millones de dólares y es un secreto a voces que cada año fiscal la CSJ no ejecuta todo el presupuesto, le sobra, y le sobra decenas de millones, entonces, creo que se necesitan una conducción más eficiente, más efectiva, ojalá se logre, lo cual no es responsabilidad solo del presidente de la CSJ, que tiene que ser con el apoyo de los magistrados”.
– ¿Cuáles serían los ejes principales de trabajo para su periodo?
“En primer lugar la mora judicial, desde mi punto de vista, la mora judicial tiene que contrarrestarse de un reordenamiento, una redistribución de los recursos que ya son enormes, que ya tiene la CSJ, que no puede darse el lujo de pedir más presupuesto, si es de las entidades que más presupuesto tiene, en tiempos de escasez y austeridad económica.
Lo que necesita la CSJ es redistribuir bien el presupuesto asignado, yo propondría un plan de creación de más tribunales en aquellas jurisdicción donde se necesita más, pero eso sí, esta creación sería con el mismo presupuesto, tanto la infraestructura como recurso humano.
– Sectores de la sociedad establecen que es necesario una depuración del órgano judicial ¿cuál sería su postura ante esto?
“La depuración es separar a los jueces que se le pruebe en su debido momento que han cometido un delito o una falta ética o muy grave, por la cual no deben seguir siendo jueces, para eso creo yo que hay que revisar los procedimientos, revisar las leyes, revisar las estructuras, la sección de investigación judicial debe ser mejorada, la legislación que se aplica debe ser mejorada también, ampliada, hay jueces que llevan casos de diez o quince años y no se ha resuelto nada eso es insostenible.
Pero, en otro lado, yo soy muy crítico en que la CSJ siga teniendo la potestad disciplinaria del resto de los jueces del país, porque esa potestad que aún tiene es en realidad un obstáculo a la independencia interna de los jueces”
– ¿Qué puede esperar el sector de abogados de llegar a la magistratura?
“Si estableciéramos un plan para que los abogados de la república pudieran tener una capacitación entre uno y dos semanas en las áreas que a ellos más les interesa se podría invertir cerca de millón y medio de dólares al año, que para el presupuesto de la Corte no es mucho, para que se profesionalicen, que les sirva para el examen de notariado, que el examen de notariado no sea lo único para ser habilitado como notario; hay que revisar ese examen, creo que deberían de combinarse un diplomado, pero que no sea lo único, el examen siempre debe de estar. Debería de ser un diplomado de una o dos semanas que se les da a los aspirantes y que la participación en el diplomado tenga un 50% de peso y el examen final tuviera el otro 50%”.
¿A qué se refiere con Estado social y cumplimiento de derecho democrático?
“En el mundo contemporáneo se ha demostrado que hoy por hoy la mayor conquista social, jurídica y política, para la convivencia de las sociedades es el Estado Social y democrático del derecho, para decirlo claramente como una combinación de un pensamiento social y una práctica social que piensa en el bien común, que piensa en la justicia social, que piensa y garantiza esos principios, el bien común, justicia social y propiedad privada con función social, y que no está en peso que permite la libertad, la libertad de empresas de comercios y negocios, pero no la libertad significa libertinaje; en otras palabras, hay concepciones diferentes de Estado de Derecho”.
– ¿Cuál es su mensaje para los electores (abogados) para el votante?
“En primer lugar yo pongo a disposición de la comunidad jurídica mi trayectoria profesional para un sector importante de abogados y abogadas de la República, que me conocieron desde que era estudiante de derecho y desde esa época me he preocupado por servir al gremio; también saben que he tenido una destacada labor académica, mi vida yo la he dividido en una parte académica, una formación continua como director de estudios penales, como representante en diversos ámbitos académicos nacionales e internacionales, pero también con una clara visión de activismo social jurídico y político para la transformación de la justicia de este país, para que sea más equitativa, más accesible, más transparente y más humana para todos y todas.