Salvador Ventura
Hay muchos deberes que forman la esencia de la ética profesional como el honor, pilule la lealtad, el profesionalismo, el mantenerse libres, pero de manera particular quisiera referirme al deber de servir a la verdad, todos ellos, sin embargo, constituyen la síntesis de todos los códigos profesionales y leyes sobre la prensa.
Los valores o deberes señalados no representan categorías separadas, están ligados unos a otros y pueden pasar muy bien coordinados o enunciados de la verdad, a la lealtad, a la libertad, al honor y al profesionalismo, por supuesto dependen de las características del medio y de la ética de propietarios, editores y directores.
Los periodistas profesionales hacen acopio de una simbología: la paloma en vuelo surcando el cielo azul representa la libertad; para otros la objetividad es una paloma a la que se le han quitado todas sus plumas. Una misma imagen representando distintas categorías, según la visión e intereses de cada quien.
Los ejemplos son muchos, pero como dicho está quisiera detenerme en el concepto abstracto de la verdad, de alguna manera asociada con la conformidad de lo dicho, se piensa o se siente. El director de El Diario de Hoy la utiliza para sus propios fines, con motivos políticos y muy alejados de la ética periodística.
En su editorial del lunes 24 de noviembre dice que “los comunistas” quieren “ir tras el poder total” (…) y para ellos, como para su partido, contar con el control legislativo y manosear presupuestos y entidades no les es suficiente, quieren el poder económico, lo que es propiedad ajena y quieren el poder mediático, que es amordazar a quien no piensa como ellos”.
Lo hemos dicho en varias oportunidades, ya no es suficiente decir la verdad sobre un hecho, es necesario, además, situar el hecho rodeado de sus circunstancias, el director de El Diario de Hoy está signado por el odio ideológico, saca de contexto las informaciones y los comentarios y es imprudente a la hora de formular un juicio.
El FMLN, sus militantes y sus dirigentes están legalmente acreditados para participar en todas las elecciones (presidenciales, concejos municipales y diputados) organizadas por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), el propósito es ganar el Ejecutivo (lo ha hecho en dos ocasiones consecutivas), representaciones legislativas y alcaldías.
No hay nada anormal y por el contrario son aspiraciones legítimas. Arena estuvo por 20 años al frente del Ejecutivo, sin embargo, el editorialista de El Diario de Hoy jamás se refirió al control absoluto de los otros dos Órganos del Estado controlados por este partido, además de tener dominio sobre el poder económico y mediático.
Es la máxima de este medio de difusión: lo bueno para unos es malo para otros. ¿Cuál es la verdad y las características de un gobierno y otro? De acuerdo con las apreciaciones del editorialista en este país uno o tres empresarios pueden administrar distintos negocios, hasta construir monopolios, pero no lo pueden hacer los accionistas de ALBA Petróleos.
En El Salvador tres familias pueden ser los accionistas o propietarios absolutos de la mayoría de frecuencias radioeléctricas, y esto es bueno y legal para el señor director de El Diario de Hoy; pero que una sola persona adquiera una frecuencia para fundar un canal de televisión para competir contra sus “amigos” es un atentado contra la democracia.
Además, para él, es intentar “amordazar” a “quienes no piensan como ellos” es “querer el total poder mediático”, no sólo falta a la verdad, sino que guarda silencio sobre el monopolio de las comunicaciones con el propósito de mantener un estado de cosas, proteger inversiones y tribunas para atacar a su “único” adversario político.
El enemigo irreconciliable de la oligarquía, de los sectores minoritarios tradicionalmente dominantes, no sólo es el proyecto político del FMLN, sino todos aquellos sectores progresistas, intelectuales, profesionales y técnicos en busca de una verdadera democracia donde todos los salvadoreños puedan vivir en paz, armonía y con justicia social.
El Diario de Hoy seguirá con sus falsas prédicas, tendrá sus propias explicaciones para justificar sus mentiras o la noticia o el comentario falso, así ha sido siempre y continuará mientras en la sociedad existan sectores opuestos a la dictadura del mercado, a la corrupción y a todas esas prácticas aberrantes en contra de la democracia y el Estado de Derecho.
La verdad es revolucionaria, decía un teórico de la economía política, siempre se impondrá a la falsedad, porque el curso de la historia, así como los cambios sufridos en el tiempo por la materia (su energía) no se puede detener, El Salvador está en el camino correcto y las transformaciones sociales continuarán como escrito está en el corazón de sus habitantes.