Por Toni Cerdà
París/AFP
Los jóvenes latinoamericanos protagonizan desde este jueves el festival Cinelatino de Toulouse que, a su tradicional apuesta por directores noveles y países con poca tradición cinematográfica, añade una retrospectiva dedicada a la juventud desde todos sus ángulos.
«El Festival presenta una muestra con una visión particular de la adolescencia, de la juventud», explicó a la AFP Francis Saint-Dizier, presidente de la asociación organizadora del certamen.
Así, la película «Los Olvidados» (1950) de Luis Buñuel, que narra la vida de unos niños en un arrabal de México, abre cronológicamente «La edad de lo posible», una retrospectiva de más de 60 años dividida en tres etapas: el riesgo, la exploración y la convicción.
«Estos últimos años muchos cineastas latinoamericanos han abordado este aspecto de una manera nueva», comentó Saint-Dizier, en referencia a la relación hombre-mujer, la sexualidad normativa o la estructura familiar, entre otros.
Respecto a la juventud, las «únicas» diferencias entre el cine de América Latina y del resto del mundo son «el carácter indio y los migrantes», añadió el organizador, y puso como ejemplo de la renovación de los directores latinoamericanos al guatemalteco Jayro Bustamante.
Su película «Ixcanul», premiada con un Oso de Plata en Berlín, narra la historia de una joven maya obligada a casarse con quien no ama. Ahora aspira a alzarse con el premio al mejor largometraje de ficción del festival tolosano.
La vigesimoséptima edición del certamen, que cerrará sus puertas el 29 de marzo, propondrá 170 películas, 27 de ellas en competición. Los programadores visionaron un total de 1.300 filmes.
En la categoría de mejor largometraje de ficción, además de «Ixcanul», compiten «Ausência» de Chico Teixeira (Brasil), «Beira Mar» de Filipe Matzembacher y Márcio Reolon (Brasil), «Dos disparos» de Martín Rejtman (Argentina), «La obra del siglo» de Carlos Machado (Cuba), «Mar» de Dominga Sotomayor (Chile), «Mariposa» de Marco Berger (Argentina), «NN» de Héctor Gálvez (Perú) y «Si je suis perdu, c’est pas grave» (Si estoy perdido, no importa) de Santiago Loza (Argentina).
La lista de aspirantes se completa con «Aurora» de Rodrigo Sepúlveda (Chile), «La mujer de barro» de Sergio Castro San Martín (Chile) y «La Tirisia» de Jorge Pérez Solano (México), tres filmes que abordan el papel de las mujeres y sus conflictos con la sociedad, como el aborto.
Las películas de temática social, especialmente las aspirantes al galardón de mejor documental, son una de las características del festival tolosano, que también apuesta por países con poca producción cinematográfica, como Guatemala, Uruguay y Paraguay.
La competición, cuyo palmarés se anunciará el 28 de marzo, incluye también una decena de cortometrajes.
Aunque algunos largometrajes ya se mostraron en otros festivales, la gran mayoría no fueron estrenados comercialmente en Francia. El premio, dotado con 6.000 euros, busca ayudar a su difusión en el país galo.
Catorce años construyendo cine
Y, como desde hace 14 años, Cinelatino acoge una nueva edición del programa Cine en Construcción, organizado bianualmente junto al Festival de San Sebastián y que busca dar un empujón a los filmes seleccionados, que se encuentran en fase de posproducción.
«Este año, de casi 200 películas, hemos seleccionado seis», señala Saint-Dizier, quien destaca que «los grandes festivales como Cannes, Venecia, Berlín o Locarno seleccionan muchos de los filmes premiados» en esta sección.
En total, en Europa se distribuyeron 67 películas gracias a este mecanismo de apoyo y muchas recibieron premios en prestigiosos festivales internacionales, como «Gloria» del chileno Sebastián Lelio o «Pelo Malo» de la venezolana Mariana Rondón, galardonadas en Berlín y San Sebastián.