Juan Antonio Chicas*
En El Salvador, algunas de las personas que ejercen determinada función pública dentro del aparato estatal, están conscientes de la importancia de respetar la laicidad en lo que respecta a la separación entre el Estado y la religión, pero evitan hacerlo valer porque eso les podría costar alguna cantidad de votos en la siguiente elección. Es así que vemos a esas personas actuando más con una visión electoral que con aquella que le beneficiaría a la población en general, es decir, laicista; por tanto, ahí les vemos asistiendo a misas, a cultos y concluyendo sus discursos con expresiones religiosas, específicamente de la religión cristiana, por ser la que profesa la mayoría de la población salvadoreña.
Ahora bien, si tomamos de parámetro ese hecho, de que quienes buscan llegar a cargos de elección popular se apegan a lo que la mayoría del universo electoral profese, no sería extraño que, en un caso hipotético en que esa mayoría fuera no creyente (denominadas comúnmente como personas ateas), quienes quisieran atraer votos ocultarían o, en el peor de los casos, negarían sus creencias religiosas con tal de agenciarse ese cargo que ambicionan. Es así el lamentable panorama en este país.
Pero es reconfortante ver casos a nivel internacional en el que hay personas que, proponiéndose como aspirantes a cargos públicos, no ocultan ni niegan sus principios con respecto a las creencias religiosas. Dos casos recientes se dieron en las elecciones estadounidenses del 8 de noviembre, el de Alexandra Lúgaro, en Puerto Rico, quien lanzó su candidatura independiente para ser la Gobernadora de ese Estado, y en ningún momento negó ser una persona no creyente, y aun así, como candidata independiente en un país partidarista, y manifestando ser no creyente en un país con mayoría cristiana, logró un honroso tercer lugar con una cantidad asombrosa de votos (174,529). El otro caso es el de Marissa Postler, quien, sin negar ser una persona no creyente, se postuló y ganó un puesto en el ayuntamiento de Wyoming, Michigan. Eso es tener principios.
* Lic. en Sociología.