Salvador Ventura
El 10 de abril pasado El Diario de Hoy publicó un editorial titulado No se definen los préstamos para poder desviarlos, advice en el cual acusa al gobierno de saquear al país, medicine de no auditar el dinero y de “llenar las arcas insaciables del régimen, sale al que no le salen las cuentas”.
Además de “impulsar el turismo en un país que ocupa el segundo lugar de violencia en el mundo es de por sí utópico, tanto como gastar muchos millones en prevenirla cuando el Ministerio de Seguridad no tiene planes preparados ni habla sobre sus estrategias ni ha podido siquiera detener el número de asesinatos…”
Es una manera perversa de comentar pues en este país existen instituciones contraloras del gasto público como la Corte de Cuentas y la Fiscalía General de la República, medidas nunca puestas en práctica en los cuatro gobiernos de Arena, como se puede comprobar en los más de 150 expedientes de la corrupción descansando en los archivos de la FGR.
La inversión en infraestructura turística privada y pública ha sido positiva para el país. Los ingresos proyectados para este año se estiman en $1,287.6 millones. Esto significaría un incremento de 15.8% con respecto a los $1,112.1 millones ingresados en 2014. Se espera la llegada de 1.971,000 turistas.
Con respecto a los planes, medidas y estrategias impulsadas por el Ministerio de Seguridad, El Diario de Hoy bien puede consultar el Plan El Salvador Seguro elaborado por el Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana y Convivencia donde se detallan claramente cinco ejes ya en marcha para combatir la delincuencia y el crimen organizado.
Más allá de citar las medidas puestas en práctica para combatir la inseguridad o la estrategia para impulsar el turismo nacional, quisiéramos referirnos a la falta de profesionalismo y de ética de este medio de propaganda y publicidad, claramente definido en favor del partido Arena y de un grupo minoritario de poder conocido como la oligarquía.
No está demás aclarar que la ética y las distintas leyes sobre la prensa, no son sino elementos secundarios, frente a la moral individual de los periodistas. Una profesión tan especial y de servicio al bien público, debe ser ejercida por hombres y mujeres nobles, con gran sentido de la responsabilidad y el profesionalismo.
El director y los editores de El Diario de Hoy tienen la tendencia de atacar constantemente al gobierno, de no reconocer sus éxitos en programas tan emblemáticos como los paquetes escolares y agrícolas, Ciudad Mujer, la Reforma Integral de Salud o la modernización de la red vial del país.
En cambio es pródigo en elogios a ciertos funcionarios locales del partido Arena, como también para facilitar sus páginas a miembros prominentes de la empresa privada, no es ecuánime ni imparcial en el tratamiento dado a los diversos sectores, los campesinos y los cooperativistas, por ejemplo, son sus acérrimos enemigos.
El Diario de Hoy subestima la fuerza moral de grandes sectores de la población. El director de este medio piensa que todo está determinado por las fuerzas materiales, por el poder del dinero. La sociedad humana no es únicamente material, existe la riqueza intelectual y espiritual o la misma ética y la voluntad de resistir.
La historia de nuestro país es rica en ejemplos de resistencia popular, donde la prensa alternativa jugó un papel de primera importancia, las paredes, los árboles, el mismo piso, se convirtieron en medios para la expresión de la gente, cuando se cerraban otros espacios, la creatividad dio vida a otras opciones.
El Diario de Hoy al mentir de forma perversa (“Dinero para fomentar turismo con un aeropuerto colapsado”) intenta influir en el público lector para indisponerlo contra el gobierno y sus funcionarios, pero más temprano la verdad supera a la calumnia, como fácilmente se puede comprobar al ver las obras de modernización del Aeropuerto monseñor Óscar Romero.
Este medio de propaganda que tanto clama por la libertad de expresión y de prensa, no alcanza a comprender que la libertad es ante todo una prerrogativa que el periodista debe poder invocar en favor de su libre expresión. Este es un derecho concedido por la mayoría de constituciones del mundo.
En El Diario de Hoy, sin embargo, los periodistas no son completamente libres. Su situación es ambigua, pues por un lado son obligados a seguir una perversa agenda de informaciones contra el gobierno y, por el otro, como asalariados están al servicio no sólo de esta empresa, sino del partido Arena y de los grupos económicamente poderosos del país.
Y como lo expresan los códigos de honor (lamentablemente no existen en el país) la libertad constituye una de las bases fundamentales de los códigos del periodismo. Un periodista no puede renunciar a toda su libertad, bajo riesgo de perder su nobleza, lamentablemente en El Diario de Hoy hace mucho tiempo los obligan a perder su calidad de hombres de prensa…