Everardo Mejía Mejía
La falta de lluvias, view con su efecto en la reducción de la producción agrícola en la zona norte del país, click afectada en mayor cuantía que la zona sur o costera, nos pone a pensar en la responsabilidad de los medios de comunicación comerciales (MCCo), con el cambio climático (CC). Al oír, ver o leer un MCCo, se torna muy palpable su influencia para comprar, usar y luego botar una serie de cosas, que en realidad no necesitamos. Esta forma de vida incide en el aumento de gases de efecto invernadero, por la enorme generación de basura, cosa en la que se transforman la mayoría de bienes que compramos y por los cuales sudamos cada día. Por lo tanto, los MCCo cultivan su sentencia en cuanto al cobro que hará, ese concepto individual de Dios que cada quien tenga en su mente.
Los diálogos culturales de invierno, que recientemente han concluido, con el tema central de “Los medios de comunicación”, donde se han dictado una serie de conferencias muy atinadas, en varios aspectos que atañen la vida en colectividad, en especial la tercera convocatoria, donde se trató la relación de los MCCo con la globalización, dejan en claro que dichos MCCo, siguen la línea comercial que dictan los accionistas o propietarios, en cuanto a meterle puya al consumismo, a establecer una agenda política que beneficie a una élite y formar paradigmas en la colectividad, con el propósito de manejar sus mentes.
Centroamérica solo participa generando un 0.08% del total mundial de gases de efecto invernadero (GEI), por lo tanto la incidencia en la mitigación de causas es insignificante, sin embargo, no se debe descuidar la legislación en materia ambiental, aplicada principalmente por el Ministerio del Medio Ambiente y Recursos Renovables, para evitar el deterioro ambiental y recuperar lo que se ha dañado. De igual manera son importantes las medidas de adaptación, para poder sobrellevar los efectos, que los países desarrollados crean por todo el planeta, afectando parejo sin respetar fronteras. Debemos tomar consciencia que el principal causante del desastre ecológico, es la persona que vemos cada día en el espejo de nuestro baño, somos los humanos los depredadores ambientales.
Las mediciones y los pronósticos elaborados, para informarnos lo que estamos construyendo con nuestra forma de vida consumista, indican escenarios desconsoladores en cuanto al aumento de la temperatura ambiente, la disminución de lluvias en algunas partes de la tierra y el aumento de lluvias en otras partes, el aumento en la cantidad de precipitaciones por unidad de tiempo, la nefasta incidencia en el agua, en la salud, en la capacidad de sostenibilidad alimentaria, en la aniquilación de especies de la fauna y flora además de afectaciones en la polinización, entre muchos efectos. Si embargo, todos estos pronósticos, están basados en una sociedad de consumo capitalista, si tener en cuanta soluciones como la permacultura, que solo utiliza lo que necesita y los residuos son manejados y devuelto al medio ambiente, para que este sea sostenible. Debemos repensar la tesis que indica que nuestra única esperanza es el socialismo.
La contribución de las religiones al deterioro ambiental, se pone de manifiesto al imbuir en la consciencia de la colectividad, la idea de los hijos predilectos de Dios, quienes son los que mas tienen y a quienes más se le dará, por lo tanto, deben consumir más de todo, en especial más energía, porque es designio divino, esta situación de consumo es inalterable y debe acatarse sin darle pensamiento, mas aun porque dentro del selecto grupo oligarca, se encuentran los representantes terrenales de la Divinidad. El uso de la razón y la emoción nos indica que todos podemos ser representantes de la divinidad, siempre que nuestros pensamientos, palabras y acciones estén en sintonía con las reales verdades y formas de vida austeras, que los probados representantes han mostrado, en especial Monseñor Romero.
El buen vivir, la complementariedad y el cooperativismo como parte de la solución, son ideas que se encuentran de moda, en toda Latinoamérica; aunque de manera incipiente en nuestro país, el buen vivir llegará a ser un estilo de vida protector del medio ambiente, conjugado con la permacultura y la disminución de la velocidad de nuestras vidas y las ansias de poseer. Me gusta la idea de los paseos Socráticos, que buena parte de la población hace por los centros comerciales. En esto tiene gran participación formativa los MCCu.
La formación del hombre nuevo trazado por El Ché Guevara, son otra manera de afrontar la problemática de la falta de lluvias y todo el cambio climático. Los valores morales de convivencia ciudadana, sin el egoísmo alienante y la insaciable sed de lucro, son principios básicos para la sustentabilidad ambiental.
Los medios de comunicación culturales (MCCu) son la otra cara de la moneda, porque incentivan a que la sociedad piense, analice, tome las ideas que sean de su beneficio y deseche las tratan de esclavizarlo. Los comentados diálogos culturales de invierno, enfatizaron que debemos tener voluntad para alejarnos de los MCCo y acercarnos a los MCCu, con el propósito de aumentar nuestra cultura y ejercitar las ideas, debemos fomentar la discusión de ideas. Como dijo José Martí: “Ser culto es el único modo de ser libre”.