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La lucha libre en Santa Tecla

Marlon Chicas – El Tecleño Memorioso

En 1952, el compositor mexicano Pedro Ocadiz popularizó la cumbia de “Los Luchadores”, en reconocimiento a los atletas del pancracio azteca y las emociones que estos generaban en la fanaticada de ese país.

En cuanto al tema en mención, la lucha libre profesional es una disciplina deportiva que, algunos fustigan de teatro atlético, sin embargo, no para quién lo practica, ya que se corre el riesgo de sufrir trancazos, fracturas, e incluso la muerte.

Con respecto a Santa Tecla, la afición a este deporte se remonta entre 1945 a 1950, en la que se tuvo un mayor auge, siendo transmitidos dichos combates los sábados por la noche, lo que era aprovechado por niños y jóvenes de ese tiempo, para aglomerarse en las vitrinas de almacenes de electrodomésticos, con el fin de emular a sus héroes o villanos.

Para la presente crónica, se contó con datos de tecleños quienes, junto al suscrito evocamos esos tiempos, como en el caso de Óscar Gálvez, Orlando Morán Castillo y Óscar Armando Valle, quienes rememoran dichas batallas en el extinto predio que ocupa el Instituto Nacional José Damián Villacorta, así como en la Cancha Adolfo Pineda y calles de la ciudad.

Por su parte, Ricardo Tomasino y Omar Burgos invocan algunos nombres de jóvenes que practicaron este deporte de forma aficionado como: Adán Huezo, Luís Valle Molina “La Amenaza Roja” y Eduardo Flores, entre otros.

Uno de los pocos tecleños en incursionar en este deporte fue Salvador Pérez “El Vikingo” quien, a sus 17 años, dio sus primeros pasos en esta práctica; por lo que, en 1961 obtuvo una beca de la Arena Metropolitana, para formarse como luchador, debiéndose someter a un riguroso entrenamiento; tres años después es aprobado a subir a un ring. Con su mítico personaje recorrió 20 países en su trayectoria profesional, además de ejercer como entrenador y árbitro.

En ese mismo tiempo, surgió otro gran luchador, José María Velásquez “El Gran Chema” (+), de 1.85 metros de alto, llamado también “La Montaña Tecleña”. En las memorias de su hija Mayra, su padre fue amigo de grandes luchadores de ese entonces como: El Diablo Rojo (+), El Bucanero (+), entre otros, sin olvidar el Campeonato Centroamericano de Lucha Libre obtenido en Costa Rica.

No puede dejarse de lado en esta crónica a Mario Rafael Membreño Onofre “Tony Jackson” (+), padre del colega periodista Orestes Membreño, quien no siendo tecleño residió en una pequeña colonia al sur de Santa Tecla.

Sirva este homenaje póstumo y en vida a los grandes gladiadores del pancracio nacional y de nuestra Santa Tecla del ayer.

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