LA LUCIÉRNAGA

 

 

CARLOS ANDRÉS VILLACORTA 

Escritor

 

Yo vivo en la penumbra y mi hábitat es la oscuridad y me cuelgo con mis patas de los techos y  me disgusta cuando pasas en vuelo, cuando alumbras esa luz que tú despides le decía el quiróptero a una inocente e indefensa luciérnaga, la persiguió y la persiguió  como una hora, comérsela quería, devorarla quería y no daba tregua a su persecución, angustiada la luciérnaga al cielo le pedía que un milagro ocurriese y se detuvo un momento…¡pues su cansancio era extremo! Quiero que me expliques antes que me devores ¿Por qué me quieres devorar, por qué me quieres matar? A lo que el murciélago respondió; brillas demasiado, eres muy luminosa y fosforescente y por eso te envidio pues yo soy feo y horrible y me  dicen el pajarito del diablo, milagro, un milagro, la luciérnaga imploraba y de repente la cueva lúgubre y obscura se inundó de luz que hizo huir al murciélago; que milagro, Jesús hizo el milagro, el cielo hizo el milagro, eran sus hermanas luciérnagas que entraban a la cueva eran cientos de ellas; la luciérnaga dijo: Dios escuchó mis oraciones.

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