Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino
El sacerdote Rolando Alvarado, Provincial para Centroamérica de la Compañía de Jesús tuvo a cargo la misa solemne en la Cripta de San Oscar Romero, en memoria de los mártires jesuitas y sus dos colaboradoras, asesinados en la madrugada del 16 de noviembre de 1989, por un dispositivo militar y ejecutado por oficiales y soldados del ejército salvadoreño.
“Es tradición venir acá, en la semana de la celebración porque venimos a reconocer que en monseñor Romero encontramos una continua inspiración y motivación de cómo debemos seguir adelante y ahora le damos un sentido especial, entre monseñor Romero y los mártires de la UCA, porque encontramos luz para caminar el día a día”, afirmó en la homilía.
Sobre los pecados como la violencia, corrupción o impunidad, el Provincial Jesuita consideró que monseñor Romero fue “luz en la historia de ese momento”, porque permitió que la población estuviera consciente de la injusticia social, que impactó a diario a los más pobres.
“Monseñor Romero denunció la injusticia, y nos hizo ver que eso iba en contra de Dios, porque se asesinaban personas, porque se explotaba y menospreciaba a la gente, y ahora es muy similar que podemos confundirnos. Y sobre todo en estos tiempos navideños que hay muchas luces falsas, muchas iluminaciones que se apagan pronto. Es por esto que debemos profundizar en que la historia sigue estando llena de penumbras y oscuridades como la violencia, la pobreza, el asesinato de mujeres, la niñez abandonada, los ancianos que tienen pedir para sobrevivir, todo esto es oscuridad, pero monseñor Romero, los mártires catequistas, los mártires de la UCA, Elba y Celina, educadores, sindicalistas, nos iluminan y nos hacen ver que esas cosas con pecado y esta mal, no podemos seguir esa senda, debemos seguir la luz”, reflexionó.
Al citar las escrituras consideró que los “temerosos de Dios, que son hijos de la luz”, deberán ser realistas para comprender que existen personas y estructuras, que no tienen la intención que ciertos modelos de producción económica cambien, aunque signifique la explotación y degradación de la población que vende su fuerza de trabajo.
“Hay algunos que quieren que el agua sea para algunos pocos, que no les importa que la gente no pueda tener acceso para un alimentarse dignamente los tres tiempos al día, y mantener relaciones dispares entre mujeres y hombres, ellos hacen todo eso, y nosotros estamos en contra. Porque el pecado reacciona, pueden haber matado a monseñor Romero y seguirá matando gente, porque el pecado necesita matar, marginar o engañar y esto lo hacen mucho últimamente. Las santas escrituras nos lo dice, ojo, cuidado con lo falsos profetas, los falsos iluminados, porque los hijos de la luz no son iluminados, ellos hacen ver lo que está bien y lo que está mal”, predicó.
Mientras, José María Tojeira, director del IDHUCA consideró que “hacer luz”, equivale a hacer verdad y en especial a los pobres, que constantemente son sometidos a mentiras con frases como “tener esperanza en el mañana” o “esfuerzos que se va a salir de la pobreza”, pero los problemas estructurales como la educación y la salud, siguen siendo servicios deficientes y muchas veces injusta, así como la vivienda popular, que solo fortalece la desigualdad entre las personas.
“El tema de pensiones es un tema injusto, porque el pueblos salvadoreño es muy trabajador, no se puede decir que la gente no trabaja, pero solo el 20 % que están en edad de ser pensionados la reciben y un 80 % está marginada de la pensión, aunque han trabajado, han sacado vidas humanas adelante, han contribuido a la riqueza del país, pero han quedado totalmente despojados, es un grave problema que aumentara, porque el número de pensionados subirá definitivamente es una gran injusticia”, puntualizo.