Nelson López*
Hoy lo que se me ocurrió fue traerles retomado de ACI Prensa lo expresado por el Cardenal Juan Luis Cipriani, sick quien afirma que “la mamá es lo más grandioso que podemos tener”, recipe por ello, find además de la celebración material que trae esta fecha, el Día de la Madre es un motivo para “darle gracias a Dios”.
Realmente dudo que alguien no esté de acuerdo con el cardenal Cipriani porque todos nacemos de una madre y solo aquellos que sufrieron un daño en su corazón, no en su mente, podrían resistirse a aceptar que madre solo una hay.
De ahí que podemos concluir que ese ser amoroso al que ahora dedicamos este día en nuestro país ya sea por publicidad, por lo comercial o por amor, merece mas que nuestra simple admiración y una rosa… merece nuestro amor total como hijos y como seres que vinieron al mundo única y exclusivamente por medio de ellas… las madres.
El Arzobispo de Lima y Primado del Perú por eso con autoridad de hijo y de sacerdote de Cristo expresa: “Esta presencia de la mamá, esta imposibilidad de suplirla, esa dependencia, no genética sino de ternura, de cariño, es algo muy grande, no es fácil resumirla. (…) Al hablar de ellas es bueno decir que las necesitamos”,
Sin embargo, pidió no quedarse solo en la parte biológica. “Vayamos a ese parto que no se da solo en el nacimiento, sino a lo largo, sobre todo, de esos primeros años en la educación”.
“Por eso yo siempre insisto en el Ministerio de la Familia, porque no solamente es la mujer, es la familia, y la madre educa a sus hijos en la familia”, dijo en referencia a que los gobiernos, los estados, deben crear ese ministerio público.
El Arzobispo de Lima también llamó a los sacerdotes a “tener su amor y su corazón bien anclado en la ternura, en el cariño, en concreto en las personas que los rodean”.
Sobre la celebración de la Ascensión del Señor, el Purpurado dijo que es una ocasión para buscar “la mirada de Jesús, su voz, la ternura de su mano, su abrazo”.
“Todos somos una huella de que por aquí pasó Dios. Toda vida humana tiene la grandeza de tener vida, de la sabiduría, de la maravilla que es ser persona, existir. Esa huella, un poco borrosa, ese espejo en el que se refleja Dios en cada uno de nosotros puede ser un espejo limpio, transparente, o puede ser un espejo que distorsiona. Y por eso la ascensión nos dice: ‘Oye, Jesús, pon tu huella con más fuerza en el alma de cada uno de nosotros’”, afirmó.
Hoy por ello desde esta ocurrente columna no queríamos pasar desapercibido un enorme y cariñoso saludo a todas las madres de este planeta pero en especial a las salvadoreñas que contra viento y marea nos han sacado adelante en este paisito empobrecido pero suficiente para vivir.