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La masacre de Copapayo

El sábado 10 de noviembre en Copapayo, al pie del monumento a todas las heroínas, héroes y mártires de la comunidad, niñas y niños, jóvenes, mujeres y ancianos recordaron el sacrificio que tuvieron que dar con sus vidas, tanto papás, mamás, hermanas, hermanos y también niñas y niños de tierna edad en la lucha por la vida, el pan, la tierra, un techo y la libertad.

“Soñábamos y luchábamos para construir en la Tierra un mundo de justicia, de fraternidad y solidaridad entre los pobres y entre los pueblos y hoy nos falta todavía mucho que luchar para cumplir nuestro sueño”.

En ese homenaje a nuestros caídos nos acompañaron pobladores de San Francisco Echeverría, Pepeishtenango, San Nicolás, Cinquera, Suchitoto y hasta de San Salvador.

El padre Luis Quintanilla, de Santa Marta, ofreció una emotiva misa campesina junto con el coro de la comunidad.

Los Navegantes de Copapayo, Los Paco Cutumay de Suchitoto y un conjunto de jóvenes músicos de San Francisco deleitaron con canciones de la guerra revolucionaria.

El teatro La Jodarria del Frente Universitario Roque Dalton (FURD), con niñas y niños de la comunidad incorporados, recordaron con una escenificación las masacres contra los pueblos humildes, que continúan hoy de la mano del imperio yanqui, en Palestina, Yemen, Siria, Afganistán, Irak, Ucrania, Libia, Somalia. ¡Pero también sigue la resistencia de los pueblos y sigue la solidaridad con los pueblos amenazados y agredidos por la mano criminal!

Al terminar la presentación teatral se repartieron un gran número de la revista RAÍCES, de la Asociación Salvadoreña Palestina (ASP), recibidos con mucho interés por todos, por su identificación con el sufrimiento del pueblo palestino y otros pueblos agredidos y masacrados al igual que lo sufrió el pueblo salvadoreño en la historia reciente.

La masacre del 4 y 5 de noviembre en Copapayo y San Nicolás.

Un abrazo.

La Masacre de Copapayo.

“En los primeros días de noviembre de 1983, el batallón Atlacatl incursionó en la zona de Cinquera-Radiola. Las tropas élites que recién habían regresado de Estados Unidos donde los entrenaron en torturar y asesinar a gente humilde, se tomaron el cerro Timpincuqui. Desde esa altura los soldados vieron a los más de 300 pobladores del cantón del viejo Copapayo que se habían escondido en una quebrada a la orilla del lago Suchitlán. Los soldados bajaron a la quebrada y abrieron fuego de ametralladora sobre la gente indefensa. Decenas de pobladores intentaron huir en 3 lanchas al otro lado del lago, pero las bestias uniformadas ametrallaron las lanchas y toda esa gente murió.

Los soldados rastrillaron los montes y mataron a mucha gente que hallaron. En la tarde llevaron unas 100 personas amarradas hacia La Escopeta, donde violaron a las muchachas y niñas y las decapitaron después.

A la siguiente mañana llegaron a San Nicolás, donde encerraron a los hombres en una casa y las mujeres y niños en otra. El coronel Monterrosa personalmente dio la orden de ametrallar a la gente encerrada y tumbar las casas sobre sus cadáveres. Los testigos estiman que entre el 4 y 5 de noviembre, en Copapayo y San Nicolás los soldados mataron de 120 a 150 personas”.

El 31 de octubre de 1984 la guerrilla del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) de Morazán logró derribar el helicóptero de la Fuerza Armada Salvadoreña en el que iba el coronel asesino Domingo Monterrosa, junto con todo el mando militar represivo de la zona, incluido el capellán militar que solía bendecir a las bombas y las tropas que mandaron a masacrar a la población civil.

¡29 años después de ese ajusticiamiento del peor genocida de la historia reciente de El Salvador, el 31 de octubre recién pasado los representantes de la oligarquía en la Asamblea Legislativa pidieron un minuto de silencio en memoria del carnicero coronel Domingo Monterrosa…!

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