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Jorge Morales López, F.R.C. (No. 1)
De la Revista El Rosacruz, Abril-Mayo de 2015
El error de dejarse llevar por la publicidad desde que el hombre tuvo consciencia de ser y de estar en la Naturaleza, se dio cuenta de sus limitaciones físico-biológicas como ser viviente y se percató de la necesidad de recurrir a los elementos naturales, lo cual se expresaba como necesidad de alimentos, de abrigo, de protección contra depredadores y, sobre todo, de salud.
Para que el Homo Sapiens conociera el mundo que le rodeaba, utilizó sus propios sentidos. Por ejemplo, el sabor amargo o dulce en la punta de la lengua le indicaba la potencialidad de una planta como remedio o veneno. Se dirigía por medio de la prueba y el error, la muerte o la sobrevivencia, y sus conocimientos han sido transmitidos a las generaciones descendientes de su grupo social. Con la transmisión de conocimientos se formó lo que ahora conocemos como cultura.
Los conocimientos acumulados y sistematizados a través de los siglos conformaron un sistema de creencias y prácticas que poco a poco constituyeron un sistema médico. En cada cultura una medicina tradicional propia, la cual se conceptualiza en general como el conjunto de prácticas, conocimientos y habilidades específicas que tienden a recuperar o a preservar la salud de determinado núcleo, ya sea familiar o de un grupo social, basándose en concepciones culturales y en recursos terapéuticos acordes a esas concepciones que desarrollan en lugares donde se asientan las diferentes culturas.
Época en que se da a conocer la Medicina Tradicional
La historia de la medicina tradicional se remonta a miles de años atrás desde el comienzo de la humanidad, por ejemplo, el hombre de Neardenthal.
Un apartado de un número de la revista National Geographic habla de ciertos estudios de Karen Hardy, arqueóloga del instituto catalán de la conservación y estudios avanzados de Barcelona,. Karen Hardy dice que los Neardenthal utilizaban plantas medicinales. Menciona que los habitantes de las cavernas incluían en su dieta Aquiles y camomila, que son plantas con un valor nutricional muy alto. Dado que el sabor de esas plantas no es precisamente agradable, se puede pensar que optaron por su consumo basándose en cuestiones medicinales.
Sabiendo esto del hombre de Neardenthal, que no pertenecía a los Homo Sapiens, se puede pensar que es real que los hombres aprendieron algunas formas de curarse y de subsistir de los animales. Creencia que se puede confirmar con la historia de la planta llamada mikania o guaco se dice que un personaje (un pastor) veía con curiosidad cómo las Aguilar devoraban serpientes, un día una serpiente le mordió una pata al águila antes de ser devorada. Entonces, el águila se fue directo a un árbol de mikania, se comió unas hojas de tal árbol y no se murió. Así que cuando el pastor fue mordido por un serpiente también, fue corriendo en busca de un árbol de mikania y comió algunas hojas con la esperanza de sobrevivir, y su sorpresa fue que no murió. El doctor Joseph Berdonces, en su gran enciclopedia de las plantas medicinales dice que los perros se purgan su estómago con grama, lo que lleva a la pregunta qué no harían por sí mismos los primitivos que eran seres más evolucionados.
Cosas en las que se ha fundamentado la medicina tradicional a lo largo de la historia
La mayor parte de las medicinas tradicionales, en casi todas las culturas ancestrales, se fundamentaban en elementos ritualísticos, mágicos y religiosos, en los cuales se utilizaban plantas medicinales, minerales, animales, agua y un elemento muy importante, energía vibratoria o psíquica. En algunas culturas, el área de la medicina era llevada por sacerdotes, chamanes, curanderos y gente que se especializaba en la materia.
La medicina tradicional es un complejo de conocimientos que se ha ido legando de generación en generación. De padre a hijo, de hijo a nieto, de nieto a bisnieto o de alumnos que en una escuela se han interesado en el área de la salud. La mayor parte de conocimientos se fue legando de manera verbal y como enseñanza de la práctica personal.
Antigua y Mística Orden Rosae Crucis, AMORC
León, Guanajuato, México
