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LA MENTIRA Y LA AMENAZA POLÍTICA

JOSÉ GUILLERMO MÁRTIR HIDALGO

Para el Doctor en Filosofía, el colombiano Juan Samuel Santos Castro, la mentira presenta cuatro dimensiones: que una persona haga un enunciado, que la persona crea que el enunciado es falso, que haya otra persona a quien se le dirije el anunciado no verdadero y que la persona que miente, tenga la intención que la otra persona crea el enunciado no verdadero . Pero, advierte, la mentira en política es un fenómeno diferente a la mentira común y corriente.

La mentira política, atiende al uso especial que se le da al lenguaje. Su función no es implantar creencias falsas en sus destinatarios, más bien, socavar diversas clases de condiciones epistémicas, que son necesarias para la discusión imparcial de los desacuerdos sociales. Las mentiras políticas pretenden, afectar las decisiones y acciones de aquellos a quienes se dirigen. Esto, mediante la manipulación de condiciones epistémicas que permitan una adecuada discusión pública. El éxito de algunas mentiras políticas es generar duda, despertar emociones y activar prejuicios o ciertas disposiciones.

El mentiroso político es una especie de tramposo, quien rompe toda clase de reglas para asegurar una ventaja frente a sus competidores. Algunas mentiras políticas se parecen al gaslighting, por su forma de manipulación emocional, en la que el gaslighter intenta inducir en el otro que sus acciones, percepciones, memorias y creencias carecen de todo fundamento. Por ejemplo, el Semanario Proceso, de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, en el artículo “La amenaza de la dictadura”, asevera que la mayor parte de la ciudadanía apoya y confía en el presidente Nayib Bukele .

Esto a pesar que en tres años de gobierno ha desmantelado la democracia, ha polarizado la sociedad, ha tolerado altos niveles de corrupción y la violación sistémica de derechos humanos, se traduce en persistentes acusaciones ante organismos nacionales e internacionales. Esto se debe a que el equipo de extranjeros con que cuenta, hábiles en infotecnología, acumulan y sistematizan datos ciudadanos, para influir, manipular y controlar a la sociedad por medio del mundo digital. Por lo que el presidente comunica y manipula con los últimos recursos técnicos a su servicio, para dar a la población lo que quieren escuchar.

PSICÓPATAS Y NARCISISTAS CONSTRUYEN UNA MÁSCARA SOCIAL

Ahora bien, psicópatas y narcisistas construyen una máscara social . A través de la cual, todo el mundo los admira. Pero, detrás de la fachada, hay un monstruo que muy pocos lo ven, por tal motivo, siguen abusando como si nada. Aun así, dejan rastros en su accionar y cuando alguien los detecta, se convence que estaba equivocado. Por eso es importante documentar toda cosa fuera de lugar o sospechosa.  Si recibimos denuncias, no descartemos una investigación. El silencio perpetúa la imagen maravillosa que se han inventado.

Laurence Cuvillier es una periodista francesa, corresponsal de France 24 para Centro América . Ella visitó a El Salvador en el mes de septiembre, con la intención de grabar un documental sobre el régimen de excepción. Dice haber visto cambios significativos en el país en solo un semestre. Ella atestigua que vio un temor a hablar, de grandes dimensiones.

Narra que había acordado entrevistas con familiares de fallecidos, por su permanencia en las cárceles salvadoreñas, quienes habían sido capturados durante el régimen de excepción. Pero, declinaron a hablar por temor a que los podían ir a buscar. Explica que le negaron información de funcionarios, presenciar operativos, visitas al mega penal que se construye en Tecoluca y obtener información del régimen de excepción. Dice que solo pudo hablar con familiares de capturados en el régimen de excepción.

LA AMENAZA POLÍTICA Y EL MIEDO

El miedo ha caracterizado a la amenaza política, cuyo efecto psicológico y político es el miedo generalizado de las mayorías. La psicóloga chilena Elizabeth Lira Kornfeld, en su libro “Psicología de la Amenaza Política y el Miedo” sostiene que la existencia de una amenaza política permanente produce pánico crónico . Y las dictaduras de la seguridad nacional han privilegiado los métodos psicológicos, para el control político de la sociedad. Por su carácter arbitrario, la amenaza política se generaliza en toda la sociedad. Es decir, la represión política o asesinato de personas que no son políticas, refuerza la percepción que cualquiera está amenazado. La amenaza política es percibida como una amenaza vital. Cuando miles de sujetos son amenazados, dentro de un determinado régimen político, la amenaza y el miedo caracterizan las relaciones sociales. Incidiendo en la conciencia y conducta de los sujetos. Ya que el pavor internalizado y crónico, delimita el espacio de existencia de las personas.

Lira Kornfeld explica que su investigación comprende cuatro estudios. Tres de ellos son estudios de contexto y uno de trabajo terapéutico grupal. El primer estudio es, sobre la significación de la muerte como amenaza política. El segundo, sobre el análisis de la amenaza y el miedo en la propaganda política televisiva. El tercer estudio midió el miedo y la amenaza, a través de encuestas de opinión pública. Y el último estudio fue el trabajo terapéutico grupal formado por activistas de los derechos humanos, líderes sociales y políticos.

En correspondencia al primer estudio, Lira Kornfeld cita al somalí Hussein Abdullahi Bulhan, quien sentencia que la opresión no puede ser impuesta, sin el miedo a la muerte. Cuando el miedo a la muerte adquiere preeminencia, florecen la tiranía y la explotación. Cuando la gente se somete a la opresión, para preservar su vida biológica, padecen de muerte psicológica y social. Pero si el oprimido logra superar el miedo, las armas superiores y la violencia del opresor pierden su potencia.

En periodos de crisis, los lideres orientan la rabia y las frustraciones de las mayorías, contra sujetos portadores de identidad negativa. Como le llamó el psicoanalista germano-estadounidense Erik Erikson, a la construcción ideológica y psicológica de la categoría de enemigo.

Las consecuencias psicosociales de este terrorismo político son: la rigidez y estrechez del marco general de la vida social, la polarización social, el debilitamiento de la autonomía personal y la auto confianza y la devaluación de la vida humana. El poder político mediante el terror, es un modo de gobierno por medio de la intimidación.  La amenaza política existe en la realidad externa, mientras que el miedo es una respuesta del sujeto ante la amenaza.

En el segundo estudio, la amenaza de terrorismo de Estado se expresa en el discurso político de la autoridad a través de los medios de comunicación. Que se concretiza mediante procedimientos represivos que generan experiencias traumáticas.  Las estructuras de dominación se interiorizan y el sujeto las hace propias. El terrorismo de Estado introduce la amenaza política en las relaciones sociales, modificando el imaginario social e influyendo en la percepción de la realidad, en su conciencia y conducta.

Las encuestas de opinión pública, el tercer estudio, recogen la percepción social a nivel masivo del miedo y la amenaza política. Las principales percepciones fueron: la impotencia o desesperanza aprendida, percepción que los esfuerzos por el cambio social terminan siendo infructuosos, la fusión en el grupo y el rechazo a conductas innovadoras y la percepción que el cambio de la situación política, depende del hecho de estar dispuesto a dar la vida.

El cuarto estudio fue el proceso grupal. En los resultados de los grupos se observó el grado de interiorización del miedo. Y la elaboración grupal facilitó, transformar el significado de las experiencias represivas, disminuyendo el nivel de angustia ante la amenaza política.

A manera de conclusión, Lira Kornfeld sostiene que la represión política, al introducir la muerte como sanción posible, modifica las reglas sociales previas, alterando la confianza básica de los sujetos en la realidad y sus propias percepciones acerca de ella. Este hecho determinó que los sujetos se percibieran, en una condición de desamparo. Y la falsificación de la realidad, construye el carácter siniestro de la amenaza política. La mayor alienación de la sociedad está en negar y soslayar la existencia de la amenaza política. Esto es un tránsito de la represión visible a la invisible, tal como ocurrió en la sociedad chilena. Y es que la amenaza política ejercida, permanece o permanecerá más allá del proceso de amenaza en el cual se generó, por el miedo que se anida en el cerebro, el cual genera pánico y paralización social, como lo constata Cuvillier, en su reciente visita a El Salvador.

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