Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino
“La Iglesia construye puentes no muros. Debemos derribar los muros que impiden a la gente ser libre y ser feliz; y esa es tarea de todos. Si creemos en el Dios de la vida y la paz, tenemos que ser activos en esta lucha”, expresó el cardenal Gregorio Rosa Chávez, al señalar la necesidad de solidarizarse con este fenómeno social que afecta al Triángulo Norte.
“Los obispos de Guatemala se pronunciaron sobre la política del ‘tercer país seguro’ pidiendo al presidente (Jimmy Morales) no cayera en esa trampa, que había que permitir a las personas transitar libremente, pero no se logró”, agregó Rosa Chávez, al referirse a la política migratoria del presidente de Estados Unidos Donald Trump.
“Esto nos duele mucho, que haya un muro nuevo para nuestra gente; pero esperamos, también, que dentro del país se den condiciones más humanas para que la gente quiera quedarse y no sea obligada a salir del país”, señaló.
Asimismo, consideró que es importante entender que la migración es un derecho humano, y que en el caso de Óscar y Valeria Martínez quienes murieron en las aguas del río Bravo tratando de llegar a Estados Unidos, se había fallado en garantizarles el derecho y libertad de una vida digna y libre.
“Nosotros redactamos un comunicado hace dos semanas donde decíamos que era un derecho el migrar, y no se puede impedir a nadie que pase por un país; esperaríamos que se mantengan y que El Salvador respete ese derecho a migrar; no se puede, a ningún extranjero abrirle las puertas y negarle que camine en nuestras calles”, reflexionó.
En cuanto a la embajadora Jean Manes quien termina su gestión en El Salvador, el cardenal Rosa Chávez mencionó que la política de grandes potencias muchas veces enfocadas a intereses propios, ignora el drama humano de los pueblos en América Latina.
“Hay una cosa muy clara y muy dura que ese gobierno tiene y es una frase que repiten: el país no tiene amigos, tiene intereses. Ellos la repiten y un embajador tiene ese criterio; por lo tanto, los amigos ahora son enemigos, dependiendo de sus intereses que se centran en ellos, en sus intereses y no en las personas; y por tanto, esos son los criterios de los embajadores. La actual embajadora ha dejado un buen recuerdo como persona, pero ha aplicado la política de su gobierno porque ese es su papel. ¿Cómo pedir que eso cambie? que entiendan que su país sin nosotros no puede existir, que nos necesitan, porque la gente es más importante y nos lo han dicho cuando hemos llegado: ‘su gente es una bendición para nosotros y son gente honrada’. Quiera Dios que el aspecto humano sea más importante”, puntualizó.