Santiago Leiva
@Santileij
Luces y sombras. La selección de El Salvador dejó algunas luces sobre el estilo y sistema de juego preferido de cara a la Copa de Oro, pero también dejó al descubierto sus debilidades ante un Ecuador superior de principio a fin.
La Azul cayó 0-3 ante los sudamericanos, pero el resultado pudo ser más abultado y catastrófico.
Los ecuatorianos tuvieron al menos dos ocasiones más para incrementar la cuenta, pero optaron por patentizar su promedio goleador ante El Salvador que es de 3.1 goles por partido. En siete encuentros, el representativo de Suramérica le ha convertido 22 goles a los cuscatlecos.
Anoche, los ecuatorianos tardaron un poco más del cuarto de hora para llegar al gol, pero en la etapa de complemento borraron a El Salvador de la cancha y Eduardo Lara debió llenar su libreta de apuntes con aspectos a corregir.
El estratega cafetero apostó anoche por el 4-4-1-1, un muñeco que rellenó con varios legionarios y el que se presume será el once titular con que se debute en la próxima Copa de Oro. Lara alineó a Benji Villalbos bajo los tres postes, la pareja Henry Romero-Milton Molina en el centro de la zaga, Bryan Tamacas por derecha y Alex Larín por izquierda.
En la zona ancha Gerson Mayén se movió por derecha, Dennis Pineda por izquierda y Richard Menjívar junto a Darwin Cerén se pararon en la tómbola central. Pablo Punyed se manejó como enganche y “Fito” Zelaya se movió solo en el frente de ataque.
La estrategia funcionó, al menos en defensa, hasta el minuto 17, porque solo segundos después John Cifuentes se encargó de tirarla al cesto de la basura. El ariete ecuatoriano aprovechó un centro desde la derecha para alzarse en tijereta y vencer a Benji Villalobos con el primer tanto de la noche.
La anotación, no obstante, no desactivó la idea de juego de la Azul, pero lució imprecisa en el traslado de la pelota sobre todo por la marca a presión de que ejecutaba el rival cuando no tenía el balón.
Así, los pupilos de Eduardo Lara solo tuvieron algunos respiros con remates de “Fito” o Pineda que jugó sin complejos ante los sudamericanos.
En el arranque del complemento, Lara decidió refrescar la zona ancha, pero sin renunciar a su esquema. Mayén pasó a jugar como enganche y El Salvador mostraba algunos destellos en recuperación de balón y sociedades, pero un nuevo desborde por izquierda, Ecuador tumbó a la zaga y Enner Valencia se encargó de colocar el 2-0, en el ´50.
En adelante la Azul (anoche de blanco) se desdibujó y el dominio fue placentero para los ecuatorianos que crearon y fallaron varias ocasiones de gol. Empero, para seguir fieles a su tradición, en el ´79 Fernando Gaibor, de penalti, colocó el 3-0.
La sanción fue producto de una falta en el área de Romero sobre Valencia y en la misma acción vio su segunda cartulina amarilla Molina por reclamos y fue extrañado del terreno de juego.
Con un hombre menos en los últimos diez minutos, El Salvador pudo recibir un gol más, pero la pizarra ya no se movió. Al final el encuentro acabó en fiesta para los ecuatorianos congregados en el Red Bull Arena de New Jersey.