Rolando Alvarenga
@DiarioCoLatino
Es impresionante los estragos que el COVID-19 ha venido a causar en este país al gremio de profesionales que hasta hace unos meses sobrevivían laborando en la Educación Física. Un tema que en titular destacado, pero superficialmente tocó el lunes anterior en estas páginas el vicepresidente del Comité Olímpico, Fabrizzio Hernández.
Sin tantos rodeos, pero lapidariamente, Hernández sostuvo que: “La Educación Física ya estaba deteriorada y esta pandemia la mato”. Al respecto, un profesional de esta determinante formación básica escribió a este redactor para aportar reveladores insumos sobre un tema que viene a sumar más desgracia al deporte en general, que por falta de una Educación Física integral en sus bases, está sumido en la pobreza competitiva.
“Definitivamente la Educación Física como tal en las instituciones educativas es la gran perdedora. Le cuento que bajo el argumento de falta de clases presenciales, casi doscientos profesores de Educación Física y entrenadores de colegios privados hemos sido despedidos a nivel nacional. Aún sin un salario base, somos contados los que estamos tratando de mantener los equipos en movimiento”, expone en su escrito el citado profesional.
De acuerdo a la óptica y experiencia de este columnista, esta “muerte anunciada” vendrá a perjudicar aún más la preparación de los atletas estudiantiles que por lo general son la base de donde se nutre el recurso humano para el deporte federado. Porque es justamente aquí, en la poca Educación Física, en donde el deporte salvadoreño tiene el talón de Aquiles de su pobre rendimiento en la alta competencia local e internacional. Es que la Educación Física es la base de todo proceso deportivo y si no hay trabajo profesional, no estamos en nada y mejor apaguemos la luz.