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LA MUERTE DEL CANARIO SOÑADOR

La muerte del canario soñador

Lo encontraron ya sin vida, bajo los aleros de la casa

De piedras, ubicada en la colonia Mireya

En San Ramón Mejicanos, según el forense

Dictaminó, que tenía 25 horas de fallecido.

Y su cuerpo  yacía con esa rigidez cadavérica

Su semblante manifestaba su apego a la vida

Como queriendo decir algo antes de morir.

Todos sus congéneres o  sea los de su mismo especie

Lo habían tildado de loco, pues a veces se posaba

En cierta rama del árbol de almendro

Y contemplaba el azul del cielo y el espacio infinito,

Se alegraba tanto con las salidas del sol.

Cuando nace la aurora y quedaba extasiado…

Quedaba en éxtasis…

Que hasta se le olvidaba de sus labores cotidianas,

No comía y pasaba horas enteras en

Estado de contemplación y suspiraba hondamente.

Ha perdido la razón comentaban sus amigos,

Pues solía decir que tenía una hija

En un país lejana y que se llamaba Alondra.

¡Como hablaba de ella

Algunos amigos le observaban

Que escriba cosas y apuntas…

Que solamente él sabía

Nuestro amigo ha fallecido decían

Y sus funerales serán el domingo

Y reuniremos algunos $$ para darle

Cristiana sepultura…

Lo que no alcanzaban a comprender que aquel raro ejemplar

De canario era poeta  y para su enfermedad incurable por cierto

No había antídoto para sanarle

Ellos comentaban

Solo los queda su recuerdo, el recuerdo de su dulce voz…

Por las mañanas.

Carlos Villacorta

Poeta

 

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Ilustración de Iván Alvarenga. Sin título. Portada Suplemento Cultural Tres Mil, sábado 14 diciembre 2024