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Lo que ocurrió en Santa Tecla a mediados de la semana pasada, que dejó el saldo de un muerto y más de una docena de heridos de bala, algunos aún de gravedad, hay que leerlo en el marco de la prepotencia y la conducta represiva histórica de los cuadros y funcionarios del partido ARENA.
Recordemos los antecedentes. En primer lugar, siendo edil de la alcaldía municipal de San Salvador, el doctor Norman Quijano ordenó reprimir a los vendedores, incluso, creó en la alcaldía de San Salvador un remedo de “UMO”.
El responsable de la policía municipal de San Salvador era, por cierto, Gilbert Cáceres, el que hoy lo es de la policía municipal de Santa Tecla, y por ende responsable del penoso caso de represión ocurrido el jueves de la semana pasada.
Un fotoperiodista de Diario Co Latino estuvo a punto de morir en ese incidente, luego que una bala, que atravesó de forma longitudinal una pequeña maleta colgada en su cintura, perforara todos los objetos que allí portaba.
El alcalde tecleño Roberto d’Aubuisson dijo, al ser consultado tras el episodio violento, que “no le importaban las vidas o heridas de los revoltosos”, lo cual, además de prepotente es grave por el atentado a los derechos humanos de toda persona.
Pero la prepotencia arenera la ha recalcado el señor Norman Quijano, aprovechando la investidura de presidente de la Asamblea Legislativa, al paralizar durante nueve días todo el accionar del Órgano Legislativo, atropellando el instructivo interno de la Asamblea y otras normativas.
Al señor Quijano no le bastó con parar la Asamblea, sino que convocó y volvió a dejar abierta la sesión plenaria de hace más de diez días, y llamó a las comisiones a trabajar, sin haber cerrado la sesión inicial, con lo que a la luz de los entendidos volvió a violar el reglamento.
Hace un par de meses, también, Norman Quijano ordenó rociar con gas lacrimógeno al mismo rector de la Universidad de El Salvador, que acompañado de estudiantes, docentes y trabajadores protestaron frente al Palacio Legislativo por los peligros de la privatización del agua.
Valgan estos ejemplos para caracterizar el actuar represivo y prepotente de la dirigencia y los funcionarios del partido ARENA.
