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Licenciada Norma Guevara de Ramirios
A dos años de la legislatura que, en su mayoría acompaña al presidente de la República, su gestión seria suficiente para comprender la importancia de la unidad de la oposición.
Pero parece ser una asignatura política de difícil comprensión.
Desde el primer día 1 de mayo de 2021 se marcó el rumbo del autoritarismo, el desprecio a la Constitución, la voluntad de desarmar el Estado constitucional de derecho y pasar a un Estado de aparente legalidad, eso es el régimen que tenemos.
Las ilegales e inconstitucionales destituciones de la Sala de lo Constitucional y del Fiscal General de la República, indicaron que a todos puede pasar lo mismo; así, cada despedido sabía ya que nadie puede garantizar la defensa de sus derechos.
El silencio se impuso con la evidencia del respaldo incondicional de la fuerza armada y la policía; los magistrados de la Corte Suprema de Justicia simplemente contemplaron cómo se deshacía el gobierno de una entidad llamada, por Constitución, a poner alto a los desafueros de las autoridades.
La oposición legislativa, reducida, acosada y prácticamente asustada, estuvo lejos de asumir una postura de bloque opositor, que requeriría concertación; pesaron los antagonismos del pasado más que la nueva situación en la que se desempeñan.
¿Cómo no entender que se requiere unir toda la fuerza para encarar el régimen? Las voces parlamentarias valientes no han dejado de expresarse, pero queda en evidencia que se trata de voces solitarias en el contexto legislativo, que se ha carecido de concertación interparlamentaria.
En la práctica, cada quien ha creído que libra su cacaste -como se dice popularmente-, dejando sentada las posturas para la historia pero, al fin, son posturas individuales, pocas veces acompañadas de sectores organizados.
Para el régimen es lo mismo la diputada del partido VAMOS que las del FMLN; es lo mismo el diputado de Nuestro Tiempo que los diputados de ARENA; pero entre ellos parece que se ve difícil presentar, como bloque, alguna iniciativa en defensa de alguno de los sectores populares.
Mientras esto sucede y a la vista de todos, como si eso pasara en una pantalla de televisión y por episodios, en la que cada semana ocurrirá algo contra el pueblo, más impuestos, leyes para expropiar tierras, leyes para volver inseguras las elecciones y, mes a mes, por más de un año, quitando las garantías constitucionales; repito, mientras lo anterior sucede, en la calle la realidad calienta el animo de los sectores que sí van comprendiendo que es preciso hacer algo.
Así llegamos a este momento, en una lógica en la que a nivel de pueblo crece la cantidad de personas que se dan cuenta que el país va mal, que hay diferencias lógicas, obligadas, pero que hay que actuar juntos, buscar objetivos comunes, va construyéndose la concertación popular, como quedó demostrado en la masiva y animada marcha y concentración del Día de las y los Trabajadores.
Marcharon el 1 de mayo pueblo trabajador en clara oposición al régimen político, y en esa marcha se expresaron, con excepción de Arena, las fuerzas políticas que están representadas en la Asamblea Legislativa: el FMLN, Nuestro Tiempo y VAMOS, los sindicatos y los veteranos, los ambientalistas, las feministas, los familiares de las víctimas del régimen de excepción y de los presos políticos, profesionales y maestros, jóvenes y estudiantes.
En ese contexto, el mensaje de la delegada del Bloque de Resistencia y Rebeldía Popular reitero su llamado a trabajar por construir un frente amplio, llamado que vienen haciendo desde el año pasado y que debería servir para que en lo político-partidario, los que realmente son opositores al autoritarismo, dieran el paso de poner por encima lo común y el interés general de la nación para presentar una opción alternativa al oficialismo.
La concertación por objetivos comunes, supone reconocer y respetar las diferencias existentes entre quienes tienen capacidad y voluntad de hacerlo, y surge de reconocer que eso se necesita, y esto es lo que por ahora, en materia política electoral, se extraña: la capacidad de ver la necesidad e importancia de unir toda la fuerza para recuperar al país.
El régimen autoritario y represivo sintetiza a todo opositor en una sola frase y les trata con la misma estrategia, pero qué difícil es que estas víctimas se pongan en pie para enfrentarlo unidos.
Sin duda, el llamado del BRP en algún momento se comprenderá. Porque nunca es tarde para empezar la tarea que no visualizamos hace dos años o, más aún, aquel fatídico 9 de febrero que fue anunciado lo que hoy se vive.
