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La lucha por la unidad de América del Sur tuvo en Simón Bolívar a su paladín, quien trató de unificar los diferentes territorios del Sur del continente americano. En 1825 contribuye de manera decisiva a la independencia de la Audiencia de Charcas, constituida por el territorio del Alto Perú, nombre con el que se identificaba a la que sería Bolivia, nombrada así en honor a Simón Bolívar, quien fuera designado Presidente de la nueva república y que dejara en su lugar al “Mariscal de Ayacucho”, Antonio José de Sucre.
El esfuerzo de Bolívar por unificar la “Mayúscula América” en contra de la dominación española y en beneficio de la independencia, constituyendo una sola nación se expresó en el esfuerzo por realizar el Congreso Anfictiónico, celebrado en Panamá en junio de 1826. El Libertador se había dado cuenta que ante el naciente imperio estadounidense, la mayor fortaleza que tendrían los pueblos latinoamericanos y caribeños sería la unidad.
José Martí, nacido en 1853 fue también un promotor de la unidad y la lucha por la independencia de los pueblos latinoamericanos y caribeños. Seguidor de la herencia de Simón Bolívar. En su obra La Edad de Oro dice: “llegó un viajero al anochecer que sin quitarse el polvo del camino, ni preguntar dónde se comía o dormía, solo indagó cómo se llegaba a la estatua del Libertador Simón Bolívar… cuentan que aquel viajero, solo con los árboles olorosos y altos de la plaza lloró frente a la estatua del Libertador, que parecía que se movía como un padre cuando se le acerca a un hijo…”.
Ese vínculo tan estrecho en el pensamiento de Bolívar y Martí alrededor de la necesaria unión de los pueblos latinoamericanos y caribeños en lucha contra el colonialismo español y el naciente imperio estadounidense expresado en la Carta de Jamaica: “Yo deseo más que otro alguno ver formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria.”
En tiempos más recientes ha sido la unidad de los pueblos de Nuestra América la que ha permitido una mejoría en las condiciones de vida y la derrota del aislamiento al que los gobiernos de los Estados Unidos han querido someter a Cuba. Fue, precisamente en diciembre de 2004, cuando el solitario gobernante revolucionario surgido de las urnas en Venezuela, Hugo Chávez, sostiene la primera cumbre de la Integración Latinoamericana con el gobernante cubano Fidel Castro, la que da origen a la Alternativa Bolivariana para los pueblos de Nuestra América con Venezuela y Cuba como miembros fundadores, posteriormente, el 29 de abril de 2006 se integra Bolivia, en 2007 Nicaragua, en 2009 Ecuador. También se han integrado al ALBA, estados caribeños como Antigua y Barbuda, San Vicente y Las Granadinas, San Cristóbal y Nieves, Granada, Santa Lucía, Dominica y Surinam.
Esta integración ha potenciado el rompimiento del aislamiento de Cuba pretendido por el bloqueo de los gobiernos republicanos y demócratas de EEUU.
Posteriormente, haciendo de la solidaridad la bandera victoriosa que abriría el camino a la integración latinoamericana, se concreta la formación de la CELAC, el 23 de febrero de 2010.
Esta unidad de los pueblos y gobiernos latinoamericanos, incluido el cubano, se mantiene en lucha contra las agresiones de todo tipo: el engaño mediático, la compra de voluntades durante elecciones, las amenazas de agresiones armadas desde Estados Unidos, la violación del espectro radioeléctrico, las violaciones a los derechos humanos debidas a gobiernos dictatoriales recién elegidos, como el de Argentina, epidemias de dudosa procedencia, delincuencia, narcotráfico, intentos de golpes de estado, migración legal e ilegal, etc.
El Estado plurinacional de Bolivia ha sido institucionalizado por el pueblo boliviano y sus gobernantes, quienes han logrado un crecimiento económico sin precedentes, niveles muy altos de soberanía nacional y popular, así como el mejoramiento de las poblaciones sin distingo de ningún tipo, logrando la integración de la patria boliviana.
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