Alberto Quiñónez /
Colectivo de Estudios de Pensamiento Crítico
Un concepto clave en la obra de José Martí es el de “identidad”, aun cuando dicho concepto no esté del todo explícitamente presente en sus escritos, aunque sí lo está en cuanto problemática. Escrito señero en el tema es el ensayo escrito durante la última década del siglo XIX, “Nuestra América” [1], en el que Martí sintetiza muchas de sus preocupaciones filosóficas y políticas y que tiene, sin lugar a dudas, una importancia capital en la problematización de la identidad latinoamericana. Importancia que se remonta a lo largo del siglo XX y llega hasta nuestros días gracias a los procesos populares de emancipación que han tenido lugar –con éxitos notorios, pero también con fracasos- en distintos países de la región y que han contribuido a plantearse nuevamente el problema de la identidad y la soberanía de América Latina.
Como toda obra del pensamiento, la de Martí es hija de su tiempo. Por ello resulta importante señalar que el momento histórico en que dicha obra se desarrolla está caracterizado por la reestructuración de la geopolítica latinoamericana y mundial, a raíz de la pérdida relativa de importancia de los gobiernos extranjeros (principalmente, España y Portugal) en la configuración de las políticas internas de los Estados latinoamericanos, pérdida que se explica a su vez por los procesos independentistas que tienen lugar a lo largo del siglo XIX. En consonancia con ello, se da en los países latinoamericanos la configuración de los Estados nacionales y de los aparatos estatales de corte liberal; así como también la expansión hacia esta región de las relaciones sociales de producción de carácter capitalista (de hecho, los procesos de acumulación originaria en Latinoamérica se llevan a cabo en este periodo). Finalmente, otra característica es la creciente importancia que va adquiriendo el imperialismo inglés, por un lado, y el norteamericano, por otro.
En tal contexto, la noción martiana sobre la identidad latinoamericana se plantea en dos niveles. Primero, al respecto de la dialéctica que subyace a la dicotomía –no excluyente- entre particularidad o especificidad latinoamericana y universalidad de las aspiraciones humanas. En segundo lugar, la noción de identidad se plantea precisamente en el ámbito de lo específicamente latinoamericano como autoreconocimiento y autonomización. Tal noción no puede verse –y aquí es preciso apelar a la biografía misma del autor- como una reflexión vacía o meramente especulativa, sino como un punto de partida de una programática política que aspira, primero, a la toma de conciencia y, segundo, a la soberanía real de América Latina. Es, sin embargo, importante, ahondar en cada uno de estos niveles o momentos del planteamiento martiano de la identidad.
Al respecto del primer momento, subyace en los escritos de Martí la apelación a una especie de “naturaleza humana” y aunque el término pueda no ser preciso, se utilizará aquí –pues no es el objetivo profundizar en dicha discusión- para dar cuenta de la noción martiana sobre la identidad. Dicha naturaleza humana es lo que aúna o identifica, es decir, lo que reduce a algo común a seres humanos que, por su condición, se han visto relegados a ser objetos de opresión o, por el contrario, se encuentran investidos de poder. Tal es, por ejemplo, el caso de las poblaciones afrodescendientes, de las poblaciones indígenas, o de las clases sociales desposeídas, como el campesinado. La capacidad humana para el trabajo, las destrezas para la educación, la sensibilidad, el reconocimiento del otro, la posibilidad de crear, entre otras cosas, son algunos de los elementos que están presentes en todos los seres humanos y que hacen asequible la aspiración de que estos se reconozcan mutuamente. De ahí que América Latina deba verse a sí misma y a los demás pueblos del mundo como semejantes y de que los mismos pueblos latinoamericanos deban reconocer y asumir la heterogeneidad que ellos mismos encierran. La identidad latinoamericana no es pues ajena a esa universalidad que subyace al ser humano, universalidad que se ve opacada por sistemas de dominación impuestos en función, por ejemplo, de las razas.
Por otro lado, el segundo de los momentos antes dichos trata sobre el problema del autoreconocimiento y la autonomización. Para Martí, el ser latinoamericano, la identidad latinoamericana, debe erigirse sobre la base de un volver hacia sí. Esto no significa otra cosa que re-conocerse como una región con sus características particulares, cuya historia –como proceso y como estructura- no es la misma que la de Europa ni la de Norteamérica. Reconocerse es asumir esa historia constituida por una serie de influjos culturales, políticos, económicos, sociales, que han configurado la forma actual del ser latinoamericano. Partiendo de tal reconocimiento, Latinoamérica debe auto-nomizarse, es decir, darse a sí misma su forma de gobierno, su forma de interacción interna y externa, hacerse a sí misma y proyectarse desde ahí hacia la relación con los demás pueblos del mundo. Un requisito para ello es, sin duda, la libertad y ello conlleva a la necesidad de una independencia real, no sólo formal; así como también la participación de todo el pueblo, pues de lo contrario siempre habrá dominación y mal gobierno. Autonomizarse es pues hacer del pueblo el sujeto vivo de la soberanía nacional y regional.
Un elemento que debe también ser mencionado es que para Martí, el debate en América Latina no debería estar orientado por la dicotomía entre civilización y barbarie, como en el pensamiento ilustrado, sino entre erudición falsa y naturaleza. La identidad latinoamericana debe responder a esta última, es decir, debe plantearse como horizonte no la salida de la barbarie, como apunta la mentalidad moderna occidental, sino la asunción de las aspiraciones naturales del ser humano en sus formas de gobierno. De lo contrario, la política sólo apuntará a la reproducción banal de una modelización identitaria impuesta.
Notas:
[1] “Nuestra América” fue escrito en 1891 por José Martí, en el marco de sus reflexiones sobre los problemas de la soberanía y la identidad de América Latina, y sintetiza la mayor parte de las preocupaciones de la obra martiana, en un lenguaje y un estilo muy accesible. El texto íntegro puede ser consultado y descargado de la siguiente dirección: http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/osal/20140310040752/14Marti.pdf