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 La nueva «eco-arquitectura» de Beijing comienza con un nido para el vencejo

Xinhua
Por Luan Xiang y Yuan Quan

BEIJING, 2 jul () — Mientras la humanidad reflexiona sobre el daño que ha hecho a la naturaleza y se da cuenta de que su supervivencia depende en gran medida de la integridad de la biodiversidad del planeta, hay en China quienes ya han empezado a avanzar por el camino de incorporar el respeto por la «ecosfera» en su búsqueda de rentabilidad empresarial.

Y no parece tan difícil: sin necesidad de detener la incesante modernización de la capital, Beijing, todo lo que hay que hacer es colocar una caja de madera en sus rascacielos. Esta simple acción aumenta las probabilidades de supervivencia del vencejo de Beijing, una especie emblemática de la ciudad, en la que ha estado anidando en la parte alta de los marcos de las puertas desde el siglo XV.

Infortunadamente, dado que numerosas estructuras históricas han sido reemplazadas por edificios de concreto en las últimas décadas, la población de esta icónica ave ha experimentado un marcado descenso, pasando de más de 30.000 a menos de 3.000 en 40 años.

¿Es posible que el animal siga reproduciéndose mientras la jungla de concreto de la ciudad no cesa de expandirse? ¿Es posible que las actividades humanas con fines de lucro estén en armonía con los esfuerzos de conservación de la naturaleza?

Los chinos parecen haber encontrado la respuesta, o por lo menos la primera clave de una mentalidad completamente nueva para los negocios en la era de la sostenibilidad y las responsabilidades ecológicas.

DEVOLVER EL HOGAR AL VENCEJO

Recientemente, un grupo de empresarios, conservacionistas e investigadores lanzó el Proyecto del Vencejo de Beijing, con el objetivo de establecer espacios en la arquitectura urbana para que la naturaleza y la vida silvestre coexistan con los seres humanos.

El proyecto, patrocinado por la Fundación Soho China, el Centro de Proyectos del Norte de China de la Fundación Alxa SEE y Birding Beijing, busca instalar nidos de madera en varias de las construcciones más modernas y emblemáticas de la ciudad.

En el futuro, Soho China, un importante promotor inmobiliario especializado en edificios de oficinas, continuará siendo pionero en la tendencia progresiva de la industria al incorporar mejor la conciencia ecológica y la protección de la biodiversidad en el diseño arquitectónico de la próxima generación, dijo Pan Shiyi, presidente de la firma, en el evento de lanzamiento del proyecto.

Estudios y análisis de seguimiento han permitido establecer que «el ave que nunca aterriza» migra en julio de cada año más de 26.000 kilómetros al sur de África y regresa a la capital china en abril para reproducirse. El vencejo ha repetido este patrón de forma ininterrumpida desde los años 1400, cuando se erigieron las primeras construcciones de la ciudad.

Pero hoy en día solo quedan unas pocas torres de palacio disponibles para que estos pájaros puedan anidar, pues incluso las murallas de la antigua ciudad imperial han sido derribadas.

Por suerte para los vencejos, además de comandar uno de los conglomerados inmobiliarios más exitosos de Beijing, Pan es también un amante de la naturaleza. Por eso, preocupado por la casi total desaparición de sus hogares y la consecuente reducción de su población, aprovechando su habilidad innata para la carpintería, construyó el primer prototipo de nido con desechos de madera que encontró en una de las obras de Soho China.

Este proyecto constituye un ejemplo positivo para los promotores inmobiliarios no sólo de China sino de todo el mundo, dijo Henry Paulson, un conservacionista ambiental mejor conocido por su trabajo como secretario del Tesoro de Estados Unidos durante la presidencia de George W. Bush.

El liderazgo demostrado por este empresario chino y su compañía puede marcar una gran diferencia en la protección de los vencejos de Beijing, complementó Paulson en un mensaje de video enviado a Xinhua.

El innovador proyecto podría llevar a la industria global de los bienes raíces hacia una nueva dirección en la que se pueda lograr la defensa de la biodiversidad sin tener que sacrificar la ganancia financiera de las empresas, señaló, a su vez, Terry Townshend, fundador de Birding Beijing, una plataforma que promueve la observación de aves y la protección ambiental.

Ante la alarmante pérdida de más del 60 por ciento de las especies silvestres en menos de 50 años, la transformación de las empresas basada en el respeto por la naturaleza puede ofrecer nuevas oportunidades para una economía ecológica y sostenible, propuso el experto británico en derecho ambiental, cuya base de operaciones está en Beijing.

De acuerdo con Townshend, es de capital importancia tener en cuenta las consideraciones ecológicas cuando a la hora de planificar las ciudades y diseñar bienes raíces, a fin de mitigar el impacto humano negativo en la naturaleza y el ecosistema.

El Proyecto del Vencejo de Beijing evidencia una colaboración efectiva entre comunidades civiles, organizaciones sin ánimo de lucro y empresas para hacer contribuciones positivas a la conservación de la biodiversidad, una condición vital para la supervivencia del hombre y la naturaleza, complementó.

UNA ESPERANZA PARA EL FUTURO

Bajo un cielo nublado y con un grupo de vencejos volando casualmente sobre la concurrencia, cuatro jóvenes «embajadoras» de igual número de escuelas locales presentaron los resultados de sus propias investigaciones y los esfuerzos realizados por proteger a estas aves.

Tras destacar aspectos fascinantes de la vida del vencejo, como que pasa más del 90 por ciento de ella en el aire y duerme con medio cerebro despierto, las embajadoras también señalaron la falta de consideración ecológica como una de las causas principales de la drástica caída de su número.

Otro problema es el diseño de los edificios altos, que no tienen voladizos en sus techos o cuya parte superior difiere mucho de la estructura tradicional china que solía dejar espacios adecuados para que los vencejos anidaran, dijo Chen Yanzi, una estudiante de secundaria y entusiasta observadora de aves.

Ansiosos de ayudar luego de enterarse de la angustiosa situación, muchos adolescentes y jóvenes capitalinos han puesto manos a la obra para construir nidos en los campus de sus centros educativos. Es el caso de los alumnos de la Escuela Secundaria Nº 13 de Beijing, donde hoy el canto de los vencejos hace más agradables las horas que pasan los estudiantes en aulas y patios, gracias a la iniciativa de Gao Chuxuan. La estudiante dijo que en las últimas semanas también nacieron varios polluelos en la Escuela Internacional de Chunyi.

Hablando con madurez, Gao dijo que para despertar conciencia en la ciudadanía es clave difundir el conocimiento sobre la especie y las experiencias adquiridas en el marco de las labores de protección.

Sin embargo, reubicar unos cuantos vencejos en algunas escuelas no eliminará los riesgos que enfrenta la especie. «Tenemos que pensar con anticipación y planear las cosas de acuerdo con la necesidad urgente de preservar la biodiversidad», dijo la estudiante de último año de secundaria.

Gao también pidió a Pan y a otras figuras influyentes del mundo de los negocios que ayuden a que la generación futura proteja el ave y la biodiversidad tanto en la ciudad como en cualquier otro lugar, poniendo los impactos ecológicos y la conservación de especies como prioridades en la etapa de planificación de sus proyectos.

La iniciativa de hacer un llamado a Pan y a Soho China también surgió de los niños, contó Townshend a Xinhua.

«¿Por qué los que hacen los edificios no pueden hacer techos para los vencejos?», preguntó una estudiante de primaria durante una de las conferencias que el ornitólogo británico habitualmente da en Beijing.

Este inocente interrogante fue el detonante de una campaña ecológica para los arquitectos y a las empresas de construcción, y el Proyecto del Vencejo de Beijing fue el primer paso en esa dirección.

«En mi opinión, la única manera de lograr la sostenibilidad ambiental es cambiar fundamentalmente la forma en que nuestras economías valoran el medio ambiente natural», dijo Townshend, catalogando dicha afirmación como «el desafío de esta generación».

«Todos los principales países del mundo requieren de un cambio importante para alejarse del actual modelo económico parcial y obsoleto que supone recursos naturales infinitos y considera los costos de la contaminación y el cambio climático como «externalidades» y acercarse a un modelo más holístico, que valore adecuadamente la naturaleza y los servicios que ella presta», opinó.

Las embajadoras juveniles y las nuevas generaciones que ellas representan, así como los empresarios conscientes de la conservación ecológica que apoyan sus esfuerzos, son la esperanza para China y el mundo frente a desafíos fundamentales como el cambio climático y el deterioro ambiental, concluyó Townshend.

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