Conducir implica un alto grado de concentración. Se requiere una buena organización y coordinación de toda la información que nos llegan desde fuera. Un despiste mientras conducimos nos puede llevar a colisionar con otros vehículos o a posibles salidas de la vía.
Aunque la atención del conductor sea especialmente alta, es difícil saber qué ocurrirá o con qué nos encontraremos después de un giro o una curva. Ser previsor y reducir la velocidad nos puede ayudar a prevenir ciertas situaciones peligrosas, pero no a evitarlas del todo.
Conducir implica un alto grado de concentración. Se requiere una buena organización y coordinación de toda la información que nos llegan desde fuera. Un despiste mientras conducimos nos puede llevar a colisionar con otros vehículos o a posibles salidas de la vía.
Aunque la atención del conductor sea especialmente alta, es difícil saber qué ocurrirá o con qué nos encontraremos después de un giro o una curva. Ser previsor y reducir la velocidad nos puede ayudar a prevenir ciertas situaciones peligrosas, pero no a evitarlas del todo.
Pero esto no significa que no haya una forma de hacerlo. La conectividad y la digitalización están transformando el concepto de la movilidad , que abre las p
uertas a un futuro más seguro, lleno de posibilidades y que se ha convertido en una extensión más de nuestra vida social. Con esto nos referimos al ‘Internet of Things’ o Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés), la capacidad de los objetos de transferir datos por internet sin necesidad de interacciones, es decir, sin que ningún usuario tenga que intervenir.
Este es el caso de Ford que acaba de presentar una nueva tecnología llamada Información sobre Riesgos Locales (Local Hazard Information o LHI) y que ofrece a los conductores una advertencia anticipada de posibles peligros que se avecinan en giros o curvas. Este sistema es un paso significativo en el viaje hacia una infraestructura de transporte conectada, al ayudar a los conductores para prepararse y potencialmente evitar peligros en el camino. Obviamente, estas funciones no reemplazarán la atención, el criterio y la necesidad del conductor de controlar el vehículo.
Su funcionamiento se basa en el análisis de lo que está sucediendo en los coches que van por delante. Es decir, cuando los vehículos que me preceden se encuentran con frenazos repentinos, accidentes o cargas volcadas en su ruta, el conductor que se encuentra detrás y posiblemente fuera de la vista, recibe una advertencia anticipada. Esta información también incluye desde tormentas de granizo inesperadas, inundaciones repentinas, deslizamientos de tierra o incluso cuando los otros conductores activan los airbags, las luces de advertencia de peligro o los limpiaparabrisas.
A diferencia de los anteriores sistemas de alerta de incidentes de tráfico que e basaban en los conductores para aportar la información que generaba las alertas, el LHI funciona de forma autónoma, sin necesidad de interacción del conductor, para generar información y emitir advertencias.Además, los riesgos solo aparecen en la pantalla del salpicadero si es probable que el incidente nos afecte.
De momento esta tecnología está disponible de forma estándar y gratuita durante el primer año en el nuevo Ford Puma. Se prevé que para finales de 2020, el 80 % de la línea de vehículos de pasajeros de Ford implementará este sistema.
Cuantos más coches estén conectados a la red, mayor será la eficiencia del sistema ya que no solo se beneficiarán aquellos que viajan en vehículos Ford, sino que la información enviada se podrá utilizar para alertar a los conductores de los vehículos de otros fabricantes y viceversa.