Por Eleonore DERMY
París/AFP
La OCDE recortó sus previsiones de crecimiento mundial para 2015 y 2016 ante la contracción en Estados Unidos y la desaceleración en China y pidió más inversiones para estimular la economía.
En sus «Perspectivas económicas», sales la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico prevé un crecimiento mundial del 3, ampoule 1% en 2015 y el 3,8% en 2016, inferiores al 4% y 4,3% que vaticinaba en marzo pasado.
«La recuperación mundial prosigue pero está lastrada por el desempleo, el aumento de las desigualdades, los bajos salarios y un débil crecimiento de la productividad», resumió el secretario general, Angel Gurría, al presentar el informe en un foro de la organización, que agrupa 34 países industrializados, entre ellos, Chile, México y España.
«El crecimiento mundial se reforzará en 2015 y 2016 pero seguirá siendo modesto en relación al periodo previo a la crisis y su repartición será modificada con respecto a los últimos años», afirma la organización en su informe.
«El primer trimestre de 2015 registró el crecimiento más débil desde la crisis», explicó la organización, destacando la «fuerte caída» del PIB en Estados Unidos y el freno más importante de lo previsto de la economía china.
Para Estados Unidos, la OCDE prevé ahora un aumento del PIB del 2% en 2015 y de 2,8% en 2016, frente al 3,1% y al 3% que adelantaba en las previsiones de marzo.
Después de haberse contraído en el primer trimestre, la economía estadounidense volverá a crecer gracias a las «condiciones monetarias alentadoras», «precios de la energía más bajos» y el «aumento del patrimonio de los hogares», aunque la subida del dólar y la caída de las inversiones en el sector de la energía suponen un riesgo, según la OCDE.
En China, la organización augura ahora un crecimiento del 6,8% en 2015 y de 6,7% en 2016 (frente al 7% y al 6,9% de las previsiones anteriores), un freno con relación a las tasas de crecimiento de los últimos años.
En la zona euro y en Japón, la actividad estará sostenida por los precios más bajos del petróleo, la depreciación de la moneda única y las medidas monetarias, indicó la OCDE.
Así, la organización prevé un crecimiento del 1,4% del PIB en 2015 (sin cambios con respecto a marzo) y del 2,1% para 2016 (contra 2% previsto en marzo) en la zona euro.
Países emergentes como Rusia y Brasil, cuyas economías atraviesan por una situación delicada, saldrán de la recesión y empezarán a crecer en 2016, aunque débilmente.
Debilidad de las inversiones
Sin embargo, las inversiones, necesarias para crear más empleo y por ende más crecimiento, y mejorar la productividad, se hace esperar, alerta la institución.
«En su conjunto, las empresas han estado más reticentes a gastar activamente en fábricas, equipos, tecnologías y servicios que en precedentes recuperaciones», observa, lamentando que muchos gobiernos hayan aplazado los gastos en infraestructuras por razones presupuestarias. La debilidad del consumo también ha hundido las inversiones.
«Los gobiernos debe utilizar todas las herramientas políticas a su alcance», dijo Gurría quien instó a que se refuercen las políticas monetarias, fiscales y estructurales.
La solución de la crisis de Grecia, que negocia el desbloqueo de una inyección de dinero con sus acreedores, es uno de los puntos que podría despejar las incertidumbres y estimular las inversiones, según la organización.
La organización piensa que si en la conferencia sobre el clima que tendrá lugar en París en diciembre (COP21) los países participantes dieran «señales claras», serviría de incentivo para las inversiones.
«Un crecimiento mundial más robusto haría que los países y la economía mundial fueran más resistente a los riesgos como la inestabilidad financiera», subraya Catherine Mann, economista jefe de la OCDE.