Francisco Américo Mejía
En los últimos años hemos visto una verdadera ofensiva contra los partidos políticos, sildenafil unos enfilan atacando a la partidocracia en su conjunto, pharm otros atacando a las cúpulas partidarias, otros proponiendo a los individuos (independientes) contra los que provienen de organismos políticos y otros más, que todas las organizaciones civiles (gremiales, ecológicas, de género, religiosas, comunitarias, ONG´s, etc.) pueden presentar candidatos.
En esta campaña se agrupan los principales medios de comunicación, gremiales de la gran empresa, organizaciones de la sociedad civil de corte político-social y articulistas independientes. La campaña ha consistido en presentar a los partidos políticos como lo más corrupto y sucio del ambiente político y como los causantes de los grandes problemas que padece el país. Las diferentes encuestas señalan a los partidos políticos y a la Asamblea Legislativa como las personas e instituciones de menor confianza y prestigio; esto no es más que el resultado de la campaña que han mantenido las fuerzas interesadas en crear dicha imagen, a fin de desprestigiar a los partidos políticos.
Sabemos que han existido partidos políticos que fueron verdaderas empresas para enriquecerse y forman un medio de vida para sus dirigentes; son dichos partidos los que justifican los calificativos que se utilizan en las campañas de desprestigio a los partidos políticos en general, pero, ¿cuál es la verdadera razón de dichas campañas? Para responder a esta interrogante debemos definir primero que son los partidos políticos. Kelsen sostiene por ejemplo, que “la democracia contemporánea descansa sobre los partidos políticos y que necesaria e inevitablemente requiere de ellos” (Kelsen, Hans, Esencia y valor de la democracia, Barcelona, Ed. Labor, 1934). La teoría institucionalista sobre el origen de los partidos políticos sostiene que éstos surgieron como producto de las revoluciones francesa y norteamericana de finales del s. XVIII.
A las teorías institucionales se oponen las teorías históricas y de las crisis. Las históricas sostienen que los partidos políticos surgen en virtud de la evolución de los fenómenos sociales y las teorías de crisis sostienen que los partidos políticos nacen cuando el régimen político está en peligro. El término partido proviene del latín pars, partis, es decir porción de una sociedad determinada. En toda época y en todo Estado siempre existen partes o facciones que se han opuesto y enfrentado entre sí. Desde que aparecieron los partidos políticos comenzó a vislumbrarse su relación con las clases sociales: “… el celo de las diferentes opiniones ha dividido a la humanidad en partidos, inflamando a los hombres en animosidades mutuas y disponiéndolos más a vejarse y oprimirse los unos a los otros que a cooperar por el bien general… pero la causa más común y durable de las facciones ha sido la distribución diferente y desigual de la propiedad” (Hamilton, Madison & Jay, The Federalist, Chicago, 1952).
La definición de Max Weber de partido político es la siguiente:
“Llamamos partidos a las formas de socialización que descansado en un reclutamiento formalmente libre, tienen como fin proporcionar poder a sus dirigentes dentro de una asociación y otorgar por este medio a sus miembros activos, determinadas probabilidades ideales o materiales (la realización de fines objetivos o el logro de ventajas personales o ambas cosas)” (Weber, Max, Economía y sociedad, México, Ed. Fondo de Cultura Económica, 1944).
En las definiciones de diccionarios o de sitios en la red encontramos: “Un partido político es una entidad de interés público con el fin de promover la participación de los ciudadanos en la vida democrática y contribuir a la integración de la representación nacional; los individuos que la conforman comparten intereses, visiones de la realidad, principios, valores, proyectos y objetivos comunes, para de una forma u otra alcanzar el control del gobierno o parte de él, para llevar a la práctica esos objetivos”. “Es el encargado de presentar candidatos para ocupar los diferentes cargos políticos, y para eso, moviliza el apoyo electoral. También contribuye a organizar y orientar la labor legislativa, y articula y agrega nuevos intereses y preferencias de los ciudadanos. Es esencial para contribuir a estructurar el apoyo político a determinados programas, intereses socio-económicos, y valores”.
“En concreto, un partido político es una organización estable y permanente; que se basa en una ideología y un programa de gobierno para definir unos objetivos; que busca alcanzar dichos objetivos mediante el ejercicio del poder político; y que dicho ejercicio busca ocupar cargos públicos electivos”.
Los partidos políticos cuentan además con una estructura formada por dirigentes, candidatos, técnicos, burócratas, militantes, afiliados y simpatizantes.
Fuera de todas estas definiciones, lo importante es destacar que lo fundamental es que los partidos políticos representan clases sociales, fracciones de clase y agrupamientos de clases. Por ello es importante identificar que clase social, fracción o agrupamiento representan los principales partidos políticos del país.
ARENA: representa a la oligarquía, esto es a los grupos que acaparan las principales actividades económicas, a los más ricos y los más poderosos intereses económicos; en la actualidad representan a sectores financieros, de servicios y a grandes comerciantes, vinculados con las transnacionales.
FMLN: Representa a los sectores populares, a las clases pobres, principalmente a los obreros agrícolas, industriales y a los empleados del comercio, los servicios y los empleados públicos, especialmente a maestros, enfermeras, etc. También incluye a sectores de pequeñas empresas, campesinos pequeños y medianos. Últimamente algunos grandes empresarios se están aliando al partido al ver que puede representar sus intereses y lograr alianzas con sectores empresariales nuevos, fuera del país, especialmente de países que fueron descuidados por razones ideológicas, por la oligarquía que monopolizó el poder público en las décadas anteriores.
PCN: representó a los grandes terratenientes y en su momento a la oligarquía que estaba basada en la tenencia de la tierra, desde donde se hicieron dueños de la banca y el comercio externo. Su partido era un partido de militares. Con la caída en importancia de los terratenientes y el desgaste desde el poder al aplicar brutales campañas represivas para contener la organización del pueblo (ORDEN, Escuadrones de la Muerte, etc.) y escandalosos fraudes electorales, se hizo un estorbo para las clases dominantes, y, especialmente para el imperialismo que estaba preocupado por el desarrollo de la revolución en Nicaragua. En ese marco sucede el golpe de Estado de octubre de 1979, cuando se desplaza definitivamente a este partido del poder.
PDC: la doctrina social de la iglesia fue durante mucho tiempo la inspiración de este partido y pretendía representar a los sectores medios y a ciertos grupos de trabajadores y empleados. La vida los llevó a los brazos del imperialismo y la oligarquía. En la actualidad un grupo democristiano busca desesperadamente regresar a su camino original.
GANA: escisión de ARENA y que intenta representar a sectores modernizantes de la burguesía; su fuerza es dubitativa y vacilante, ya que así es la situación de este fraccionamiento de clase que se pretende representar. Existen otros partidos, tanto con origen o propósito de defender los intereses oligárquicos y/o burgueses, como de las clases populares y otros de sectores medios, que no trataré en este momento. Debemos estar conscientes que todos los partidos se presentarán representando al “pueblo entero”, pero no debemos engañarnos y debemos valorarlos por los planes que impulsan, la propaganda que desarrollan, los intereses que en la práctica defienden y por la ideología que promueven y viven, y encontraremos la posición e interés de clase que defienden.
Los objetivos que se buscan al atacar a los partidos políticos son en el fondo eliminar o al menos disminuir la fuerza que la organización de las clases oprimidas puedan lograr vía los partidos políticos que representen sus intereses, y con ello apuntar a debilitar toda otra forma de organización que contribuya a liberarlos de su situación de explotación y opresión. A las clases ricas no les preocupa atacar a sus partidos y debilitarlos, ya que cuentan de antemano con el dominio de la ideología dominante, que hace que los independientes y los nuevos cuadros respondan espontanea e inconscientemente a sus intereses. Sin embargo, es importante destacar que ante la organización (en este caso concreto el partido político) se propone el individualismo (candidaturas independientes), vendiendo la idea que personas sanas, por encima de las divisiones de clase, sacarán adelante al país; también contribuye al debilitamiento de los partidos (del partido que puede representar los intereses populares) el “voto cruzado” que hace superfluo a los partidos políticos, pero que además promueve la desigualdad ciudadana (los ciudadanos del departamento de San Salvador valdrán 8 veces más que los ciudadanos de Morazán, San Vicente, Cabañas, etc.).
Las clases populares: obreros, campesinos, trabajadores informales, empleados, jóvenes, mujeres, etc. debemos fortalecer la organización popular, tanto al partido político como las organizaciones comunales, de barrios, colonias, de empresas, etc. Sólo la organización popular con una dirigencia clara, experimentada y con posición de clase puede resolver nuestros problemas y llevarnos al desarrollo y al buen vivir.