Rim Haddad/Layal Abou Rahal
Alepo/Beirut/AFP
La ofensiva del ejército sirio y sus aliados entraba el lunes en su «fase final» en el este de Alepo, de donde los civiles siguen huyendo por miles mientras que las últimas fuerzas rebeldes se ven cada vez más acorraladas.
El gobierno de Bashar al Asad retomó este lunes temprano el gran barrio de Sheij Said, en el sureste de la ciudad, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Los bombardeos aéreos y los disparos de artillería de las fuerzas gubernamentales seguían golpeando el sector controlado por la rebelión en Alepo, cada vez más pequeño.
Excapital económica de Siria, Alepo llevaba desde 2012 dividida entre los barrios al este, controlados por los rebeldes, y el sector oeste, en manos del gobierno.
Pero una ofensiva fulminante del ejército de Damasco lanzada el 15 de noviembre con el apoyo de combatientes iraníes y del Hezbolá libanés, y respaldados por bombardeos aéreos y de artillería rusos, expulsó a los rebeldes de casi todo el territorio que controlaban en la ciudad.
Un corresponsal de la AFP en el terreno indicó este lunes que los ataques, que podían escucharse desde el sector occidental, eran los más intensos desde hacía varios días.
«La operación entra en su fase final», dijo un responsable militar en Alepo a la AFP, precisando que los insurgentes ya solo mantenían el 10% de su antiguo territorio.
«El sector que aún controla la oposición es muy reducido y podría caer en cualquier momento. Los rebeldes solo mantienen el control total de dos barrios: Al Mashad y Sukari», indicó a la AFP el director del OSDH, Rami Abdel Rahman.
‘Seria preocupación’
Más de 10.000 civiles han huido de los barrios rebeldes en las últimas 24 horas para alcanzar los sectores bajo control gubernamental, según el OSDH.
En total, unos 130.000 civiles han abandonado los barrios de la oposición desde el 15 de noviembre, en cálculos de la misma fuente.
«Existe una seria preocupación por los miles de civiles que permanecen en los barrios en control de la rebelión», indicó Abdel Rahman.
La semana pasada, el grupo Estado Islámico (EI) lanzó una ofensiva en el desierto de la provincia central de Homs, capturando campos petroleros y posiciones gubernamentales.
El Observatorio indicó que los yihadistas avanzaban el lunes al sur y al oeste de la ciudad contra el ejército de Damasco cerca de la ciudad de Al Qaryatain mientras los aviones rusos proseguían atacándolos desde el aire.
En Palmira, ciudad que el grupo extremista volvió a retomar nueve meses después de haber sido expulsado por las fuerzas de Damasco, el lunes ejecutó a ocho combatientes prorgobierno, según el OSDH.
Los esfuerzos diplomáticos por acabar con este conflicto devastador no han dado frutos.
La semana pasada Rusia afirmaba que había negociaciones en curso con responsables estadounidenses para imponer un alto el fuego en Alepo y lograr la retirada de las fuerzas rebeldes pero finalmente no se produjo ningún anuncio concreto.
La pérdida de esta ciudad, que ya se da por inevitable, será el peor revés sufrido por la rebelión desde el inicio del conflicto en 2011 y supondrá que el gobierno controle las cinco mayores ciudades de Siria.