Por Philippe Alfroy
Estambul/AFP
La oposición siria, sickness sales muy dividida, se reúne este viernes en Estambul para decidir si acude la semana que viene a las negociaciones de paz de Ginebra II, para las que Damasco dice estar dispuesto a hacer un gesto humanitario.
Cuando faltan cinco días para la reunión de Ginebra, impuesta por Rusia y Estados Unidos, los delegados de la Coalición de la Oposición se reunirán a partir de las 14h00 GMT a puerta cerrada en un hotel de los suburbios de Estambul, informó uno de sus portavoces.
El debate se anuncia largo y arduo debido a las disensiones. Los miembros de la oposición moderada a Bashar al Asad están divididos sobre si les conviene sentarse en la mesa de negociaciones con los representantes del presidente sirio.
«Tomar la decisión de participar o no en esta conferencia no es fácil», admitió a la AFP Munzer Aqbiq, asesor del presidente de la Coalición Ahmad Jarba.
«El derecho, la justicia, el bien y el mal están perfectamente identificados en el caso sirio, por eso será doloroso hacer concesiones», adelantó.
El noviembre pasado, la coalición puso una serie de condiciones para participar en la conferencia que comenzará el próximo miércoles en la localidad suiza de Montreux.
En el ámbito político, exigió que las negociaciones se basen en un traspaso integral del poder y en el principio de que el presidente Asad «y los que tienen sangre en las manos no desempeñen ningún papel» en la transición.
En el terreno, también pidió un alto el fuego durante las negociaciones y la creación de «corredores humanitarios» para evacuar a los heridos.
Damasco rechazó las exigencias políticas, diciendo que no irá a Ginebra «para entregar el poder a nadie ni hacer transacciones con nadie» y que será Asad quien lidere la transición.
No obstante, bajo influencia de Rusia, el gobierno anunció este viernes que está dispuesto a tomar medidas «humanitarias» solicitadas por la oposición.
Tras un encuentro con su homólogo sirio Walid Muallem en Moscú, el jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, mencionó la entrega de «cargamentos humanitarios» en varias regiones, sobre todo en los alrededores de Alepo (norte) y de Damasco.
«He informado al ministro Lavrov de que estábamos dispuestos a canjear detenidos contra prisioneros capturados por el bando contrario», anunció por su parte Muallem.
El ministro no mencionó un alto el fuego pero dijo que existía un plan que prevé «el cese de todas las acciones militares» en la región de Alepo.
Conscientes de las reticencias de la oposición, los países occidentales y árabes han multiplicado en los últimos días las garantías y las presiones para convencerla de que participe en la conferencia.
Según la prensa británica, Estados Unidos y el Reino Unido incluso amenazaron directamente con cortarle los víveres si se niega a asistir.
«La coalición se encuentra entre la espada y la pared. Por un lado las coacciones a participar de los Amigos de Siria, y por otro sus miembros que se niegan, por estimar que pierden demasiado», resumió un diplomático occidental.
La conferencia de Ginebra II intentará hallar una solución política para poner fin a la guerra civil en Siria, que ha causado más de 130.000 muertos y millones de refugiados y desplazados desde marzo de 2011.
El viernes, el Alto Comisionado para los refugiados de la ONU, Antonio Guterres, pidió a las partes que encuentren rápidamente una solución porque «es absolutamente indispensable poner fin a este baño de sangre».