Jotaycé
Dios te sane, Patria sangrada,
que en tu seno hemos sufrido y luchado;
eres el aire que contaminamos,
la tierra que no sustenta,
la familia que dejamos,
la «libertad» que nos detiene,
la represión que desconsuela!
Tú pierdes cientos de hogares heridos,
en tus fútiles campiñas,
lujos majestuosos,
de tus soberbios rufianes,
-interminables estragos-
celos por puros dólares y oro!
En tus campos deambulan
jornadas perdidas,
en tus ayeres vibran los dolores,
chisporrotean los búnkers,
surgen las tristezas y el hambre!
Patria,
de tu guerra desastrosa
pedimos a la provincia nos ampare,
que cubra nuestra alma
ante el terror del fuego;
no grabe su huella ni su efecto
en el maestro ni en la escuela,
ni nos confunda con tanto dolor!
Patria,
tu histeria,
razón de innumerables mártires,
condena verdades y anhelos!
Tú reverencias la lacra
que conformó la tiranía nacional,
y marcas la senda sufrida
en que la injusticia y la impunidad
nos llevan hacia dios!
¡Bandera de la Patria,
símbolo ultrajado de El Salvador,
te saludan insurgentes
las nuevas generaciones!
Para vos
el sol recalcitrante, no nuestras glorias,
los gritos del despotismo,
los quehaceres de los héroes!
Para vos
el despecho de este pueblo
y la corona de horror
que han ceñido a tus mortales sienes!
(Jotaicé)
Toronto, Canadá. 199
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