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La pandemia y el papel de los municipios

Licenciada Norma Guevara de Ramirios

Desde los tiempos más remotos, el gobierno municipal ha mostrado sus amplias posibilidades para resolver problemas de sus habitantes; la autonomía surge así, para universidades y municipios. Cualquier gobierno realmente interesado en resolver la pandemia del COVID-19 debe tomarlos en cuenta.

El doctor Ricardo Gallardo -uno de los estudiosos de nuestra historia- nos relata que en la postrimería de nuestra independencia existían dos ciudades, tres villas, 126 pueblos, 82 aldeas y 447 haciendas; el país evolucionó y cuenta con 262 municipios, regulados por la Constitución y el Código Municipal con el mismo tratamiento jurídico independientemente de su extensión territorial y de su población, y en esas facultades está la de “la promoción y desarrollo de programas de salud, como  saneamiento  ambiental, prevención y combate de enfermedades”.

También, el Código Municipal le otorga entre sus competencias la promoción de la participación ciudadana, responsable en la solución de los problemas locales en la promoción de la conciencia cívica y democrática de la población. Si el principal vector o transmisor del virus son las personas y en las recomendaciones de la OMS está el distanciamiento social, es lógico que hay que contar con la propia sociedad en el conocimiento de los riesgos y mecanismos de prevención, lo que supone participación informada de la gente.

Lo lógico es que el Gobierno tome en cuenta a los municipios en la planificación y la ejecución de planes para enfrentar la pandemia del COVID-19, algo inexistente  hoy. El alcalde de Soyapango se lanzó por su cuenta a realizar visitas que pudieron ser hechas con apoyo del nivel primario de salud que el mismo Gobierno desmontó y desfinanció desde su llegada y hoy pide ley para Soyapango.

La Asamblea Legislativa al aprobar los dos mil millones en endeudamiento para el manejo de la pandemia hizo bien al exigir que una parte de esos recursos (600 millones) fueran entregados a los 262 gobiernos municipales bajo las mismas reglas que sirven para el otorgamiento del Fondo de Desarrollo más conocido como FODES; pero el abordaje de una crisis como la que vivimos no se resuelve ni solo repartiendo paquetes o dinero; requieren de un enfoque integral: sanitario, económico, social, sicológico, educativo, organizativo entre otros.

Esa ausencia ha sido criticada por el Colegio Médico, universidades, ONG y la Iglesia. Han hecho críticas y propuestas que pasan inadvertidas por el Gobierno. Algunos alcaldes se han volcado a hacer programas a su manera y a pedir legislación para zonas especificas de algunos municipios, cuestión a la que el debate legislativo se volcó la última semana.

La reacción del voceros del Gobierno ha sido reclamar la cuarentena y el estado de excepción, incluso los titulares de defensa y seguridad han sostenido que si esa facultad la dieran a los municipios, ellos solo podrían colaborar si reciben la orden del presidente. Esto indica cuanto se alejan de ser funcionarios que cumplen las leyes, pues el artículo 15 del Código Municipal dice expresamente: “Todas las instituciones del Estado y entes autónomas están obligados a colaborar con el municipio en la gestión de materias y servicios  de su competencia”, y ya hemos señalado  antes que entre esas competencias están la de desarrollar programas  de salud.

Los Profesionales por la Transformación de El Salvador (PROES) señala atinadamente, con base a los datos del Gobierno, que al 7 de julio, 43 municipios  no registran ningún contagio, otros 28 tienen solo un contagio, 63 municipios reportan entre  dos y cinco personas afectadas por ese virus, es decir, que el 51 % de los municipios están afectados con cero hasta cinco casos. Un 31 % según esos datos citados tienen un nivel intermedio de contagio(81 municipios); y son en realidad 15 municipios los más afectados.

Este análisis indica  la importancia de un enfoque aterrizado, en el trato de la pandemia y resalta el papel que los gobiernos municipales deben jugar. Hay que ser realmente ciegos para no ver que se requiere como lo recomiendan, focalizar la atención de casos, sus nexos, aislarlos y tratarlos  con enfoque integral, apoyo a las familias y trato a su salud.

Sin duda, lo que más se nota en medios es la diferencia entre órganos fundamentales de Gobierno pero el análisis detallado que ofrecen quienes analizan los propios datos de la realidad, como también lo ha hecho la Universidad Gavidia con el municipio de San José Villanueva, denotan el abandono del gobierno, su capricho y enfoque político electoral.

Pero aunque sea tarde debe insistirse en la importancia de un plan en el que la educación y participación de la gente, sus gobiernos locales sean elementos centrales para un combate eficaz de la pandemia.

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