Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino
“Este domingo de Ramos es un mensaje claro, primero de Jesús y luego de San Oscar Romero, a ser un pueblo más coherente con los valores de la persona y de los pueblos”, dijo en su homilía el padre Fredy Sandoval, en la ceremonia de la bendición de las palmas que da por abierta las celebraciones de la Semana Santa.
La Comunidad de la Cripta de Catedral Metropolitana ofreció en las ofrendas para la liturgia eucarística un grupo de palmas, como símbolo de la fe en Jesucristo y el cuestionamiento de San Oscar Romero, sobre el compromiso que adquieren los fieles católicos por la fe, la justicia y la verdad en la tierra.
El religioso agregó que esos valores históricos, culturales y religiosos, que se encuentran firmemente “sembrados por la presencia de los mártires”, han abonado tierra salvadoreña con sus “palabras iluminadoras y liberadoras para transformar la realidad”, dejando frutos en la población del campo y la ciudad. “Hablando en un Domingo de Ramos -como hoy- pero de 1978, Monseñor Romero , se preguntaba ¿Qué pueblo encontró Jesús, cuando entró en Jerusalén?, que primero triunfantes que lo aclamaron y luego, el viernes lo condenaron, y hacía la misma pregunta ¿Qué pueblo encontraba en 1978?, era ese pueblo que esperaba al Mesías, pero con dirigentes buenos y competentes o con dirigentes ineptos y sumidos en el pecado”, reseñó.
Y con este planteamiento el padre Sandoval realizó la misma pregunta ¿Qué pueblo encuentra Jesús, este 2022?, mencionando que hay signos de bien en el país representado en el pueblo, el trabajo de las organizaciones sociales, las víctimas que piden justicia, las víctimas actuales de desaparición forzada cuyos familiares reclaman su paradero y los capturados sin derechos a un debido proceso de justicia. “Este es el pueblo salvadoreño que recibía a Jesucristo” en este año.
“Tenemos también signos del pecado o la seducción al pueblo que es llevado a la perdición por sus dirigentes que están en contra de la democracia, de los valores contra la vida humana, contra los derechos humanos, contra el orden jurídico, con la usurpación de poderes (del Estado), que están en contra del debido proceso, diálogo, transparencia y rendición de cuentas”, reafirmó.
Entre otras de las ofrendas de la Comunidad de la Cripta, destaca la “condición de siervo” que toma Jesucristo y que Monseñor Romero, interpretó en 1978, como el cumplimento de las promesas de Dios, a un pueblo sumido en las “arbitrariedades y la injusticia”, por lo que la entrada de Jesús en Jerusalén, representa este año la redención y la paz, que se logra a través de la humildad y el amor al prójimo.
“Primero, es un mensaje de esperanza para Monseñor Romero, las palmas significaban la alegría, el regocijo reconocer al Mesías como Señor y salvador, pero también significaba el martirio – es decir- , el reflejo de aquellas luchas humanas, de aquellas personas que dan la vida por la verdad, por la dignidad y la justicia”, dijo.
“Llevar las palmas el Domingo de Ramos, significa proclamar y releer esta vida actual que llevamos, a la luz de Jesús, creo que es un mensaje de esperanza y las personas que llevamos las palmas estamos llamados a tomar como nuestras esas luchas, esas causas sociales por la verdad, la justicia, la igualdad, el respeto a partir de las víctimas”, afirmó.
“La Pascua o la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, quien fue condenado injustamente, pese a que era inocente, justo y santo, era el Hijo de Dios y es condenado con la muerte más atroz, significa la solidaridad de Jesucristo por nosotros y con las víctimas de nuestra sociedad actual, que no se sientan abandonadas o solas. En los sufrimientos de Jesús sus sufrimientos cobran ese sentido liberador y de transformación para seguir exigiendo transformaciones humanas, democráticas, pacíficas y correctas en nuestro país”, puntualizó Padre Sandoval.