Marlon Chicas El Tecleño Memorioso
A la memoria de Julia Alas.
“Campana sobre campana, y sobre campana una, asómate a la ventana, verás al niño en la cuna, Belén campanas de Belén, que los ángeles tocan, ¿qué nuevas me traéis?”, cantan las angelicales voces de un coro de niños tecleños; anunciando jubilosos el nacimiento del Niño Jesús en el portal de Belén.
La melancolía embarga los recuerdos de navidades pasadas, en las que el suscrito participó activamente, particularmente de la pastorela organizada por la recordada excatequista Julia Alas (+), en la desaparecida Escuela Padre Jesús de Esnaola de la Iglesia El Carmen de Santa Tecla en 1974; en la que esta representación de fe permitió que los niños de ese tiempo emplearan sus habilidades histriónicas, interpretando a personajes bíblicos, que marcaron la llegada gloriosa del Mesías.
La tradición de las “pastorelas” se originó en la Europa medieval como estampas religiosas que posteriormente fueron traídas al continente americano por misioneros españoles. La pastorela tiene como objetivo principal recrear la larga jornada de los primeros pastores que llegaron al lugar de la natividad del Niño Jesús.
No puedo dejar de mencionar, los extensos ensayos a lo que los participantes se sometían voluntariamente, a fin de lograr la perfección en cada escena, lo que era supervisado por doña Julia; producto de este esfuerzo los resultados eran evidentes en cada representación en ancianatos, orfanatos y parroquias de la ciudad. Este proceso iniciaba a mediados de noviembre, con la convocatoria a ensayos, autorización de padres de familia, asignación de papeles, elaboración de vestuarios y prácticas, en la que la disciplina estaba al orden del día.
Uno de estos recuerdos memorable fue en el Hogar de Ancianas San Vicente de Paúl de Santa Tecla, en las que algunas señoras se encomendaron a Dios, al ver aparecer al maligno en escena, muchas se escudaban aterradas entre los niños vestidos de ángeles, recuerdo a una en particular que al verme vestido de San Miguel Arcángel me decía ¡defiéndeme con tu espada! Por lo que sujetaba fuertemente mi espadín sin caer en cuanta que el mismo era de juguete.
Otra inolvidable vivencia fue en 1975, en el extinto templo de la Inmaculada Concepción, en tiempos del padre Manuel Andrés Alvarenga (+), en la que dicho templo obtuvo un lleno impresionante, en la que se logró un apoteósico triunfo en el escenario, lo que motivó al párroco a requerir una segunda presentación, obteniendo nuevamente la aceptación del respetable.
Esta tradición se continúa realizando con gran esfuerzo por personas de noble corazón, como la familia del exalcalde José Domingo Chávez, en la Urbanización Las Colinas del barrio Belén, así como por las parroquias tecleñas. Sirva este reconocimiento póstumo, a la memoria de doña Julia Alas, que seguro estoy, continuará dirigiendo la pastorela celestial. ¡Feliz navidad, amigos lectores del Suplemento Cultural 3000!
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