César Ramírez
@caralvasalvador
Después del 1 de mayo 2021 la República ya “no es”, puesto que no existe ni separación de poderes, ni respeto a la Constitución, ni Justicia independiente; vivimos en una región degradada en órdenes presidenciales sin límites legales, da igual imponer un cripto-activo llamado Bitcoin, que invadir la Asamblea Legislativa con fuerzas armadas el 9 de febrero, eliminar a los jueces por decreto y trasladarles a discreción por las autoridades impuestas, es igual cerrar la CICIES que negar acceso a la información pública en Salud, Educación, Compras durante Pandemia etc.
Hemos retornado a la época de los años setentas y ochentas, cuando no existía respeto a los derechos humanos, ni distinción entre la policía política y policía civil; cuando todo opositor podía desaparecer de un día para otro, toda “voz” que reclamara justicia era perseguida o eliminada con lujo de fuerza, no existía amparo posible que defendiera a los acusados por su opción política, ello concluyó en la guerra civil que duró más de una década.
Ahora en el año 2021 la sociedad salvadoreña sufre las mismas circunstancias desastrosas, perdemos poco a poco la oportunidad democrática de los Acuerdos de Paz de 1992, vivimos a la intemperie de todo valor por la vida y sin valores constitucionales; a diario desaparecen jóvenes, existen cementerios clandestinos (Chalchuapa y otros), a los opositores se les encarcela sin el debido proceso, por fallo de Magistrados Impuestos se permite la reelección presidencial -pero es inconstitucional-, la incertidumbre económica es feroz -no se le otorgan créditos a la nación (FMI,BM), el riesgo país es alto, se avanza hacia la nacionalización de las pensiones sin conocer las reformas, existen despidos en las alcaldías y Asamblea Legislativa, en poco tiempo las personas en cargos públicos son señaladas por malversación de fondos, nepotismo e incluso mencionados en la Lista Engel de EEUU bajo acusaciones de socavar la democracia y corrupción.
Los caminos posibles son difíciles para los ciudadanos, uno es la desobediencia civil en defensa de la Constitución y la República, otro los caminos de la ilegalidad de los años setentas y ochenta, un camino diferente es retornar al 1 de mayo 2021 y restituir a los legítimos jueces constitucionales, una vía rápida es un Golpe de Estado por fuerzas insospechadas nacionales e internacionales… pero también la muerte súbita por el colapso económico del impago en todo nivel, como en 1931… parece que repetimos historia y las tragedias.
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