La patria poética

 

Caralvá

Debo expresar mi agradecimiento por la invitación a participar en este memorial de los poetas Jaime Suárez Quemain y Mauricio Vallejo Marroquín.

Es necesario mencionar a Patricia, Josefina, Mauricio Vallejo, Karen Lara y los organizadores en este sitio que es territorio de la patria poética.

Nosotros poseemos nuestra Patria inventada a golpes de historia en una región que recupera cada día la memoria, nosotros levantamos la bandera del recuerdo y pronunciamos  los nombres de aquellos que han desaparecido: ayer y ahora, de la misma manera recordamos a los capturados con su inocencia manifiesta: ayer y ahora; de todos los que se merecen el debido proceso en todos los tiempos: así sea desde la más triste de época colonial, hasta el día de hoy, junto a los  que languidecen sin delito alguno en las prisiones de la nación.

La Patria de la poesía no es un reflejo colonial, hace muchos años que levantó su bandera independiente, porque la libertad literaria reside en la memoria activa.

Tengo lejanos recuerdos de Mauricio Vallejo Marroquín gracias al ajedrez juvenil, menciones colegiales en torneos de la federación, ocasionalmente en la Universidad; mientras de Jaime Suárez Quemain tengo presente los atentados contra el Periódico La Crónica del Pueblo y la denuncia de su secuestro.

En nuestra Patria poética no existe el olvido, tiene un escudo llamado paciencia, es un instrumento que los pueblos poseen cuando hablan en voz baja de sus antepasados, también lo usan para contar historias contra los tiranos, entonces repiten hazañas de padres y abuelos en rutinarias jornadas sembrando sueños para que sus hijos escapen de la pobreza, luchan contra la exclusión, la desigualdad, contra la tiranía de turno; a pesar de toda dificultad, la paciencia se transforma en un esfuerzo de amor… así es el acto de guardar los escritos juveniles de Mauricio Vallejo Marroquín en un cofre bajo tierra, fue un acto luminoso similar a sembrar una ceiba silenciosa, pasaron muchos años y la ceiba germinó en libros que ilustran nuestros cielos, nuestros universos y generan gratitud en sus palabras; sembrando poesía cosechamos generaciones agradecidas con sus antepasados.

De Jaime Suárez Quemain recordemos su labor periodística, puesto que usualmente la poesía acompaña la vida material y social de los creadores, también demuestra las fronteras de la intolerancia fascista contra el pensamiento social, el fascismo es la violencia contra la cultura en su máxima expresión: secuestro y asesinato.

La patria de la poesía reside en el autor-creador, en la formación de públicos, el pueblo formador en sociedad en crisis, la propuesta social en los autores revolucionarios con su obra, con su vida.

No se trata de una influencia mundial de la transculturación (autor-Europa-et al) sino la visión interna para un público interno, así la palabra “nuestro” tiene sentido, así Jaime Suárez Quemain anota en La información es libre: “con el tiempo/desde la escuela tratarán de educarte/ -es decir domesticarte- / por suerte hay medios para evitar la trampa”[1]… similar a las palabras de Mauricio Vallejo Marroquín en Sol de la rama de agua : “ Un hormiguero me hizo agarrarte con más ganas. Habían matado campesinos en las Tres Calles y en la Cayetana. ¿A mi qué? Sólo me imaginaba”… y “allá va el polvo, va gritando; y no es grito por ser grito. Ves. No te hizo nada. ¡Es el polvo de aquí! Donde viajan los abuelos y sus nahuales”[2].

En el presente la poesía acuñada en las obras de los poetas, es la creación de identidad de esa Patria oculta, es la voz en las paredes, los cantos de manifestaciones, la alegría de los pequeños éxitos compartidos, ahí convergen todas las causas por la justicia y la paz.

Nuestros poetas caminaron con la frente en alto ante la violencia fascista, sus palabras acompañan el clamor del siglo XX, han expresado con sus vidas la aspiración generacional de un mundo mejor, nada puede superarles ahora.

Nuestros poetas tienen un aglutinante foro en este continente americano, por siglos hemos pensado que nuestra pequeña nación se ahoga en unos cuantos kilómetros junto al Océano Pacífico, no es así, las palabras de los poetas atrapan el palpitante ritmo del americano que lucha por su dignidad, su condición social, la ausencia democrática y transmite con sus palabras objetos que usamos como instrumentos de liberación, en ese aspecto la universalidad acompaña a sus palabras, como los nombres de gigantes latinoamericanos:  Martí, Neruda, Darío, Dalton.. en nuestra Patria tienen un monumento permanente, su nombre es inolvidable.

No debemos caer en la fatiga o la derrota del olvido, nuestros poetas extienden su imagen en el presente en cada reclamo de los derechos humanos, en los desaparecidos, en los prisioneros políticos, en los inocentes capturados en el Régimen de Excepción, en cada caso existe la reiterada acción del Habeas corpus esa institución jurídica que obliga a presentar a las personas detenidas en un plazo preventivo a un juzgado que sigue tan vigente hoy como en el siglo pasado, por ello recordarles es continuar la construcción de esa patria incluyente que es nuestra.

Nosotros tenemos en la vida de Mauricio y Jaime las respuestas a los interrogantes del contexto histórico, no es una respuesta individual, fue una acción social junto a miles de hombres y mujeres que asumieron sus principios, ellos eligieron la áspera labor en defensa de los desprotegidos, sin descuidar el sutil mundo de la belleza de las rosas, se unieron a la voz popular desde su trabajo literario o la prensa libre, así fueron infatigables en sus deberes idealistas, como genuinos caballeros del mundo frágil de la metáfora.

En realidad no debemos pensar que su vida es una tragedia, debemos pensar en su luminoso ejemplo que vive en nosotros cubierto de agradecimiento, es una comunión social en su vida individual, es un memorial si lo desean rebelde contra la fatiga y el olvido, un encuentro que comunica el pensamiento del Siglo XX y se proyecta hacia el Siglo XXI,  entonces llegan a nosotros con sus banderas escritas y continuaremos recordando su dignidad, su sentido de justicia o su ideal, que se convierte en el bien común para todos.

¡Viva su memoria en la Patria poética!

 

¡Viva Jaime Suárez Quemain!

¡Viva Mauricio Vallejo Marroquín!

Gracias

 

8 de Julio de 2022 La Galera Teatro y cocina San Salvador.

 

 

 

[1] Circulodelapoesia.com

[2] Cosita linda que sos /Mauricio Vallejo Marroquín: Editor Mauricio Vallejo Márquez; diseño de cubierta Karen Lara – 1ª ed. – San Salvador, El Salv. : Ediciones La Fragua, 2017. – 53 p. pág 31

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