Bogotá / AFP / Redacción Internacionales
El exjefe negociador de las FARC, cuyo paradero se desconoce desde hace meses, reapareció en un video en el que denuncia la traición del pacto de paz con la exguerrilla por parte del gobierno colombiano.
«La paz fue traicionada por el Estado colombiano que optó por la perfidia y el incumplimiento de lo pactado de buena fe», dijo Iván Márquez, máximo delegado de los rebeldes en los diálogos con el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos que derivaron en la firma del histórico pacto en 2016.
En la grabación de 12 minutos, publicada en la cuenta de Youtube Agencia Bolivariana de Prensa, el exguerrillero señaló que dos años después de la firma del acuerdo de paz «los resultados en materia de cumplimiento por parte del Estado son desalentadores» y que en ese periodo de tiempo han sido asesinados 400 defensores de derechos humanos y 85 guerrilleros, «lo cual atisba una prospectiva de muerte aterradora».
Márquez denunció además que «cambiaron el texto original del acuerdo de La Habana» y «destruyeron la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP)», tribunal encargado de juzgar los crímenes cometidos durante la conflagración.
«El Estado colombiano ha desestimado sus obligaciones internacionales de cumplimiento adquiridas», dijo.
Por otro lado, insistió en la inseguridad jurídica de los 7.000 excombatientes que dejaron las armas en 2017 y citó el caso del líder rebelde Jesús Santrich, detenido y pedido en extradición por Estados Unidos por narcotráfico, proceso que las FARC consideran un «montaje judicial».
El exjefe negociador hizo una descarnada autocrítica al señalar que las FARC se equivocaron entregando las armas antes de consolidar los compromisos del acuerdo.
«Reconocemos que incurrimos en varios errores como el de pactar la dejación de armas antes de asegurar el acuerdo de reincorporación política, económica y social de los guerrilleros», afirmó, como ya lo había hecho en una carta fechada en septiembre.
Márquez recordó que «Manuel Marulanda Vélez, el histórico comandante en jefe de las Farc, había advertido que las armas debían preservarse como garantía del cumplimiento de los Acuerdos. Otro gran error fue negociar la delación de armas sin una conexión con la Mesa Central que había sorteado con éxito los acuerdos sobre tierras, participación política, víctimas del conflicto, como condición especial para la paz».
Finalmente, aseguró que su intención no es «llorar sobre la leche derramada. No vamos a engañar a ningún guerrillero con el cuento de que todo está bien, que el gobierno está cumpliendo».
«Vamos a dar la pelea para tratar de recomponer las cosas y reparar el daño como una modesta autocrítica… pero eso sí, levantando en alto la bandera de la paz «, sentenció.
Márquez, segundo de la exguerrilla, renunció en julio a su escaño como senador reservado por el acuerdo, alegando «desfiguración» de lo convenido y se trasladó a una zona selvática del sur del país. Desde entonces su locación es incierta.
El presidente Iván Duque, que asumió el poder el 7 de agosto, ha pedido explicaciones al partido FARC, liderado por Rodrigo Londoño («Timochenko»), por la ausencia de varios de sus dirigentes.
La JEP, por su parte, pidió el 13 de septiembre a los líderes exguerrilleros reiterar su compromiso con el pacto.
Por último, el exjefe guerrillero envió un mensaje de solidaridad al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, de cuyo gobierno dijo que es objeto de «un ataque de la derecha».
Organizaciones que hacen seguimiento al conflicto han alertado sobre la incorporación de exguerrilleros a las llamadas disidencias de las FARC, que cuentan con unos 1.600 combatientes, según la Fundación Paz y Reconciliación.