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Ataviadas en su mayoría con ropas de color blanco, miles de personas marcharon este viernes en la ciudad de Medellín para decir que «no volverán a la guerra» y «unificar fuerzas» en favor de la paz de Colombia, tras el rechazo del acuerdo de paz firmado por el Gobierno y las Fuerzasr Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP) en el plebiscito del pasado domingo.
La masiva movilización, convocada por jóvenes y realizada bajo la frase «La paz nos pertenece», congregó a varias organizaciones cívicas, universidades, víctimas y miembros de la comunidad LGBT con la intención de unir al país, a los que votaron «no» y «sí» en el plebiscito.
El objetivo final es ponerle fin al conflicto de más de medio siglo con las FARC-EP que vive Colombia.
Mientras un grupo de personas escribía y dibujaba diversos mensajes al Gobierno, a los guerrilleros y a las víctimas, otro tanto diseñaba carteles en los que se leía la exigencia de llegar a un nuevo Acuerdo de paz de manera inmediata.
Las víctimas, en la carpa central y rodeadas de flores, tejían historias del conflicto para no olvidarlas y pedir que no se vuelvan a repetir.
La multitudinaria marcha recorrió las calles de la capital antioqueña hasta el teatro Pablo Tobón Uribe.
Daniela Galvis Restrepo, una de las organizadoras de la marcha, expresó que la movilización, sin duda, se vio realzada con la entrega del Nobel de paz este viernes al presidente colombiano, Juan Manuel Santos, pues es un «reconocimiento a las víctimas» e «impulsa al país a aprovechar este momento histórico».
En el Parque de las Luces inició la concentración, que contó con la presencia de organizaciones como Mujeres contra la guerra, Madres de la Candelaria y la Corporación Vamos Mujer, además de representantes de la Unidad de Víctimas de Antioquia.
Mensajes como «Que los líderes sepan que creemos en la paz», «Mi corazón está preparado para perdonar» y «A Colombia la construimos todos unidos» se levantaron entre las pancartas
José Fernando Valencia, integrante del comité organizador del plantón, manifestó que toda la ciudadanía estaba convocada a unirse por la causa común de la paz: «Realmente la paz nos interesa y nos incumbe a todos”, señaló.
“Queremos exigir que sigan en la mesa, que siga el cese el fuego bilateral. Para eso invitamos a los niños y a todas las personas a que expresen qué esperan de la paz y qué quieren exigirle a esos líderes políticos que están allá representándolos”, manifestó María Paulina López.
Pintando su rostro con los colores de la bandera nacional se encontraba Susana Escobar Echeverri. joven profesional que nunca ha vivido en carne propia el conflicto, llegó a la marcha sensibilizada por la coyuntura que atraviesa el país: “¿Qué me motivó a venir? Mi país, porque independientemente de los partidos, de las inclinaciones, de las religiones, todos somos colombianos y lo que le pasa a uno de nosotros en una guerra nos debe doler a todos”, expresó.
A pesar de su avanzada edad, Gloria Patricia Monsalve también acudió al llamado por la paz. La muerte de sus dos hijos marcó su vida: “Al hijo mío, al mayor, lo mataron porque no quería meterse a un grupo de esos, por eso fue más que todo. Ahí nos hicieron venir del barrio”, relató y expresó que su petición a los negociadores que desde Bogotá y La Habana definen el futuro del país es que “permitan la paz y la tranquilidad de Colombia“.
La jornada con un segundo acto simbólico en el que las víctimas del conflicto fueron rodeadas con un inmenso abrazo.
El acuerdo de paz fue rechazado el pasado domingo en un plebiscito en el que el «no» obtuvo un 50,21 por ciento de los votos y el «sí» el 49,78 por ciento.
Medellín fue una de las ciudades donde más votos obtuvo el «no», el 62,97 por ciento del total.
Tras la consulta popular, Santos llamó a los voceros del «no», liderados por los expresidentes Álvaro Uribe y Andrés Pastrana, para crear dos comisiones de diálogo que permitan destrabar el acuerdo.