César Ramírez Caralvá
Escritor y Fundador Suplemento Tres mil
Nos interrogamos sobre todo, porque muchas partes de la realidad no coinciden con las respuestas que el mundo nos brinda.
No se trata de abrir el mundo a la incertidumbre, se trata de no repetir las historias de otras humanidades.
La forma más conciliatoria entre realidad y pregunta es nuestra respuesta a cada momento, así sea económica, política, religiosa, astronómica, deportiva y otras tantas, en ese instante los límites nos atrapan porque muchas soluciones reales o imaginarias no existen a nuestro alcance. Existe el cansancio del infinito que no termina nunca de expandirse en todas las áreas, en todas formas, así encontramos mundos absolutamente diferentes, ellos funcionan en base una química orgánica e inorgánica diferente al Carbono, entonces surge el Silicio, Germanio, Estaño, Plomo, Flerovio…
De las soluciones a los interrogantes nos basta observar la realidad: a la pobreza le corresponde el capitalismo, socialismo o un socialcapitalismo, a la muerte las religiones, a nuestra vida el trabajo o el desempleo, la emigración, la indigencia, el enriquecimiento lícito o ilícito, lo importante es atesorar mucho dinero para sobrevivir los años finales de la existencia; en literatura hay de todo: cínicos, sabios, poetas, materialistas, sofistas, filósofos, estafadores, demonios y santos, terrestres y extraterrestres, hay para todos los gustos; en ciencias podríamos repetir la lista de los literatos, excepto que sus hallazgos son demostrables y universales, así algunos se las arreglan para vivir del engaño prometiendo resurrecciones, curas milagrosas, estafas con productos mágicos que hacen crecer todo “para mayor gloria de sus bolsillos”; con tantas variantes es fácil extraviarse.
En esencia necesitamos una respuesta para acceder a la paz (felicidad, estabilidad económica, ocio, seguridad, armonía, etc.) en ese instante nos encontramos en la utopía, el nirvana, la metafísica, el idealismo o materialismo, los cuales no son instancias de grados meritocráticos, instancias de poder, momentos de éxtasis opiáceos, niveles de mescalina, profundo alcoholismo o cualquier acción que evada la realidad etc… extrañamente es filosófica.
En otras palabras, el esfuerzo de las interrogantes (cualquiera que sea) nos debe conducir a la paz, lo cual es un estado de gracia humana, social, individual o colectiva, por ello es tan difícil la conciliación entre las realidades y las interrogantes que nos rodean, a pesar de todo existen severos ejemplos de personalidades que logran acceder a la paz por medio de sus respuestas, esos ejemplos los tenemos a la vista, basta con reconocerlos. La paz es el centro de gravedad del pensamiento filosófico, es el inalterable camino de las personas que trabajan por su destino y con ello una mejor humanidad.
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