Orlando de Sola W.
La Pérfida Albión y la Leyenda Negra son dos mitos que desde siglos condicionan las relaciones entre España e Inglaterra, así como entre Latinoamérica y Estados Unidos. En los últimos meses esas relaciones se han complicado por la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, cuya visión de Latinoamérica viene empañada por la Leyenda Negra.
Perfidia, por otro lado, es deslealtad, o traición. Y alba significa blanca, por lo que en buen salvadoreño podríamos decir que la Pérfida Albión es la “Chele Traidora”, siendo ese el concepto que muchas personas de habla latina, incluyendo francés, español, italiano y portugués, tienen de Inglaterra y Estados Unidos.
No se sabe si los blancos acantilados de Dover (en la costa inglesa) o la blanca piel de Isabel I dio lugar a ese mote, pero muchos católicos todavía relacionan los hecho geopolíticos de hoy con Enrique VIII, que por buscar descendencia masculina se separó del Vaticano, hace casi seis siglos. Hace poco Inglaterra decidió salirse de la Comunidad Europea con una votación conocida como el Brexit, reviviendo esa sensación de separatismo.
Para contrarrestar el mote de Pérfida Albión, de claros tintes religiosos, surgió la Leyenda Negra, aplicada a España por supuestas atrocidades cometidas durante el descubrimiento, conquista y colonización de América. Ambos mitos tienen que ver con las guerras entre católicos y protestantes, o Guerras Religiosas que se dieron en Europa, en el siglo XVI, mientras España continuaba su conquista y colonización de América.
También tiene que ver la invasión napoleónica de España, que a partir de 1808 facilitó la independencia de las colonias españolas en América, culminando con la pérdida, en 1898, de Cuba, Puerto Rico, Guam y Filipinas a manos de Estados Unidos, que le había declarado la guerra a España.
Algunos creen que ambos mitos se remontan a Felipe II, bisnieto de los Reyes Católicos que casó con María Tudor de Inglaterra, la hija de Enrique VIII decapitada por su media hermana, Isabel I, por ser católica. María, a quien los ingleses llaman “La Sanguinaria”, también había decapitado a mas de tres cientos jerarcas católicos, por considerarlos traidores al Vaticano y a su reinado.
Su hermana Isabel, que la sucedió en el trono, fue apodada Reina Virgen, de donde origina el nombre de Virginia, la colonia inglesa que, una vez convertida en Estado, cedió parte de su territorio para que allí se construyera Washington, la nueva capital de Estados Unidos.
Curiosamente, al norte de Virginia se encuentra Maryland, la única colonia inglesa fundada por católicos que huían de la persecución religiosa. Maryland, sin embargo, no fue nombrada así por María la Sanguinaria, hermana de la Reina Virgen, sino por otra católica, que también se llamaba María. El “Bloody Mary”, sin embargo, sigue siendo una bebida popular en Estados Unidos, especialmente después de la resaca, o goma salvadoreña, con bastante jugo de tomate y un poco de chile mexicano, al gusto de Trump.
Otros adjudican la difusión del mito anglofóbico a Napoleón Bonaparte, Emperador de Francia que a principios de siglo XIX retó al resto de Europa, incluyendo al Reino Unido, pero fue derrotado en 1815.
La Leyenda Negra sostiene que los españoles e hispanoamericanos, reclasificados por Bonaparte como latinoamericanos, somos crueles, traicioneros e intolerantes. Esa Leyenda, atenuada por la ilustración y el liberalismo, está siendo revivida por Donald Trump, en respuesta al crecimiento poblacional de latinos en Estados Unidos, percibido como una extensión transatlántica de la Pérfida Albión.
Los franceses quedaron agradecidos porque Estados Unidos facilitó la victoria de los Aliados en la Segunda Guerra mundial, pero ahora se preocupan por la salida de Inglaterra de la Comunidad Europea. Pronto tendrán que encarar una elección de la que podría salir victoriosa el ala nacionalista y aislacionista de Francia. Los alemanes, que representan el ala mas fuerte de la Comunidad Europea, también encaran un preocupante dilema, complicado por el fortalecimiento de Rusia, que busca redefinir sus relaciones con el resto de Europa.
No sabemos que pasará en el continente americano, donde el gobierno de Estados Unidos amenaza con darle la espalda a sus aliados naturales en Latinoamérica, que tienen grandes fortalezas, pero sus debilidades están siendo exageradas con leyendas del pasado.