Es por ello que son muchos los visitantes extranjeros que al pasar por La Habana buscan tan siquiera tener un tiempo para tomar fotografías en ese entorno.
En su gran explanada se clausuraron congresos del Partido Comunista de Cuba (PCC), eventos internacionales, actos de solidaridad, aniversarios, asambleas del pueblo, marchas y desfiles militares.
La idea de la construcción de esta plaza surgió a inicios de la década de 1940, cuando se convocó a un concurso internacional para levantar un monumento al Apóstol de la independencia José Martí.
Sin embargo, la significación histórica de la Plaza creció a partir de enero de 1959 al convertirse en lugar de citas políticas por excelencia.
Con una altura de 112,75 metros hasta la torre de remate y de 141,995 incluidos faros y banderas, el monumento constituye el punto más alto de La Habana.
Cuenta con un diámetro total de 78,50 metros. La pirámide, de aproximadamente 28 metros de ancho, posee un elevador interior de 90 metros de recorrido y una escalera de 579 peldaños
En el área de la base se encuentra el Memorial, donde se leen 79 pensamientos martianos grabados con letras color oro, distribuidos en cinco salones.
Además, en el piso están reflejadas las distancias existentes entre el monumento y las capitales de 43 países. Desde sus balcones, en días de gran visibilidad, se puede divisar el paisaje habanero a una distancia de 60 kilómetros aproximadamente.
La estatua de José Martí que observamos en los bajos y exteriores del complejo monumentario está formada por 52 bloques de mármol y tiene una altura de 18 metros.
Dicha estatua del prócer cubano está rodeada de seis pilares que representan las antiguas provincias según la anterior división del territorio cubano, con sus respectivos escudos. Desde 1996 es sede del Memorial José Martí.