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Madrid/pa
Dos cosas hay seguras en el fútbol español cada año por estas fechas: que después de febrero llegará marzo y que comienza el enredo por conocer dónde se jugará la final de la Copa del Rey.
Barcelona y Alavés sacaron esta semana su billete para la disputa del título que inicialmente se jugaría el 27 de mayo. Se conoce qué, cuándo y quiénes, pero no dónde.
Como la Federación Española de Fútbol renuncia a designar una sede a comienzos de temporada cuando se confecciona el calendario, todo queda a expensas de lo que sucede durante el torneo. Es decir, qué equipos llegan a la final, cuáles permanecen vivos en competiciones europeas, qué resquicios ofrece el calendario y qué sedes cumplen garantías a partir de las peticiones de los clubes contendientes.
Y, como siempre sucede, nadie se pone de acuerdo. El Barcelona quiere el Santiago Bernabéu de Madrid, el Alavés desea el Nuevo San Mamés de Bilbao y la Federación apuesta por el Vicente Calderón de la capital de España.
El Barcelona se clasificó por cuarto año consecutivo para jugar la final y volvió a pedir el Santiago Bernabéu. Para unos, con el razonable argumento de jugar en un estadio de alta capacidad. Para otros, con la intención escondida de intentar alzar un título en la casa del rival más odiado.
Por ello, hoy el propio Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, en un acto promocional aseguró: “En el Bernabéu no se puede jugar la final de Copa porque hay obras”.
Es la misma razón que viene dando más o menos desde 2013, cuando el Real Madrid jugó la final de Copa en su estadio y perdió 2-1 ante el Atlético. Desde entonces, el Santiago Bernabéu no ha vuelto al albergar una final de Copa.
Mientras, el Alavés ya anunció que pedirá el estadio de San Mamés. “Quiero que se juegue la final en Bilbao. El Barça puede jugar muchas finales; nosotros no… Y sería importante facilitar a nuestros aficionados su presencia en la final”, argumentó Josean Querejeta, presidente del club vasco. Pero resulta que el 30 de mayo hay previsto un concierto del grupo de rock americano Guns N’Roses, cuyo mastodóntico espectáculo necesita varios días de preparación. No parece una opción viable a estas alturas. Mientras, la Federación Española quiere que se juegue en el Vicente Calderón. Sería el último partido de la historia del estadio, pues el Atlético tiene previsto trasladarse la próxima temporada al Wanda Metropolitano, antes conocido como estadio de La Peineta, que se está terminando de remodelar. Ahora mismo parece la opción más probable, pero quién sabe cómo puede terminar un enredo que en España ya es rutinario.
