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La presidenta de Brasil Dilma Rousseff enfrentará a Neves en segunda ronda electoral

Por Laura Bonilla
Río de Janeiro/AFP

La presidenta brasileña Dilma Rousseff y el socialdemócrata Aecio Neves protagonizarán el 26 de octubre un duelo entre los partidos que se reparten el poder desde hace 20 años, viagra sale en un segundo turno electoral de imprevisible desenlace.

Rousseff obtiene 41,57% de los votos y Neves 33,57%, señaló la justicia electoral con 99% de los votos escrutados.

La ecologista Marina Silva, que se convirtió inesperadamente en presidenciable hace apenas un mes y medio y se disparó en los sondeos, quedó finalmente tercera con 21,31%, un porcentaje apenas superior al de 2010, cuando también fue candidata.

En un segundo turno, Rousseff ganaría a Neves por 48% a 42%, indicó la encuestadora Datafolha el sábado. Otro sondeo de Ibope indica que la mandataria triunfaría por 45% contra 37%.

Pero Neves, un economista de 54 años del poderoso Partido de la Socialdemocracia Brasileña de Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), exsenador, exgobernador y nieto de presidente, viene en ascenso. Y Silva y los pequeños partidos de su coalición podrían decidir pasarle sus votos.

Supremacía en el Congreso

Pese a las masivas protestas callejeras que pedían un cambio en el país en junio del 2013, en el parlamento el oficialismo seguirá dominando y podrá mantener las presidencias, tanto en diputados como en la cámara alta, según proyecciones oficiales.

Desde el próximo año, el PT contará con 70 diputados (pierde 18) y el PMDB con 66 (pierde cinco) y siguen siendo las mayores bancadas. Además, la alianza forjada por el PT con otras agrupaciones le permite mantener mayoría en la Cámara de 513 miembros.

Eso sí, el número de partidos representados pasa de 22 a 28, «lo que torna las negociaciones políticas más complejas» para el nuevo presidente de la República, señaló la Cámara en una nota de prensa.

Ya en renovación de un tercio del Senado (27 de los 81 asientos), la coalición oficialista se quedó con 15. El PMDB, 18 senadores, y el PT, con 12, perdieron un legislador cada uno pero siguen siendo mayoría sobre otros partidos. El PSDB tiene 10 senadores y el socialista PSB que apoyó a Silva pasó a contar con 7.

¿Un pacto anti-PT?

«Es hora de unir nuestras fuerzas. Mi candidatura no es más la candidatura de un partido político, o de un conjunto de alianzas. Es un sentimiento más puro, de todos los brasileños que aún tienen la capacidad de indignarse», afirmó Neves, llamando a Silva a apoyarle para destronar a Rousseff.

Silva sostuvo por su lado que Brasil «señalizó claramente que no concuerda con lo que hay», pero dejó en suspenso si apoyará a Neves contra Rousseff en el balotaje.

Neves, el preferido de los mercados, promete hacer que Brasil vuelva a crecer y atraer al capital privado poniendo fin al intervencionismo del gobierno en las empresas y bancos estatales como Petrobras y el BNDES.

«Aecio Neves renació de las cenizas y llega con mucha fuerza a este segundo turno. Creo que Rousseff y Neves tienen 50% de posibilidades de ser electos.  Será una campaña muy corta y muy intensa», dijo el analista André César, de la consultora Prospectiva, a la AFP.

En sus 12 años en el poder, el Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) de Rousseff y su antecesor Lula logró que 40 millones de pobres ingresaran en la clase media, tornando a la primera mujer presidenta de Brasil en la gran favorita de estos comicios.

Pero millones de brasileños también reclaman un cambio, tras cuatro años de magro crecimiento en la séptima economía mundial -el mercado espera un PIB de apenas 0,3% este año-, elevada inflación (6,5%) y escándalos de corrupción vinculados al PT.

Más de un millón de brasileños, sobre todo jóvenes de clase media, reclamaron en las manifestaciones de 2013 mejor transporte, salud y educación, indignados con la corrupción política y el elevado gasto público en estadios para la Copa del Mundo.

Rousseff, una exguerrillera de 66 años escogida por el expresidente Lula para reemplazarle en el poder, aseguró el domingo que es ella y el PT quienes pueden encarnar el cambio que los brasileños pidieron masivamente en las calles en junio de 2013.

«El pueblo brasileño ansía más avances y dice que ve, en el proyecto que yo represento, la más legítima y confiable fuerza de cambio», afirmó al confirmarse que pasó al balotaje.

«La lucha continúa» y «será victoriosa», añadió.

¿Un cambio?

Acostada en la famosa playa de Copacabana de Rio de Janeiro, leyendo en la arena, Barbara Souza, de 37 años, contó que votó «por un cambio».

«Este gobierno no me gusta nada. Iba a votar a Marina, pero al final voté por Aecio solo por las encuestas [que lo dan ganador], para que tenga más chances de vencer a Dilma», explicó.

Marina Silva intentó encarnar el deseo de cambio prometiendo una «nueva política», una tercera vía alternativa al PT y al PSDB, cuando se convirtió en presidenciable tras la muerte del candidato oficial del PSB, Eduardo Campos, en un accidente aéreo en agosto.

Pero en los últimos días Neves la relegó al tercer lugar en estas elecciones que se convirtieron en un «thriller» político.

«Marina subió por la muerte de Eduardo Campos, que provocó una conmoción nacional, y ella se presentó como una alternativa. Pero no es una alternativa» sino «una fuerza conservadora» y evangélica, dijo a la AFP Carlos Alberto Alkmim, politólogo y profesor de la Universidad Católica de Rio.

Además de presidente, los 142,8 millones de brasileños convocados a las urnas renovaron este domingo la totalidad de la Cámara de Diputados (513) y un tercio del Senado (27), y eligieron a 27 gobernadores y 1.059 diputados estatales.

Las razones del PT

El PT de Rousseff y de su antecesor Luiz Inacio Lula da Silva impulsó programas sociales que lograron que 40 millones de pobres ingresaran en la clase media, construyó viviendas populares aprobó cuotas para pobres y negros en universidades, tornando a la primera mujer presidenta de Brasil en la favorita de estos comicios.

Pero millones de brasileños también reclaman un cambio tras cuatro años de magro crecimiento en la séptima economía mundial -el mercado espera un PIB de 0,2% este año-, elevada inflación (6,3%) y escándalos de corrupción vinculados al PT.

Los problemas económicos, no obstante, no han afectado aún el bolsillo de la mayoría de los brasileños, que no han perdido el empleo y han visto subir sus salarios.

Rousseff, una exguerrillera de 66 años escogida por Lula para reemplazarle en el poder, aseguró el domingo que es ella y el PT quienes pueden encarnar el cambio que los brasileños pidieron masivamente en las calles.
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Fotografía: La presidenta de Brasil y candidata presidencial del Partido de los Trabajadores (PT), Dilma Rousseff, participa en una conferencia de prensa en el Hotel Royal Tulip, en Brasilia, Brasil, ras conocer el resultado de las elecciones el domingo de las cuales salió triunfadora. (Foto Diario Co Latino/Xinhua/André Dusek)

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