Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino
La prueba del funcionamiento de un vehículo, por su labor en un taller automotriz en las calles de San Salvador, provocó un cambio irreversible en la vida de Amílcar Durán; era el año 1997, cuando fue asaltado y lesionado por arma de fuego, junto a su compañero de trabajo.
“Nos quitaron las prendas y mi compañero de trabajo -que de cierta manera- se negó a entregar sus pertenencias, pues lo impactaron con dos balas en el pecho y las otras dos balas fueron para mí. Fue lamentable, mi compañero murió a los cinco días de los impactos y yo me quedé en una silla de ruedas. No hubo investigación de la Policía Nacional Civil, no hubo reinserción laboral y las leyes nos invisibilizan”, afirmó Amílcar Durán, coordinador de la Fundación Red de Sobrevivientes y Personas con Discapacidad El Salvador.
La clausura del proceso formativo: “Fortalecimiento de Capacidades sobre el marco legal para el control de Armas y Prevención de la Violencia Armada”, con la iniciativa “Humanium Metal”, las organizaciones FESPAD, Fundación Red de Sobrevivientes y Personas con Discapacidad El Salvador, y la Individuell Människohjälp Swedish Development Partner (IM Suecia), esperan contribuir a la convivencia pacífica en el país.
Saúl Baños (director de FESPAD) explicó que el proyecto “Humanium Metal” desarrollan la temática en tres vertientes: el control de las armas pequeñas y ligeras, la prevención de la violencia y la atención a las personas que son víctimas de la violencia armada, por el uso irresponsable de ese tipo de armas.
“Tenemos múltiples actividades que desarrollamos y ahora clausuramos un proceso formativo con representantes de Concejos Municipales en prevención de violencia de los municipios de San Martín, Ilopango, Santo Tomás, Quezaltepeque y Mejicanos. Allí, desarrollamos el tema de la prevención de violencia, la coordinación con las municipalidades, la generación de medios de vida de personas que han sido víctimas de violencia armada”, señaló.
Sobre el proceso formativo retomaron tres aspectos estratégicos como: el conocimiento de las normas jurídicas que regula el uso de armas de fuego pequeñas o ligeras; las buenas prácticas obtenidas en el tema de prevención de violencia y las propuestas que este grupo obtuvo, como parte de una retroalimentación y así mejorar la prevención de violencia en estos municipios.
“Nosotros pretendemos contribuir a la disminución de la violencia homicida, sino también, de las distintas expresiones de violencia, y para que también las personas que tienen en posesión armas de fuego lo hagan dentro de los parámetros establecidos por la ley -sabemos- en el país hay un mercado negro y las cifras de homicidios están relacionadas al uso irresponsable de armas de fuego. Y esto se coordina no solo con los gobiernos municipales, sino también la Policía Nacional Civil, con el Ejército, con la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, la Procuraduría General de la República y el ministerio de Seguridad Pública y Justicia, todos los que tengan que ver con el tema de prevención de violencia y el control de armas de fuego en el país”, sostuvo Baños.
Sobre el trabajo de los gobiernos municipales que integran este proyecto sobre prevención de violencia, forma parte del programa El Salvador Seguro, que impulsó el gobierno anterior que se inserta el Programa de Control Territorial. Un logro que, consideró Baños, al trascender a otra administración por el trabajo que realizan los Concejos Municipales en Prevención de Violencia, aunque no ha tenido mayor “eco” en el actual Gobierno.
“Este es un mensaje claro que mandan las municipalidades, que es posible hacer prevención de violencia desde la localidad, aunque lo bueno sería que se integrara al Plan Control Territorial, pero es un plan que no conocemos mucho, que no se ha publicado la filosofía o el enfoque que este tiene, los modelos de prevención de violencia que tenga. Sin embargo, los municipios siguen trabajando y eso es un aporte importante para el país en conjunto. Pero no es tarde, para que se puedan integrar estos esfuerzos y la suma de los mismos en prevención de violencia, contribuyen a generar paz en el país y esa es la perspectiva”, consideró.
El director de FESPAD hizo un llamado público al Gobierno del presidente Nayib Bukele, para unir esfuerzos con estos municipios, estén o no dentro del Plan Control Territorial, porque hay limitantes importantes como la capacidad instalada del Gobierno, que no puede dar cobertura a los 262 municipios.
“Hay resultados interesantes con respecto a las tasas de homicidios en los municipios intervenidos con este proyecto y otras iniciativas que realizan otras entidades, están demostrando que sí es posible construir procesos de transformación de conflictos y generar condiciones de paz social y eso es sumamente importante. -Hay que decir- esto no es de la noche a la mañana, en que las tasas de homicidios se van a disminuir, este es un proceso grande y no solo la violencia homicida, los procesos razonamiento social, que se relaciona con la disminución de amenazas, de la violencia intrafamiliar, la violencia entre vecinos que existen en las comunidades y los feminicidios que deben atenderse. Aunque hay un problema que subyace que son las personas desaparecidas que supera incluso el número de personas asesinadas en el país”, reseñó.
Pedro Martín, representante de Individuell Människohjälp Swedish Development Partner (IM Suecia), que nació en 1937 con una visión de ayuda humanitaria a las personas víctimas de la Segunda Guerra Mundial, que posteriormente enfocó sus iniciativas en el desarrollo social, conservando siempre la visión de la ayuda humanitaria en varias partes del mundo, señaló tiene una “larga historia”, que a través de organizaciones de la sociedad civil sobre todo en desarrollo agroproductivos, mujeres, microemprendimientos con visión de género y Humanium Metal, en donde trabaja junto a FESPAD y la Fundación Red de Sobrevivientes y Personas con Discapacidad El Salvador, actualmente.
“Este proyecto creado en IM Suecia consiste en que la captación del metal de las armas ilegales que son destruidas en El Salvador, hay una ley que obliga al Gobierno de El Salvador a destruir cada año todas las armas ilegales incautadas por el sistema de justicia y ese metal antes se botaba, por ser tan sucio era desechado. Luego en Suecia se dieron cuenta que se podía reciclar ese metal y depurándolo y convertirlo en otros objetos como relojes de acero inoxidable, hecho con metal proveniente de armas de fuego confiscadas de El Salvador. Varias empresas compran el metal a El Salvador, a través de la Responsabilidad Empresarial, y el 15 % de la venta de estos objetos regresa al país en los programas como este de Humanium Metal”, concluyó.
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