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La profesionalización de la gestión de las políticas de seguridad ciudadana: desafíos y lecciones aprendidas. Experiencia en la formación policial de El Salvador 1 (II)

Jaime Edwin Martínez Ventura

Si bien en la región latinoamericana no ha existido una concepción o tendencia única de reforma policial, ambulance existe un amplio consenso político, online científico, académico e institucional, en el sentido de que el gran objetivo de dicha reforma es convertir a las policías en instituciones profesionales, de servicio a la comunidad, sometidas al principio de legalidad, respetuosas de los derechos humanos y efectivas contra el crimen; en otras palabras,  se busca romper con el modelo tradicional de las policías militarizadas, autoritarias, centralizadas, al servicio de las élites políticas, sometidas a los gobiernos de turno, aisladas y alejadas de la sociedad, con niveles bajos de educación, precariedad de condiciones para el ejercicio profesional, y, como consecuencia de ello, proclives a los abusos de poder, la partidización, la corrupción y la violación continua de los derechos humanos.

2.Origen de la Policía Nacional Civil y la Academia Nacional de Seguridad Pública de El Salvador

La Policía Nacional Civil (PNC) de El Salvador, surge de los Acuerdos de Paz suscritos en Chapultepec, México, el 16 de enero de 1992, que pusieron fin a la guerra civil iniciada en enero de 1981. Como parte de dichos acuerdos se decidió la eliminación de los antiguos cuerpos de seguridad que eran la Policía Nacional, la Policía de Hacienda y la Guardia Nacional y su reemplazo por una policía nueva, lo que quedó plasmado en los referidos Acuerdos, de la manera siguiente:

“Se creará la Policía Nacional Civil de conformidad con la Reforma Constitucional emanada de los Acuerdos de México. La Policía Nacional Civil será un cuerpo nuevo, con nueva organización, nuevos cuadros, nuevos mecanismos de formación y adiestramiento y nueva doctrina.”

Las reformas constitucionales de 1992, establecen la existencia de la PNC en los artículos 159, incisos 2° y 3°, y 168 números 17° y 19° de la Constitución (Cn). Estas disposiciones sentaron las bases para decretar la Ley Orgánica de la Policía Nacional Civil, lo que se hizo por medio del Decreto Legislativo No. 269, del 25 de junio de 1992, cuyo primer artículo reza:

“Créase la Policía Nacional Civil de El Salvador, que tendrá por objeto proteger y garantizar el libre ejercicio de los derechos y libertades de las personas; prevenir y combatir toda clase de delitos; mantener la paz interna, la tranquilidad, el orden y la seguridad pública, tanto en el ámbito urbano como rural, con estricto apego a los derechos humanos. No existirá ningún otro cuerpo policial armado con competencia nacional.”

Con anterioridad se había creado la Academia Nacional de Seguridad Pública, mediante el Decreto Legislativo No.166, de fecha 6 de febrero de 1992, como una institución autónoma, con personalidad jurídica propia, autonomía administrativa y financiera, con su propio presupuesto, no dependiente, pero sí adscrita al Ministerio de Seguridad Pública (Art. 1 Ley Orgánica de la ANSP), cuya función principal es formar profesionalmente a los integrantes de la PNC, según requerimientos que dicha institución le haga. La Academia, en El Salvador, es la única institución legalmente responsable de la formación policial en todas sus áreas: formación inicial, formación en actualizaciones y especialidades, y cursos de habilitación para los ascensos.

Con la PNC nació en nuestro país no solo un nuevo cuerpo policial, sino una nueva concepción de la seguridad interior, entendida ante todo como un servicio público, cuyo objetivo fundamental es garantizar el libre ejercicio de los derechos y libertades de las personas, y protegerlas contra toda clase de delitos, pero no a cualquier precio, sino con pleno respeto de los derechos humanos y demás límites impuestos por la Constitución y el resto del ordenamiento jurídico.

3. La experiencia en la formación policial

3.1 Situación encontrada

Al iniciar las funciones de dirección de la ANSP, el 1 de junio de 2009, encontramos que en abril y mayo se habían graduado 518 nuevos agentes, de las promociones 95 y 96, quienes estaban pendientes de juramentar e ingresar a la policía. La promoción 97, con 289 alumnos y alumnas, estaba por comenzar sus prácticas policiales y la promoción 98 se encontraba en su sexto mes de formación con aproximadamente 300 alumnos y alumnas. También estaba la promoción XII del nivel ejecutivo, con 38 aspirantes a la categoría de subinspectores. Además, estaban casi por concluir los terceros cursos de ascensos a Comisionados y a Inspectores Jefes, con aproximadamente 40 aspirantes cada uno.

En total, en 17 años y medio, la ANSP hasta el 1º de junio de 2009, en formación inicial había graduado a un total de 28,072 policías, de los cuales 27,417 eran agentes, de la escala básica; 576, subinspectores, escala ejecutiva; y 79 subcomisionados del nivel superior.

A pesar de este cumplimiento formal y cuantitativo de su misión, encontramos serias deficiencias en cuanto al cumplimiento sustancial y cualitativo de la formación policial profesional. Entre esas deficiencias, están las que se relatarán en la siguiente entrega de esta publicación.

1. Conferencia presentada en Mar del Plata, Argentina,  ante 700 alumnos de la primera promoción de la nueva Policía Local Preventiva del municipio General Pueyrredón, por invitación del Gobierno Local de dicho municipio y del Instituto Latinoamericano sobre Seguridad y Democracia, ILSED, el día 18 de agosto de 2015

*Director General de la Academia Nacional de Seguridad Pública de El Salvador

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