Página de inicio » Opiniones » La profesionalización de la gestión de las políticas de seguridad ciudadana: desafíos y lecciones aprendidas. Experiencia en la formación policial de El Salvador 1 (III)

La profesionalización de la gestión de las políticas de seguridad ciudadana: desafíos y lecciones aprendidas. Experiencia en la formación policial de El Salvador 1 (III)

Jaime Edwin Martínez Ventura*

Entre las deficiencias que encontramos en la ANSP, help hace más de 6 años atrás, están:

a)Predominio de la cantidad sobre la calidad

La calidad de l2a formación impartida en la Academia se vio sacrificada, sobre todo en sus primeros cinco años, ante la urgencia de graduar a una gran cantidad de nuevos policías en el menor tiempo posible, a efecto de cumplir con el compromiso de desplegar a la PNC en un período breve. Desde mediados de 1993, la Academia contó permanentemente con más de 2,000 alumnos y cada uno recibió formación básica en un plazo no mayor de seis meses. Así se formaron los primeros 10,000 policías, que según los Acuerdos de Paz tenían que ser de cuotas: 20% de la ex guerrilla; 20% de los anteriores cuerpos de seguridad; y el 60% de civiles ajenos a los bandos armados de la guerra civil2.

El predominio de la cantidad sobre la calidad impidió por mucho tiempo que la Academia cumpliera otras importantes tareas como la organización y desarrollo de cursos de actualización y reforzamiento para el personal desplegado, así como los cursos de ascensos que se fueron postergando continuamente, especialmente los del nivel básico.

b)Tendencia al militarismo

La ANSP tiene la responsabilidad de asegurar el cumplimiento de la  característica esencial de la PNC, como es su naturaleza civil; pero ésta no se había consolidado porque desde su origen, se permitió la existencia de una fuerte tendencia al autoritarismo y la militarización, evidenciada en las estructuras, procedimientos, disciplina, costumbres e ideologías militares, impuestas por el predominio de jefaturas provenientes de las fuerzas armadas y de los extintos cuerpos de seguridad, lo cual no sólo permeó a la nueva corporación policial, sino también a la ANSP3.

Esa tendencia a la militarización, fue revelada desde 1994 por los primeros informes de la Misión de Observadores de Naciones Unidas en El Salvador, ONUSAL, así como por otros estudios, informes y diagnósticos de diversas instituciones nacionales e internacionales, y fue uno de los principales motivos del estancamiento, retrocesos y desnaturalización de la PNC y la ANSP con relación a sus objetivos, principios y características originales. Al respecto uno de los informes de la misión de observadores de la ONU dijo:

“En reiteradas ocasiones he dicho que entre las causas que pueden concurrir a la explicación de las violaciones a los derechos humanos cometidas por miembros de la PNC pueden estar la incorporación de la Unidad Ejecutiva Antinarcotráfico (UEA) y la Comisión Investigadora de Hechos Delictivos (CIHD) a la PNC, sin modificación o depuración alguna y sin haber seguido los cursos ordinarios en la Academia Nacional de Seguridad Pública”4.     

c)Discriminación de género, violencia y acoso sexual, especialmente contra las mujeres.

En la ANSP, se habían instaurado comportamientos, procedimientos, normas, decisiones y actitudes que, en diversa medida, incurrían en discriminación y otras formas de violencia de género. La mayor expresión de esa violencia fueron las diversas formas de acoso sexual que desde el inicio del funcionamiento de la Academia, realizaron algunos policías, empleados administrativos, profesores, funcionarios e incluso algunas altas autoridades de esta institución, particularmente contra alumnas del nivel básico. En ciertos casos en que las estudiantes rechazaron las propuestas sexuales, fueron objeto de procesos disciplinarios infundados, mediante los cuales varias estudiantes fueron expulsadas injustamente.

d)Tratos crueles, inhumanos y degradantes

Con el pretexto de formar el llamado “carácter policial”, en la ANSP prevaleció la concepción y práctica de una doctrina refleja, según la cual, al alumno se le debe enseñar a obedecer de manera inmediata, irreflexiva, e incondicional; es decir, se enseña a obedecer no por convicción, si no por imposición de una orden superior que si no es obedecida trae como consecuencia un castigo, generalmente de carácter físico. Dicha doctrina es propia de la formación militar, y es lógico que así sea, puesto que un soldado es formado para la guerra y por lo tanto debe cumplir las órdenes inmediatamente y sin miramiento alguno. Pero el policía no es un soldado, su misión no es ir a la guerra, sino gestionar la conflictividad social que debe atender, en primer lugar, mediante la aplicación de valores, conocimientos, habilidades, destrezas, y técnicas para la resolución de conflictos y, solo en última instancia o en circunstancias de legítima defensa, tendrá que hacer uso de la fuerza o de las armas.

Por otra parte, la disciplina refleja que se imparte en las Fuerzas Armadas, se hace profesionalmente respetando ciertos principios, reglas, procedimientos y límites, mientras que en la ANSP se incurrió en una perversión de la misma, lo que hizo que se incurriera en abusos, e incluso en conductas que bien pueden ser tipificadas como tratos crueles, inhumanos y degradantes contra los estudiantes.

1.Conferencia presentada en Mar del Plata, Argentina,  ante 700 alumnos de la primera promoción de la nueva Policía Local Preventiva del municipio General Pueyrredón, por invitación del Gobierno Local de dicho municipio y del Instituto Latinoamericano sobre Seguridad y Democracia, ILSED, el día 18 de agosto de 2015

2. V. Naciones Unidas, Ejecución de los Acuerdos de Paz en El Salvador. Recalendarizaciones, acuerdos complementarios y otros documentos importantes, San Salvador, Unidad de Apoyo al Enviado Especial del Secretario General, 1997, Pág. 3, citado en MARTÍNEZ VENTURA, J., Límites democráticos al poder penal. Reformas a la seguridad pública y la justicia penal, FESPAD ediciones/ Ediciones del Instituto, INECIP, San Salvador, 2005 p.321

3.Uno de los acuerdos complementarios entre el Gobierno y los grupos insurgentes firmado el 22 de diciembre de 1992, permitió la incorporación masiva a la PNC de dos contingentes policiales militarizados: la Comisión Investigadora de Hechos Delictivos (CIHD) y la Unidad Ejecutiva Antinarcotráfico, creadas en 1985 y 1990, respectivamente, con auspicio de los Estados Unidos; a partir de ahí se produjo la más fuerte desnaturalización de la PNC, lo cual fue advertido constantemente por las diferentes misiones de verificación de Naciones Unidas. V. COSTA, Gino, Op. Cit. Pág. 225-277 y MARTÍNEZ VENTURA, Jaime. Control y Eficacia de la Policía Nacional Civil, en Instituciones y Democracia en El Salvador (Stefan Roggenbuck ed.), San Salvador, Fundación Konrad Adenauer, 1994, Pág.262 a 265. Sobre la tendencia a la militarización, V. ONUSAL, X Informe del Director de la División de Derechos Humanos, de la Misión de Observadores de las Naciones Unidas en El Salvador, ONUSAL, al Secretario General, noviembre 1993-febrero 1994, pág. 28, párr. 128.

4.V. ONUSAL.  XI Informe del Director de la División de Derechos Humanos de ONUSAL, al Secretario General de la ONU, marzo a junio 1994, Pág. 28, Párr. 119.

Ver también

AVALANCHA DE DESPIDOS, AVALANCHA DE DECISIONES IMPOPULARES

Por: Licenciada Norma Guevara de Ramirios Para la época navideña hay canciones de todo tipo, …