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La profesionalización de la gestión de las políticas de seguridad ciudadana: desafíos y lecciones aprendidas. Experiencia en la formación policial de El Salvador1 (IX)

Jaime Edwin Martínez Ventura*

6. Reflexión final: La profesionalidad policial y su relación con el enfoque punitivo o integral de las políticas de seguridad pública

Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, sovaldi la primera acepción de profesionalidad es “Cualidad de la persona u organismo que ejerce su actividad con relevante capacidad y aplicación”; en tanto, treatment profesionalismo, sales es definido por dicho diccionario, como el “Cultivo o utilización de ciertas disciplinas, artes o deportes, como medio de lucro.” En tal sentido se puede decir que todo el que vive o se lucra de una profesión actúa con profesionalismo pero no necesariamente con profesionalidad.

La profesionalidad de la policía puede ser entendida de diversas formas. Desde el punto de vista de la capacidad operacional, la profesionalidad policial estriba en la efectividad del cumplimiento de su misión esencial como es la de controlar la delincuencia y garantizar la seguridad, es decir el libre ejercicio de los derechos de la población; desde la óptica del ingreso y desarrollo de la carrera policial, la profesionalidad estará determinada por la calidad técnica y científica de los procesos de selección o reclutamiento, formación inicial, capacitación continua y ascensos en la carrera policial; y que tales procesos estén basados en los principios de legalidad, transparencia, objetividad, igualdad y equidad de género.

Desde la perspectiva de la estructura organizacional, la profesionalidad radica en el grado de descentralización de la organización y de la toma de decisiones, de manera que se permita la innovación, la creatividad, la iniciativa propia de mandos y subordinados en la gestión administrativa y operacional.

Desde el punto de vista de la doctrina y misión, la profesionalidad dependerá de aspectos esenciales como la naturaleza, la disciplina y la finalidad de la función policial; en la medida que la policía se entienda como una función pública, con atribuciones y deberes delimitados por el principio de legalidad, formada bajo una disciplina consciente, no refleja, y cuya finalidad es servir a la población, no a los gobiernos de turno ni  a grupos de poder, en esa medida será más profesional.

A mi criterio, una policía en democracia y para la democracia, para ser verdaderamente profesional, debe reunir, como mínimo, todos los criterios antes expresados. Es decir, debe ser una policía capaz de garantizar la seguridad ante el crimen, tener una formación y carrera profesional dependiente del mérito, legalidad e igualdad y no de la voluntad política; debe contar con una estructura y toma de decisiones descentralizadas; y concebirse como una función pública sujeta a la legalidad, con una disciplina consciente y al servicio de la población.

No obstante, el grado de profesionalidad policial, así entendida, estará determinado por el enfoque que tenga la política de seguridad pública. Es decir, en la medida que esa política sea predominantemente punitiva, en esa medida se reducen o se ven mermadas las características o criterios de la profesionalidad antes citados. Por el contrario, mientras más integral, interinstitucional y holística sea la política de seguridad, más se requieren y se fomentan los criterios y atributos de la profesionalidad antes referidos.

En otras palabras, por más que las academias o escuelas de policías impartan una formación de alto nivel para garantizar la profesionalidad policial, esta condición podrá fomentarse o disminuirse según sea el enfoque punitivo o integral de las políticas de seguridad que le corresponda gestionar al cuerpo policial.

En el caso de El Salvador, la profesionalidad de la Policía Nacional Civil, no termina de consolidarse porque la política de seguridad pública, aunque cuenta con un diseño integral, en la práctica sigue siendo tendencialmente punitiva; esto a pesar de que el gobierno actual tiene la voluntad política y la convicción técnica de que se necesita de una amplia política integral2. Sin embargo, en la práctica, esa voluntad y convicción, no son suficientes para consolidar una política integral, por la distorsión que causan diversos factores como los siguientes:

Polarización y escaso margen político del partido gobernante

Tanto en el primer gobierno de izquierda del FMLN (Junio de 2009 a Mayo de 2014), como en el actual (Junio de 2014 a Mayo de 2019), el margen de la victoria electoral fue bastante estrecho con relación al principal partido de oposición, ARENA, que en su oportunidad gobernó durante 20 años en cuatro períodos presidenciales consecutivos. Un partido que, aparte de algunos acuerdos ocasionales, por regla general, rechaza las políticas y propuestas del actual partido gobernante3 con quien mantiene una polarización política histórica. A esa oposición radical, se suman poderosos grupos de presión como la cúpula empresarial, medios masivos de comunicación y tanques de pensamiento de derecha que también tienden a rechazar las políticas del gobierno.

Por otra parte, si bien el FMLN para poder gobernar, logró una alianza política, principalmente legislativa, con otros partidos de oposición de derecha o centro derecha, éstos partidos políticos por su naturaleza son más proclives a políticas de seguridad más conservadoras y punitivas, aunque también en los partidos de izquierda pueden haber sectores conservadores en materia de seguridad pública,  lo que se ve justificado por el auge delincuencial y la cultura general proclive al uso de la fuerza.  Por tanto, el margen político para tener aliados en el impulso de una política integral con énfasis preventivo, ha sido y sigue siendo bastante estrecho para el partido gobernante, aunque discursivamente todos los partidos políticos hablan de la necesidad de políticas integrales.

1 Conferencia presentada en Mar del Plata, Argentina,  ante 700 alumnos de la primera promoción de la nueva Policía Local Preventiva del municipio General Pueyrredón, por invitación del Gobierno Local de dicho municipio y del Instituto Latinoamericano sobre Seguridad y Democracia, ILSED, el día 18 de agosto de 2015
2 Esa voluntad política y convicción técnica a favor de una política integral y estratégica, viene desde el primer gobierno de izquierda del Presidente Mauricio Funes (Junio de 2009 a Mayo de 2014). Sin embargo, tal como lo sostiene el IUDOP, la política inicial, caracterizada por ser integral y por tanto inédita en nuestro país, en la práctica se fue desdibujando y al final terminó prevaleciendo el enfoque punitivo con una mayor participación del ejército en labores de seguridad pública. V. Instituto Universitario de Opinión Pública, IUDOP, “La situación de la seguridad pública y la justica 2009-2014 (…)”, op. cit., pp. 68 a 71
3 En su momento, mientras el FMLN era oposición, también por regla general se oponía a las políticas del partido gobernante ARENA.
*Director General de la Academia Nacional de Seguridad Pública de El Salvador

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