Por Fredis Pereira
Máster en Administración y Gerencia Pública
Las autoridades de la Universidad de El Salvador (UES) han desarrollado un mecanismo de promoción laboral que está marcado por la discriminación ilegal, que se corresponde con un régimen de clientelismo político y nepotismo, y produce debilidad institucional. Esta discriminación preferida es contraría al artículo 3 de la Constitución, a los tratados contra la corrupción y al artículo 10 del Reglamento General del Sistema de Escalafón del Personal de la Universidad de El Salvador.
La promoción laboral discriminatoria muestra la siniestra preferencia por las ilegalidades en la UES. Además de estar prohibida por la Constitución, la práctica discriminatoria es contraria a la Ley de Ética Gubernamental, porque transgrede los principios de supremacía del interés público, la igualdad, la imparcialidad, justicia y legalidad. Así se distancian de la ética pública los funcionarios universitarios.
La promoción laboral discriminatoria es adversa a la buena administración que ordena la ley. La buena administración según el artículo 16 numeral 1 de la Ley de Procedimientos Administrativos, consiste en que los asuntos de naturaleza pública sean tratados con equidad, justicia, objetividad e imparcialidad y que sean resueltos en un plazo razonable y al servicio de la dignidad humana; pero a esto hacen caso omiso impunemente las autoridades universitarias.
El mecanismo de promoción laboral discriminatorio se ha ocultado manteniendo en secreto los currículos del personal docente de la UES. Así actuando contrario a los principios de transparencia y rendición de cuenta que establece el artículo 4 de Ley de Ética Gubernamental y contrario a los principios de máxima publicidad y disponibilidad que establece el artículo 4 de la Ley de Acceso a la Información Pública, se niegan a hacer público los currículos de los docentes, porque al hacerlos públicos pondrían en evidencia la falta de mérito de los favorecidos con las promociones laborales en la UES. Esta situación se evidenció en el proceso NUE ACUM 22 y 28-A-2017, cuando las autoridades universitarias fueron obligadas a entregar la información a un ciudadano.
Las promociones laborales discriminatorias han mantenido en estancamiento al personal docente de la universidad. La acreditadora internacional de educación superior, Hcéres, después de una evaluación rigurosa que realizó en la Universidad de El Salvador, descubrió y puso a conocimiento público que, “a nivel de los recursos humanos, no parece suficientemente desarrollada la formación del personal docente. La plantilla de profesores se encuentra estancada y va aumentando el número de profesores contrados bajo la modalidad de hora-clase” (sic)
El sistema discriminatorio de promoción laboral ha beneficiado a las autoridades universitarias. Este sistema ha permitido que quienes tienen acceso al poder dentro de la universidad escalen de categoría escalafonaria, y se les pague más, sin tener los méritos exigidos por la legislación universitaria. Así, no se incentiva la formación docente y se produce una plantilla de profesores en condiciones de estancamiento, al grado, de que ahora les asusta la idea de que en la nueva Ley de Educación Superior se exija acreditación y un título de postgrado para ser profesor universitario.
El Consejo Superior Universitario ha forjado este sistema de promoción discriminatoria en la UES. Primero, porque no se realiza el debido control, que garantice el cumplimiento de la ley en los procesos de promoción laboral, que le corresponde como máximo organismos de administración universitario de conformidad con el artículo 22 literal b de la Ley Orgánica de la Universidad de El Salvador. Segundo, porque el Consejo ha incumplido su obligación de aprobar el Manual de descripción de puestos y funciones del Personal Académico, que es un instrumento técnico que facilita la imparcialidad en los procesos de promoción laboral. ¿Quién detendrá la discriminación ilegal en la UES?