Por: Oscar Martínez
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Siempre JJ tuvo en su mente heredar a las nuevas generaciones del siglo XXI los hechos y acontecimientos de las luchas populares armadas enarboladas por las generaciones de la nueva izquierda del siglo XX.
Así, viagra sale Miguel Ángel Alvarado, conocido durante la guerra como comandante José Juan Obregón (JJ), del Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos (PRTC) atrapa en sus escritos, detalles de la realidad de la gente de San Vicente y la guerrilla del PRTC de los años 1979 y 1980.
Su referente inmediato es el año de 1979, cuando la Dirección Político-Militar del PRTC en El Salvador, ordena: organizar, conducir y fortalecer los comandos guerrilleros; recuperar armas y fondos para la organización; organizar, conducir y fortalecer las unidades de autodefensa y realizar acciones de limpieza en las zonas políticamente controladas por la organización.
Son años de represión y masacres realizadas por agentes conocidos como militares, paramilitares, patrulleros, orejas y Guardia Nacional que ven a su enemigo en el pueblo que en ese afán, según ellos, de defender a la Patria de la Oligarquía, mataron y asesinaron, mientras el pueblo experimentaba una dinámica de formas de organización y lucha del pueblo Vicentino.
Leamos entonces, como la represión se va configurando e incrementando y el asesinato se pone a la orden del día en San Vicente y sus lugares, entre ellos, cerros de San Pedro, donde el 29 de Mayo de 1979, cuando la Guardia Nacional del Municipio de Santa Clara, al mando del Teniente de “Cáscara Amarga” desapareció a Mercedes Palacios y Pedro Juan Alvarado.
Con mucha frescura en la mente de JJ recuerda el 13 de Junio de 1979 cuando soldados enmascarados y entilados de la Quinta Brigada de Infantería y paramilitares del Cantón La Esperanza, Municipio de San Sebastián, Departamento de San Vicente, capturaron torturaron, violaron y asesinaron a machetazos, partiéndole el estómago y dejándole una estaca metida en la vagina a Juana Portillo de Alvarado, quien era esposa de Pedro Juan Alvarado; asesinaron además a José Luis Abarca, José Baires, José Abarca y a una niña de 14 años; a Aidé Abarca la violaron y le cortaron los pechos, también asesinaron a un hijo de Cupertino Rosa, todas estas personas eran del Cantón Cerros de San Pedro.
JJ dice que es importante recordar que el Estado salvadoreño desató una represión en contra del pueblo y así nos cuenta que el 28 de Junio 1979 en el Cantón Cerros de San Pedro, soldados de la FAES con machete en mano asesinaron a Leoncio Valladares, cortándole el pene y dejándoselo metido en la boca.
Como una mazorca de maíz desgranada caen los relatos de JJ de todas las atrocidades de los militares y paramilitares que violaron a Laura Valladares y luego la asesinaron a pedradas y machetazos, dejándole una estaca metida en la vagina en el Cantón Cerros de San Pedro, el 28 de Junio 1979.
En ese año de 1979 la muerte política era una característica y una tendencia creciente, así el 28 de Junio, soldados de la FAES mataron a Matías Alfaro y a un hijo de José Ángel Realegeño en Amatitán Arriba, Cantón Cerros de San Pedro.
El 12 de Julio de 1979, en el Cantón Cerros de San Pedro, soldados de la FAES violaron a Leonsa Herrera, frente a sus dos hijos, luego la asesinaron a balazos y le dejaron una estaca metida en la vagina, vagina de donde salía fuente de vida convertida en huella de muerte e impunidad.
Mientras un 17 de Julio 1979, soldados de la FAES asesinaron al dirigente Inocente Rosales, del Cantón Cerros de San Pedro, en la falda del Cerro Picudo. Ese mismo día asesinaron a Juan Rivas y Juan Santos Riva del Cantón San Jacinto la Burrera, en el lugar conocido como Plan del Espino del mismo Cantón.
Una de las mayores expresiones de violación a los Derechos Humanos fue cuando mataron al representante de la Iglesia, Padre Alirio Napoleón Mancía, de la Iglesia Parroquial de San Esteban Caterina, San Vicente el 4 de agosto de 1979.
Eso eran señales que la represión se incrementaría. El 6 de septiembre de 1979 asesinaron a Juan Francisco Alvarado, José Abarca, Alonso Portillo, Martina Meléndez, Lucio Rosales y Daniel Antonio Palacios (hijo de Mercedes Palacios desaparecido) en el Cantón Cerros de San Pedro. Estas muertes reiterarían que la FAES veía al pueblo como un enemigo que había que exterminarlo.
Una vez más la muerte oficial institucionalizada cabalgó y el día 3 de octubre de 1979, soldados de la Quinta Brigada de infantería, desaparecieron a los compañeros Orlando Baires, Ildefonso Valladares y Francisco Valladares, la captura fue realizada al interior de un bus a la altura del desvío el Sope sobre la calle que va de San Esteban Catarina hacia los Amatitanes y Santa Clara, San Vicente.
El estado represivo contra el pueblo era evidente en San Vicente, en 1979, tanto en las zonas rurales como urbanas, en ese contexto de represión contra el pueblo, el PRTC ajusticia a un Sargento y a un Cabo de la Marina de El Salvador, destacado en Suchitoto; en esa operación se recuperó una sub-ametralladora 9 mm.
En esos días se inicia un trabajo político de expansión en el Municipio de San Sebastián Salitrillo, del departamento de Santa Ana, bajo la responsabilidad del compañero Moris Díaz, de seudónimo Raúl, y José Juan, de origen campesino, quien luego se convierte en uno de los comandantes guerrilleros del PRTC. De esa forma el pueblo aporta los cuadros conductores para la guerra que estaba próxima a librarse.
Cumpliendo las órdenes de la Comisión Político-Militar del PRTC, a finales de 1979 se incrementan las acciones, entre ellas las de un Comando Guerrillero que requisa 86 mil colones de la finca el Carmen, del volcán de San Vicente, y el 19 de Marzo de 1980 se realiza un ataque al puesto de paramilitares en Soyapango.
La oligarquía siempre respondió con represión y el año de 1980 no fue la excepción, se impone la muerte política, los Escuadrones de la Muerte asesinan a la compañera Adriana Reyes y a sus dos hijos, de 3 y 5 años de edad, quienes antes de morir, presenciaron el asesinato de su madre a machetazos.
La Guardia Nacional, desaparece a Rafael Enríquez Serrano de 18 años de edad, quien fuera capturado en la vuelta La Leona, sobre la carretera Panamericana. En esos mismos días fue sacado de su casa de habitación Mauricio Mira Anaya, de 25 años de edad por paramilitares de Verapaz para asesinarlo, en el Cantón San Pedro Agua Caliente, San Vicente.
La Guardia Nacional de Verapaz capturó al catequista eclesial, José Santos Ramos Platero, de 32 años de edad, en el Cantón San Pedro, Agua caliente, antes de asesinarlo lo obligaron a cavar su propia sepultura y después lo mataron, dejó 3 niños en la orfandad en 1980. Ese mismo cuerpo de seguridad asesina a machetazos a Laureano Dimas Marroquín, de 70 años de edad, en una molienda del Cantón Molineros.
En momentos que el dirigente del PRTC, Moris Díaz, de seudónimo Raúl trasladaba municiones, armas cortas y largas en un vehículo, es capturado y asesinado por la Fuerza Aérea, a la salida oriente del túnel del Aeropuerto de Ilopango sobre la Carretera Panamericana de San Salvador.
JJ recuerda sus vivencias como si fuera ayer donde en San Vicente en 1980 Soldados de la Quinta Brigada de Infantería asesinan a Manuel Enríquez Campos, de 21 años de edad, en Cerros de San Pedro. En esa misma zona cae combatiendo uno de los dirigentes del PRTC, de los responsables del trabajo de la zona Norte de San Vicente, en Cerros de San Pedro, Marcelino Rivas, de seudónimo Tomás y Alberto, estudiante de Medicina de la Universidad de El Salvador, cuando trasladaban armas en un microbús Toyota hacia la zona Cerros de San Pedro y cayeron en un retén entre la calle que va desde la Cruz de Caminos hacia el Municipio de San Lorenzo, del Departamento de San Vicente, montado por la Quinta Brigada de Infantería de la FAES.
En todo ese movimiento de la construcción de las condiciones del poder del pueblo en las Haciendas El Carmen y Buena Vista, del volcán de San Vicente, el PRTC trabajaba de forma clandestina para demandar a la patronal el respeto y fiel cumplimiento a las demandas reivindicativas planteadas por los trabajadores de mejoras salariales, mejor trato e inclusive que mejoraran la alimentación.
Uno de los logros obtenidos por la lucha campesina fue el de la Hacienda Llano Verde del Cantón San Francisco, Suchitoto, que acompañado por la lucha de los comandos guerrilleros del PRTC se logró la reivindicación de reducción de 12 brazadas a ocho, peticiones de salud y sociales.
9 escopetas 12 mm, una carabina M-1, un fusil G-3 y un Garant fueron las primeras armas del PRTC en Cerros de San Pedro en 1980 que servían para acompañar el trabajo organizativo en la zona de los Comandos de Autodefensa.
Soldados de la Quinta Brigada de Infantería de San Vicente, asesinaron al compañero de las Brigadas de Estudiantes de Secundaria (BRES), Mario Ernesto Portillo, en el Cantón San Pedro Agua caliente de Verapaz, San Vicente, el 2 de marzo de 1980.
200 Guardias Nacionales del Municipio San Vicente, Guadalupe y de San Sebastián, lanzaron un operativo sobre el Cantón San Pedro Agua Caliente, el 23 de marzo de 1980, en donde capturaron y asesinaron a Salvador Mira, hombre clave del PRTC en el trabajo de San Vicente (padre del Comandante Camilo Turcios) y a sus dos sobrinos David y Rafael Mira..
El 23 de marzo de 1980. La Guardia Nacional de Verapaz, asesina a Humberto Portillo, de 40 años de edad, en el Cantón San Pedro Agua Caliente. En Mayo de ese mismo año, soldados de la Quinta Brigada de Infantería, capturan a Rosa Vilma Gavidia Marroquín, en el kilómetro 51 de la carretera Panamericana y es asesinada ese mismo día sobre la calle a Jerusalén Verapaz.
La Guardia Nacional de Guadalupe, captura a Antonio Campos, de 70 años de edad, y a su hijo Herminio Campos de 40 años, cuando regresaban de San Vicente de vender dulce de panela en su propio auto, robándoles el dinero de la venta, antes de asesinarlos en Mayo de 1980. En este mismo mes, Patrulleros de Verapaz, asesinaron a Julio Campos de 50 años de edad, por la simple razón de vincularlo a la guerrilla.
El dirigente del PRTC, Juan Francisco y dos niños Saúl Eduardo Ayala y Eduardo Amaya fueron capturados y desaparecidos en un bus que procedía de Verapaz, a la altura de la línea férrea del Municipio de San Ramón, del departamento de Cuscatlán, el 3 de mayo de 1980. Un día después el 4 de mayo 1980, soldados de la 5 Brigada de Infantería asesinaron al compañero Rufino Sánchez de seudónimo Tomás, en el pueblo de Verapaz y el 14 de mayo de 1980, Patrulleros del Cantón Jerusalén, asesinaron a los compañeros Andrés Mira y Tránsito Hernández, en el Municipio de Verapaz, San Vicente.
En el mes de Junio, las acciones del PRTC continuaban y el día ocho, Humberto Alvarado (Antonio). Uno de los responsables de la Zona Norte -Cerros de San Pedro- San Vicente, con otro compañero cayeron combatiendo en un enfrentamiento contra la Policía Nacional a la altura del Hospital Rosales en San Salvador, cuando trasladaban armas en un vehículo para un Comando Guerrillero que se estaba formando en el Majagual, del Puerto de La Libertad.
La dinámica de violación a los Derechos Humanos por parte del Estado salvadoreño continúo y el 21 de julio de 1980 Escuadrones de la Muerte asesinaron en su casa de habitación al compañero Manuel Valladares, en Cerros de San Pedro, San Vicente.
En Agosto de 1980 se reconoce el ejemplo de heroísmo del compañero Andrés Hernández de 40 años, del PRTC, cuando la Guardia Nacional lo captura y tortura para sacarle información y él al negarse es asesinado a puñaladas en el cementerio de Verapaz.
En ese mismo mes, el día 23 la Guardia Nacional de San Sebastián, asesino a Gregorio Ayala, quién el 28 de enero de 1964 se había resistido al arresto por parte de la Policía de Hacienda.
El PRTC realiza la primera operación militar de gran envergadura contra uno de los cuarteles ubicados en la zona Cerros de San Pedro, en el caserío Santa Rita del cantón Amatitán Arriba con el objetivo de aniquilarlo. El cuartel estaba dirigido y formado por una familia de apellido Aguiluz, en esta operación participaron más de 60 compañeros de la zona Cerros de San Pedro, en combinación con otra fuerza guerrillera del Área Metropolitana de San Salvador, conocida como la Unidad de los Chicos Bonches (en su mayoría estudiantes de secundaria y universitarios), operación realizada con mucho éxito. En esa operación es importante reconocer la valentía de combate y la caída heroica de Ovidio Guardado (Tadeo), de la unidad urbana y con heridas leves a dos de los jefes de la operación, Marcelino Rivas, (Tomas) y Juan José Alvarado, (Cristóbal Cerritos), La operación inició en la madrugada, a las 4:00 a.m. y finalizó después de la dos de la tarde del día 16 de agosto de 1980, fueron más de 10 horas de combate las que hubo que librar para sacar de sus trincheras militares a los soldados, guardias, policías y paramilitares responsables de tantas capturas, asesinatos y desapariciones en San Vicente.
Los Paramilitares del Cantón Potrero y Tabla de Cabañas con soldados del Destacamento Militar Número 2, lanzan un operativo militar contra el Caserío Santa Rosita del Cantón San Jerónimo, de Santa Clara, en donde masacraron a 17 personas de la población, en los lugares del paso del rillito o encuentro del río Titiguapa, a eso de las seis de la mañana un 11 de Septiembre de 1980.
Entre las personas asesinadas están, María Dolores Soriano, de 19 años de edad, con 5 meses de embarazo, y María Ana Rodríguez, de 28 años de edad, ambas violadas, estranguladas y asesinadas con un tiro en la cabeza.
En el Caserío Santa Rosita, como a las 7 a.m., en casa de Eulofio González, estrangularon, violaron y asesinaron a María González, de 18 años de edad, Daniel González, de 14 años de edad, y Víctor Bonilla, de 20 años de edad.
En casa de Agustín Cornejo mataron a balazos y machetazos a María Concepción Acevedo, de 55 años de edad; Marta Acevedo, de 32 años de edad, con 6 meses de embarazo; Esperanza Cornejo, de 60 años de edad; José González, de 25 años de edad; María Concepción Rivas, de 17 años de edad, estrangulada, violada y asesinada; Julia Orellana, de 18 años de edad, embarazada de 7 meses, violada, estrangulada y asesinada; María Ilda Orellana, de 15 años de edad, violada, estrangulada y asesinada; María Brígida Baires, de 32 años de edad, asesinada a machetazos y balazos, y a Celia Acevedo, de 17 años de edad, estrangulada, violada y asesinada.
En casa de Emilio Rodríguez, asesinaron con armas corto punzante apuñalado por la espalda a Fidelia de Rodríguez de 45 años de edad.
En casa de Santiago Baires, estrangularon, violaron y asesinaron a Juana Baires de 14 años de edad y a Pablo Baires de 30 años de edad.
Hay que notar que en este operativo militar, la modalidad de asesinato es llegar a sus casas de habitación y asesinar a las personas, previo al acto de vejamen, considerado como una masacre.
El Comandante de la Guardia Nacional, Esteban Quintanilla, del puesto de Verapaz, captura a Mauricio Hernández Marinero, de 22 años de edad que estaba en la bodega en el Instituto Regulador de Abastecimientos -IRA-, asesinado 3 días después en la calle a Jerusalén del día 22 de septiembre de 1980.
En unos cañales en Octubre de 1980, la Guardia Nacional y patrulleros de Verapaz, asesinaron a machetazos a Pedro Dimas Marroquín, de 45 años de edad. En ese mismo mes, soldados de la Quinta Brigada de Infantería, asesinaron a Adolfo Mira, de 40 años de edad, en el Casco Urbano de Verapaz, San Vicente.
Para esos días, una operación militar conjunta entre PRTC, FAL y FPL es preparada y realizada para aniquilar el cuartel de Verapaz de paramilitares y soldados y recuperar material de guerra, en San Vicente.
En diciembre de 1980 se inicia a dislocar sus principales cuadros de conducción Político Militar hacia las diferentes zonas bajo control social, en donde se encontraban encuarteladas nuestras unidades guerrilleras para que estos se pusieran al frente de la conducción directa de dichas unidades y dar inicio a los preparativos de la gran Ofensiva Final del 10 de Enero de 1981.
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