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La religión en la campaña electoral

Alberto Romero de Urbiztondo @aromero0568

Durante la campaña electoral, vemos cómo se utilizan las creencias religiosas para promover o atacar a los candidatos presidenciales. Carlos Calleja recibió el apoyo de la Unión de Iglesias Cristianas Evangélicas de El Salvador (UNICSAL), comprometiéndose a gobernar con una política de “sí a la vida, sí a la familia y sí a los principios cristianos”. En diciembre Nayib Bukele presentó a pastores evangélicos su propuesta de una Secretaría de Valores y a cambio fue “ungido” como el hombre que Dios ha buscado para este país. Hugo Martínez ha mantenido reuniones con pastores evangélicos presentando su programa y buscando respaldo. Por otra parte, se lanzó una campaña denunciando que el candidato Bukele tuviera creencias y prácticas islámicas. Pretendiendo manipular las creencias religiosas de la ciudadanía, para legitimar o rechazar a los candidatos en base a su supuesta adscripción religiosa y olvidar cuáles son sus propuestas, su trayectoria política y social y su comportamiento ético. Recordemos que Antonio Saca asistió a la catedral de San Salvador, luego de haber ganado las elecciones de 2004, pidiendo sabiduría a Dios para gobernar el país; y Mauricio Funes se comprometió en su toma de posesión a gobernar inspirado en Monseñor Romero. Los dos procesados por corrupción, muestran de la falta de garantía que suponen mezclar religión con responsabilidad política y ética.

El candidato Alvarado, de Vamos, dice que le quieren impedir participar por sus creencias cristianas, pero no es cierto. La Constitución dice en el artículo 82: “los ministros de cualquier culto religioso… no podrán pertenecer a partidos políticos ni optar a cargos de elección popular”; y en el Art. 151: “Para ser elegido Presidente de la República se requiere: ser salvadoreño por nacimiento, hijo de padre o madre salvadoreño; del estado seglar…”. Nadie pretende inhabilitarlo por sus creencias, sino por su calidad de Pastor. Para garantizar la autonomía del Estado respecto a las iglesias es importante que personas pertenecientes a estructurar jerárquicas religiosas no ocupen cargos en el Estado. Recordemos que la Sala de lo Constitucional nos confirmó que somos un Estado Laico (Resolución 3-2008).

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