La Sala de la Constitucional le puso la fresa al pastel al unirse, ayer, al boicot a la economía salvadoreña desarrollado por el partido ARENA, a través de los alcaldes municipales, al aceptar un recurso de inconstitucionalidad y dejar sin efecto las reformas a la Ley del Fideicomiso de Obligaciones Previsionales, que permitían al Gobierno pagar sus obligaciones previsionales.
La derecha salvadoreña, léase ARENA-Oligarquía-ANEP-Sala de lo Constitucional, mantiene una estrategia de asfixia de las finanzas del Gobierno desde hace casi dos años, con el objetivo de hacer fracasar a la administración del Presidente Salvador Sánchez Cerén.
En vista de que en la legislatura anterior, el Gobierno contaba con una correlación favorable en la Asamblea Legislativa, la derecha le ordenó a la Sala de lo Constitucional mantener durante un año en suspenso el decreto que avaló la emisión de 900 millones de dólares en bonos que permitiría al Gobierno dinero fresco para inversión y el pago de sus obligaciones como letes del tosoro, FODES y otras deudas.
La Sala, lo que buscaba, era que llegara un nuevo momento político favorable a ARENA a sabiendas de que este partido se opondría a todo tipo de financiamiento en la Asamblea Legislativa como ha sido hasta el día de hoy.
Con el pasar del tiempo ha quedado claro que la estrategia de ARENA, la expresión política de la derecha salvadoreña, ha sido la del estrangulamiento al Gobierno a través de la finanzas.
Por un lado, oponerse a la aprobación de bonos, y de otros préstamos. Por el otro, utilizar a la Sala para detener, vía inconstitucionalidades, otras formas de financiamiento como las reformas a la Ley FOP, cuando estas se logren mediante la mayoría simple.
El diseño de la desestabilización ha sido quirúrgicamente elaborado e implementado.
En este esquema es que entran, además, las movilizaciones y atentados que los alcaldes de ARENA han hecho contra el pueblo, al paralizar por espacio de varias horas la economía del país, el lunes anterior, cuando, al igual que los pandilleros lo han hecho en otras ocasiones, los alcaldes areneros interrumpieron la movilización de la ciudadanía al cerrar el tráfico vehicular en puntos estratégicos.
El ahogamiento en las finanzas públicas lo ha montado la derecha salvadoreña para desestabilizar el Gobierno, y de paso, hacerle creer al pueblo salvadoreño que la situación de crisis financiera que vive El Salvador se debe a la “mala administración” del Gobierno del profesor Salvador Sánchez Cerén.
ARENA sabe que lo que está haciendo pondría en serias dificultades al país en el futuro, sobre todo, con la credibilidad ante organismo multilaterales, pero eso no le importa al principal partido de oposición, por eso ha desoído, incluso, a las sugerencias de diálogo planteadas por la comunidad diplomática.
A ARENA lo único que le interesa es socavar las finanzas del Gobierno, con la pretensión que algún rédito electoral le puede sacar a la crisis por ellos provocada en las elecciones de 2018 y 2019.
La Sala de lo Constitucional ha sido un factor determinante en la estrategia desestabilizadora de ARENA.