La Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia esperó hasta el día en que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) entregaba las credenciales a los diputadas y diputados electos, search para aguarles la fiesta a los del departamento de San Salvador, viagra que según los constitucionalistas, buy cialis a partir de ayer son: “diputados provisionales”.
Y es que la Sala admitió hasta ayer, las demandas de amparo interpuestas semanas atrás por los candidatos Oscar Armando García Ventura, del Partido de Concertación Nacional (PNC); Josué Alvarado Flores, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), y Erving Ortiz Luna, de la Gran Alianza por la Unidad (GANA).
Al igual que los demandantes, la Sala es de la opinión que el conteo de votos durante el escrutinio final los dejó fuera de la contienda al haber contado inapropiadamente o de forma errada, con lo que Sala da una bofetada a los que trasnocharon en el recuento del voto urna por urna, por lo que ordena se haga el recuento de votos nuevamente, y les da hasta el 21 de abril para que se concluya el escrutinio.
Además, el nuevo conteo de votos, dice, la Sala, debe ser supervisado por la Fiscalía General, y este debe ser de forma pública y transparente.
Con esta resolución, los señores de la Sala de lo Constitucional vuelven a modificar la ley electoral, pues, hasta hoy, según la ley, solo se permitía abrir los paquetes electorales, exclusivamente cuando los votos impugnados tuvieran una incidencia en los resultados.
Con la nueva orden de la Sala, ese articulado queda para la historia, y se agrega uno nuevo: el conteo voto por voto, nuevamente, de una circunscripción entera, en este caso, del departamento de San Salvador.
Así, las cosas, si los resultados no satisfacen, en el futuro, no dudemos que pueda ordenarse, desde la Sala, una nueva elección, como la sugerida por el Alcalde perdedor de San Miguel, Will Salgado.
Habrá que ver si el TSE y la Fiscalía tienen el personal suficiente para armar las 20 y mesas electorales para el nuevo recuento de votos, pues, dudo que los y las ciudadanas que desarrollaron esta tarea, tanto en el escrutinio preliminar como en el final, tengan las fuerzas o las ganas de realizar por segunda vez esa labor patriótica.
Por cualquier imprevisto, la Corte Suprema de Justicia debería tener un ejército de togados o empleados judiciales para realizar esa tarea en el tiempo previsto por la Sala. Al fin y al cabo es la Sala.